Luca,
que había presenciado todo, junto a Darío, no tardo en preguntar:
-¿Por
qué lo has hecho?
Peter
permaneció unos segundos en silencio y finalmente dijo:
-¿Por
qué he hecho el que?
-¿Por
qué la has tratado así?-aclaró Luca.
-No
lo sé, ¿vale?-Peter miro a su amigo.-No se que me pasa últimamente, que hago y
digo cosas que no quiero ni hacer, ni decir.
-Ya
lo veo-afirmó Luca.
Peter
suspiró y cerró los ojos mientras imaginaba en su cabeza a la niña de siete
años de aquel día.
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Eugenia,
tras pasar el comedor, que era lo que dividía el área de los varones del área
de las mujeres, dejó de correr y empezó a andar, dando fuertes pisadas contra
el suelo.
-Idiota,
es un verdadero idiota- gruñía en voz alta.
-¿Quién
es un idiota?-preguntó Candela al verla.
-¡Peter!
Es un imbécil....
-¿En
serio? ¿Ya se lo contaste?-preguntó.
-Eh…no.
No pude. Bueno en realidad no quise porque podía habérselo soltado sin más pero
he preferido dejarlo para cuando estemos hablando más calmados y para cuando
haya pensado las palabras exactas con las que se lo voy a decir…-suspiró.
En
ese momento sonó la campana para ir a comer.
Cuando
las dos amigas entraron en el comedor, la morena se acercó a la mesa donde
estaba su novio y se sentó junto a él para charlar un rato, ya que tendría que
ir a sentarse en su mesa de un momento a otro. Eugenia, al divisar donde estaba
Peter fue a buscar a Nicolás para hablar con él. Primero miro a ver si lo veía
en la cocina pero no lo encontró. Volvió al comedor y prefirió sentarse en su
mesa, ya que si tenía a Peter en el punto de mira, era imposible que Nicolás se
acercase a él sin que ella lo viese antes. Tenía que evitar fuera como fuese
que su novio le contase a su hermano que estaban saliendo. No le quitaba el ojo
de encima a Peter, pero iba a perderlo un poco de vista cuando le tocase ir a
por su bandeja de comida. Eugenia cuando vio a toda su mesa levantándose, ella
también lo hizo. Se dio la vuelta para ir a por la bandeja y se topó de frente
con Nicolás.
-¡Nico!-exclamó
asustada.
-Hola,
mi amor. Te traje yo mismo la comida-sonrió y dejo la bandeja encima de la
mesa.
Se
acercó a ella para darle un beso en los labios pero ella rápidamente lo alejo
poniéndole las manos en el pecho.
-Espera,
espera-se apresuro a decir.-Eh… tengo que hablar contigo.
-¿De…?-preguntó
Nicolás extrañado.
-Verás,
tengo que pedirte un pequeñísimo favor.
-Dime.
-¿Podríamos
no decirle a nadie lo nuestro? Pero, ¡ojo! Solo por un tiempo, solo hasta
que…-dijo Eugenia que sin querer miró a Peter, y vio que los estaba mirando.
El
muchacho de un par de mesas más para allá, giro rápidamente la mirada al
percatarse de que la rubia lo estaba mirando.
-¿Solo
hasta qué?-preguntó Nicolás al ver que la chica se había quedado callada a
mitad de frase.
-Solo
hasta que se lo diga a Peter… dentro de uno o dos o tres o… cuatro años-sonrió
nerviosa.
-Euge,
si quieres se lo digo yo-le sugirió.
-¿Qué?
No, no, no-negó varias veces.-No, por favor, déjame a mí. Te prometo que se lo
diré en cuanto pueda.
-Está
bien-sonrió y se acercó a ella para besarle.
Euge
al momento se alejó y negó con la cabeza.
-Oh,
cierto. Perdón-sonrió.- ¿Nos vemos esta noche no?
-Si-contestó
con una sonrisa en la cara.
-
Adiós-se fue.
Eugenia
suspiro y se sentó en la mesa, en frente de la bandeja e hincó los codos en la
mesa.
“Dios
mío, ¿y ahora cómo se lo digo? ¿Se lo suelto de una o… voy despacio?
¡Puuf!”-resopló.-“Pero espera…hoy Peter me trató fatal cuando me vio”-se
sorprendió.-“Seguro que ya lo sabe. Seguro que Nico ya se…”-dejo de pensar.-“¡No,
espera! Si Nico le hubiese dicho algo, me lo habría contado ahora cuando hemos
hablado…”-se calmó.-“Pero…”-volvió a asustarse.-“¿Y si Candela se lo contó a
Luca y Luca a él?”-puso la mente en blanco.-“¡No, imposible! Si desde que Cande
se entero no me separé de ella en ningún momento solo cuando fui a buscar a
Nicolás y pasó eso con Peter”-suspiro.-“Entonces… ¿por qué me trato así?
