sábado, 20 de julio de 2013

JF3. Capitulo 28.

Capitulo anterior:
Él sonrió irónicamente mientras le soltaba las manos.
-Claro que lo sería pero antes haría realidad mis deseos…-trató de darle un beso en los labios.-Así que mucho cuidado…
Nicolás terminó de desatarla y se quitó de encima suya. Se arregló la ropa y abrió la puerta. Salieron de la habitación y bajaron las escaleras. Eugenia tenía el corazón a mil por horas. ¿Qué había pasado? ¿Qué haría la policía allí? ¿Qué…? ¿Qué…? Las preguntas se disiparon de su mente en el momento en que vio a dos policías sentados en el sofá del salón junto a una rubia de pelo largo, junto a ella, junto a su prima, junto a Rocío.

¿Su pesadilla habría terminado?
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La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. Eugenia y Nicolás cruzaron el marco de la puerta del salón agarrados de la mano como feliz pareja. Los policías se pusieron en pie y saludaron a ambos con un firme apretón de manos.
-Buenas tardes. ¿A qué se debe la visita?-preguntó Nicolás mirando durante unas milésimas de segundos a una cuarta persona que permanecía junto a la ventana.
Eugenia estaba absuelta en su prima, no le quitaba el ojo de encima trataba de comprender que estaba pasando allí y prepararse para lo que le venía pero pudo darse cuenta de que los músculos del rostro de Nicolás se tensaban con la mirada fija en…
“Peter”-pensó tratando de controlar sus emociones.
Sus miradas se encontraron y Peter le dedicó una dulce sonrisa que se disipó al momento en que volvía nuevamente la mirada a Nicolás y a esa mano que aferraba con fuerza la de Eugenia.
-Buenas tardes, señor Riera. Perdone que nos presentemos así en su casa pero necesitamos hablar en privado con la señorita-dijo uno de los policías refiriéndose a Eugenia.
-Señora-aclaró Nicolás.-Señora Riera. Y me parece perfecto, ¿qué tal si pasamos a mi despacho y hablamos más tranquilamente y en privacidad?-preguntó totalmente aferrado a la mano de la muchacha.
-Nos parece perfecto ir a su despacho pero… queremos hablar con la señora Riera… a solas-aclaró el policía.
-No comprendo-espetó Nicolás.-Ella es mi mujer, entre nosotros dos no hay secretos.
-Es su mujer pero fíjense agentes que él no le ha preguntado lo que ella quiere-dijo Peter apoyándose en el marco de la ventana y cruzándose de brazos.
-No te metas-dijo Nicolás apuntando a Peter con el dedo y dejando relucir su disconformidad con la situación.-Y está bien, hablen lo que quieran en mi despacho, yo les indico dónde está.
-No te preocupes, yo…yo puedo hacerlo-dijo Eugenia por fin.
Había permanecido todo ese tiempo en estado de shock pero alerta a las reacciones de Nicolás. Si eso no salía bien, lo pasaría mal, muy mal.
-De acuerdo-dijo Nicolás agarrando el rostro de Eugenia entre sus manos y dándole un beso sobre los labios.-Agentes ¿tienen ganas de beber algo?-preguntó tras separarse de su esposa mientras miraba a Peter con una sonrisa triunfal.
-No gracias. Queremos acabar con esto cuánto antes. Señora Riera-le llamó la atención para que se dispusiera a llevarlos hacia el dicho despacho.
Una vez que ambos policías acompañados de Eugenia salieron del salón, Nicolás miró a Peter y a Rocío alternativamente.
-No entiendo qué estáis haciendo aquí pero si sois muy amables os invito a marcharos por donde habéis venido.
-Veníamos a visitar a mi prima justo cuando…-empezó a hablar Rocío.
-Y si no queremos irnos, ¿qué?-preguntó Peter desafiante interrumpiendo a la rubia.
-Le tendré que decir a mis guardaespaldas que os saquen a la fuerza-explicó Nicolás.
-No hará falta-dijo Rocío.-Nos vamos, no queremos armar escándalos ¿verdad que no, Peter?-lo miró durante unos segundos.-Venga, vamos. La esperaremos fuera.
-¿La esperareis? ¿A quién?-preguntó Nicolás riendo.-No sé que habréis hecho pero podéis tener por seguro que Eugenia no piensa decir nada que pueda perjudicarme.
-¿Tan seguro estás de eso? ¿Tan amenazada la tienes?-preguntó Peter empezando a avanzar hacia él con un paso tranquilo.
Nicolás rió irónicamente.
-¡Cómo te gustaría estar en mi lugar, ¿verdad?!-dijo Nicolás alzando un poco la voz.- ¡Cómo te gustaría que ese hijo que espera fuera tuyo, que estuviera casada contigo y no conmigo y que te amara a ti  en vez de a mi ¿verdad?! Pero siento desilusionarte pero eso no es así. Sé que el simple hecho de imaginártela conmigo, en la cama, en nuestra cama como un matrimonio te da rabia, te enferma…te dan ganas de…partirme la cara. ¿Y por qué no lo haces? Vamos. Yo te dejo. Venga, pégame. Hazlo ahora que me tienes aquí plantado delante de ti-Peter tenía los puños apretados. La sangre ya había dejado de circular por sus manos por la fuerza en que las apretaba tratando de controlar su rabia.
Rocío vio sus manos y su turbadora mirada.
-Peter, no-dijo la rubia interrumpiendo todo aquello.-Sabes perfectamente lo que trama-Peter empezó a relajarse y a dejar que la sangre circulara con normalidad por sus venas.-Si le tocas solo un pelo saldrás perdiendo. No hagas nada. Vamos-dijo empujando al muchacho hacia la salida lejos de Nicolás.-No le escuches, no le hagas caso.
-Sé, sé lo que sientes, Peter-continuó Nicolás.-Yo lo sentí hace mucho tiempo cuando os veía juntos pero ahora, hoy, gracias al… destino está conmigo y no contigo. Como debe ser.  Espero que disfrutes de tu soledad y de tu tristeza mientras me imaginas haciéndole el amor, acariciándola, besándola, regalándole todas esas cosas que no necesita pero que le hace feliz.
Peter iba hacia la salida cuando sintió el impulso de darse la vuelta.
-Más quisieras poder hacer todo eso que dices-dijo el muchacho acercándose a Nicolás nuevamente con Rocío de por medio.
-Peter, vámonos.
-Tranquila, no le haré nada. Solo le dejaré un par de ideas claras-dijo mirando a la muchacha y después al rubio que estaba frente a él.- ¿Sabes? Todo eso que dices, hacerle el amor, acariciarla, besarla… todo eso, que quieres hacer con ella pero que afortunadamente ella no te lo permite, todo eso y más, lo hicimos ella y yo anoche-Nicolás se sorprendió. Se imaginaba que Eugenia había estado con Peter en su noche de bodas pero no creía que se lo fuera a admitir.-Si, como escuchas, anoche mientras tú dormías, ella y yo estuvimos juntos. Y por mucho que trates de hacerme creer que el hijo que espera es tuyo, sé que es mío. Sé todas las malditas amenazas que le has dicho, todas las malditas palizas que le has pegado, lo sé todo y pronto también lo sabrá la policía… afortunadamente. Y por mucho que trates de comprarlos, ten claro que no podrás por mucho dinero que tengas.
Nicolás estaba pálido. Su mundo se caería en pedazos frente a sus ojos. Su fantasía se acabaría. Su felicidad se iría al garete. Todo llegaría a su fin si Eugenia hablaba. Tenía que impedirlo, cómo fuera.