Definitivamente… ¡tengo que hablar con él!”.
Eugenia
terminó rápidamente de comer y llevo su bandeja hasta la mesa donde se dejaban.
Estaba decidida en ir a la mesa de los chicos, donde estaba Peter para al menos
decirle que tenia que hablar con él. Cuando estaba a mitad de camino entre su
mesa y la de él, su monitora se interpuso en su camino y le dijo:
-¿A
dónde vas?
-Voy
a… decirle una cosa a…
-No,
ahora no. Luego se lo dices. ¡Venga!
-No…pero
ahora hay como una media hora de reposo, en la que podemos hacer lo que
queramos…-se quejo Eugenia.
-Si,
cierto, pero usted se va a ir a su cabaña tranquilita.
Eugenia
le miro con mala cara y se marchó enfadada. Candela al verla, le preguntó:
-¿Qué
te pasa?
-La
tonta de la monitora que no me ha dejado ir a hablar con Peter. ¡Puuf!
-Eso
seguro que te lo ha hecho porque se ha enterado de que estas saliendo con
Nicolás-se rio.-Según me dijo mi hermano esa le lleva tirando los trastos desde
que le vio.-seguía riendo.
-¿Qué?
Pues que se mantenga bien lejos de Nico eeh-gruño Eugenia.- ¿Y… cómo se habrá
enterado?-resopló.-Ya verás al final Peter se acabará enterando por terceras
personas.
Pasado
el tiempo de reposo, se volvieron a reanudar las actividades. A Eugenia esta
vez le tocó en el taller, harían perfumes pero antes tenían que ir a buscar
unas flores aromáticas del pequeño campo que había por detrás. Allí se encontró
con otro grupo, un grupo de chicos, que aprenderían un poco de agricultura.
Eugenia al ver a Luca allí, se apresuro a acercarse a él para preguntarle por
su amigo Peter, el cual de inmediato vio hablando con su hermano Darío.
-Entonces
hacemos eso ¿no?-escuchó Eugenia al acercarse a los dos hermanos.
-Hola,
chicos-saludó.- ¿Puedo hablar contigo?-preguntó ella mirando a Peter.
Darío
al ver que su hermano, ni si quiera miraba a la rubia, dijo:
-¡Oh,
si claro! Os dejo solos-sonrió yéndose.
-Gracias-agradeció
ella, que seguía mirando fijamente a Peter.- ¿No me vas ni a mirar?
-¿Qué
quieres, Eugenia?-preguntó él mirándola por fin.
-Quiero
hablar contigo de varias cosas-contestó.
-Pues
creo que no te va a dar tiempo, tu monitora se esta yendo con las de tu grupo.
-¡¿Qué?!-exclamó
mirando como se iban.- ¡Mier**! Me tengo que ir, luego hablamos-se dio la
vuelta y salió corriendo, cogiendo un par de flores de los árboles con los que
se topaba.
El
grupo de Eugenia entró en el taller y se encontraron con Melodi allí dentro;
que se había resignado a no salir para no tener que caminar por la tierra y
manchar su ropa. Eugenia se acercó a Melodi y le dijo:
-¿Sabes
que a fuera está Peter?
-¿Cómo?
¿En serio?-la miro.-Eh… monitora ¿puedo ir a buscar flores? Es que… ahora me he
dado cuenta de que tengo que participar un poco más en estas actividades.
-¡No!-le
contestó rotundamente la monitora.-No te preocupes, que he cogido para ti.-le
dio un par de flores.
-¡Mala
suerte!-dijo Eugenia sonriendo.
Melodi
le dedicó una mala cara a la rubia.
Todas
escucharon la explicación de la monitora de cómo se hacía el perfume y al rato
empezaron a intentar hacer uno; todas menos Melodi, que había vuelto a tomar la
misma postura de antes; no quería hacer nada por si manchaba su ropa. Melodi
aburrida de estar sentada, empezó a mirar los perfumes y a echar por todas
partes uno que le había gustado el olor. Eugenia sintiéndose algo mareada por
el olor, la llamó y le dijo:
-Melodi,
cariño, ¿podrías dejar de echar perfume por todas partes?
-Mmm…
¡no!-contestó ella, que echó perfume alrededor de Eugenia para hacerla rabiar y
sin querer le roció en los ojos de la rubia, que rápidamente los cerró porque
les empezó a arder.
-Melodi,
¡te mato!-gritó con rabia.
Continuara...
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