-Siéntense, por favor-les indicó dos asientos a los policías mientras ella se sentaba en la silla dónde habitualmente estaba Nicolás, frente a la mesa.
-Señora Riera…-empezó a hablar uno de los policías tras tomar asiento.
-Llámeme mejor Eugenia-le rogó.
-De acuerdo, Eugenia…-continuó el policía.-No sé si me recuerda…pero hable con usted un día que acudió a mi comisaria a poner una denuncia que no llego a concluir.
La muchacha asintió, lo recordaba. Había sido el único que verdaderamente parecía honesto, al contrario del policía al que Nicolás había comprado.
-Bueno, pero eso no viene al caso, lo que sí es que esta mañana los dos jóvenes que estaban en el salón que dicen ser su prima y un amigo suyo han acudido a nosotros para poner una denuncia contra su marido por agresión…hacia usted.
Eugenia palideció. ¿Por qué habían hecho eso sin avisarla? ¿No entendían el riesgo que podrían correr si eso salía mal?
-¿Agresión?-preguntó tras recobrar la poca compostura que le quedaba.
-Si, ellos afirman que le pega, que la amenaza, la tortura psicológicamente. ¿Eso es cierto?-preguntó el policía mirándola fijamente.
Ahora tocaba decidir. Mentir o decir la verdad.
-Bueno, yo… él…
-Tranquila-dijo él al notar su nerviosismo.- Díganos la verdad y le prometemos que no le pasará nada.
-¡¿Cómo sé yo con certeza que estaré segura?! ¡¿Cómo sé yo que él no os ha comprado también a vosotros?!-elevó el tono de voz por pura desesperación.
-¿Qué?-preguntó el agente sin comprender bien lo que trataba de decirle.- ¿Qué ha dicho, señorita?
Ella se mordió el labio inferior tratando de tranquilizarse.
-Verá, él…-empezó a hablar cuando de pronto la puerta del despacho se abrió.
Era él. Era Nicolás.

Continuará...

8 comentarios:

  1. NOOOOOOO maldito nicolas euge habla por favor!!! me encanta espero maasss genia

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  2. LPM Nicolassss!!! Porque no se va a la mierda ese maldito!!!!!!!!!!!
    te juro que lo odio, O D I O.
    quiero que acabe todo, que se va en el ccarcel, ah.
    deja que euge hable con las policias, porfiii. No nos arruinas nuestras fantasias :c
    Quiero mas geniaa, prontoo eh :D

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  3. Hey, cuando vas a subir otro capitulo?? **

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  4. Vuelveeeee no sabes lo que te extraño :'(

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  5. Poooorfavooor vueeelveeeeee!!!!
    Te esaxtrañamis queremos maas no nos puedes dejar asi :(
    La policia deberia darse cuenta del golpe que nicolas le dio en la cara a eige eso ayudaria :)
    Y porfavoor que nicolas no se salga con la suya porque no leo mas tu nove... Bueno, no la dejo de leer pero quiero que euge este con peter alfiiin y que nicolas no le haga nada mas :(
    Eso.... Bueno espero te este llendo bien en todo y vuelvas luego porque te has ido MUCHOO TIEMPO

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  6. Holaaaa? Ya no volveras te supermegareextraño porfaaa no nos dejes no importa el tiempo regresaaa :'(

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    1. dos mese despues doy mi palabra de qe en un par de dias vuelvo:) por no ecederme y dcir q hoy o mañana subo xD perdonadme en serio...se me fue la olla xd

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