lunes, 30 de abril de 2012

Capitulo 18: Perfumes

Capitulo anterior:

Luca, que había presenciado todo, junto a Darío, no tardo en preguntar:
-¿Por qué lo has hecho?
Peter permaneció unos segundos en silencio y finalmente dijo:
-¿Por qué he hecho el que?
-¿Por qué la has tratado así?-aclaró Luca.
-No lo sé, ¿vale?-Peter miro a su amigo.-No se que me pasa últimamente, que hago y digo cosas que no quiero ni hacer, ni decir.
-Ya lo veo-afirmó Luca.
Peter suspiró y cerró los ojos mientras imaginaba en su cabeza a la niña de siete años de aquel día.
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Eugenia, tras pasar el comedor, que era lo que dividía el área de los varones del área de las mujeres, dejó de correr y empezó a andar, dando fuertes pisadas contra el suelo.
-Idiota, es un verdadero idiota- gruñía en voz alta.
-¿Quién es un idiota?-preguntó Candela al verla.
-¡Peter! Es un imbécil....
-¿En serio? ¿Ya se lo contaste?-preguntó.
-Eh…no. No pude. Bueno en realidad no quise porque podía habérselo soltado sin más pero he preferido dejarlo para cuando estemos hablando más calmados y para cuando haya pensado las palabras exactas con las que se lo voy a decir…-suspiró.
En ese momento sonó la campana para ir a comer.

Cuando las dos amigas entraron en el comedor, la morena se acercó a la mesa donde estaba su novio y se sentó junto a él para charlar un rato, ya que tendría que ir a sentarse en su mesa de un momento a otro. Eugenia, al divisar donde estaba Peter fue a buscar a Nicolás para hablar con él. Primero miro a ver si lo veía en la cocina pero no lo encontró. Volvió al comedor y prefirió sentarse en su mesa, ya que si tenía a Peter en el punto de mira, era imposible que Nicolás se acercase a él sin que ella lo viese antes. Tenía que evitar fuera como fuese que su novio le contase a su hermano que estaban saliendo. No le quitaba el ojo de encima a Peter, pero iba a perderlo un poco de vista cuando le tocase ir a por su bandeja de comida. Eugenia cuando vio a toda su mesa levantándose, ella también lo hizo. Se dio la vuelta para ir a por la bandeja y se topó de frente con Nicolás.
-¡Nico!-exclamó asustada.
-Hola, mi amor. Te traje yo mismo la comida-sonrió y dejo la bandeja encima de la mesa.
Se acercó a ella para darle un beso en los labios pero ella rápidamente lo alejo poniéndole las manos en el pecho.
-Espera, espera-se apresuro a decir.-Eh… tengo que hablar contigo.
-¿De…?-preguntó Nicolás extrañado.
-Verás, tengo que pedirte un pequeñísimo favor.
-Dime.
-¿Podríamos no decirle a nadie lo nuestro? Pero, ¡ojo! Solo por un tiempo, solo hasta que…-dijo Eugenia que sin querer miró a Peter, y vio que los estaba mirando.
El muchacho de un par de mesas más para allá, giro rápidamente la mirada al percatarse de que la rubia lo estaba mirando.
-¿Solo hasta qué?-preguntó Nicolás al ver que la chica se había quedado callada a mitad de frase.
-Solo hasta que se lo diga a Peter… dentro de uno o dos o tres o… cuatro años-sonrió nerviosa.
-Euge, si quieres se lo digo yo-le sugirió.
-¿Qué? No, no, no-negó varias veces.-No, por favor, déjame a mí. Te prometo que se lo diré en cuanto pueda.
-Está bien-sonrió y se acercó a ella para besarle.
Euge al momento se alejó y negó con la cabeza.
-Oh, cierto. Perdón-sonrió.- ¿Nos vemos esta noche no?
-Si-contestó con una sonrisa en la cara.
- Adiós-se fue.
Eugenia suspiro y se sentó en la mesa, en frente de la bandeja e hincó los codos en la mesa.
“Dios mío, ¿y ahora cómo se lo digo? ¿Se lo suelto de una o… voy despacio? ¡Puuf!”-resopló.-“Pero espera…hoy Peter me trató fatal cuando me vio”-se sorprendió.-“Seguro que ya lo sabe. Seguro que Nico ya se…”-dejo de pensar.-“¡No, espera! Si Nico le hubiese dicho algo, me lo habría contado ahora cuando hemos hablado…”-se calmó.-“Pero…”-volvió a asustarse.-“¿Y si Candela se lo contó a Luca y Luca a él?”-puso la mente en blanco.-“¡No, imposible! Si desde que Cande se entero no me separé de ella en ningún momento solo cuando fui a buscar a Nicolás y pasó eso con Peter”-suspiro.-“Entonces… ¿por qué me trato así? Definitivamente… ¡tengo que hablar con él!”.

Eugenia terminó rápidamente de comer y llevo su bandeja hasta la mesa donde se dejaban. Estaba decidida en ir a la mesa de los chicos, donde estaba Peter para al menos decirle que tenia que hablar con él. Cuando estaba a mitad de camino entre su mesa y la de él, su monitora se interpuso en su camino y le dijo:
-¿A dónde vas?
-Voy a… decirle una cosa a…
-No, ahora no. Luego se lo dices. ¡Venga!
-No…pero ahora hay como una media hora de reposo, en la que podemos hacer lo que queramos…-se quejo Eugenia.
-Si, cierto, pero usted se va a ir a su cabaña tranquilita.
Eugenia le miro con mala cara y se marchó enfadada. Candela al verla, le preguntó:
-¿Qué te pasa?
-La tonta de la monitora que no me ha dejado ir a hablar con Peter. ¡Puuf!
-Eso seguro que te lo ha hecho porque se ha enterado de que estas saliendo con Nicolás-se rio.-Según me dijo mi hermano esa le lleva tirando los trastos desde que le vio.-seguía riendo.
-¿Qué? Pues que se mantenga bien lejos de Nico eeh-gruño Eugenia.- ¿Y… cómo se habrá enterado?-resopló.-Ya verás al final Peter se acabará enterando por terceras personas.

Pasado el tiempo de reposo, se volvieron a reanudar las actividades. A Eugenia esta vez le tocó en el taller, harían perfumes pero antes tenían que ir a buscar unas flores aromáticas del pequeño campo que había por detrás. Allí se encontró con otro grupo, un grupo de chicos, que aprenderían un poco de agricultura. Eugenia al ver a Luca allí, se apresuro a acercarse a él para preguntarle por su amigo Peter, el cual de inmediato vio hablando con su hermano Darío.
-Entonces hacemos eso ¿no?-escuchó Eugenia al acercarse a los dos hermanos.
-Hola, chicos-saludó.- ¿Puedo hablar contigo?-preguntó ella mirando a Peter.
Darío al ver que su hermano, ni si quiera miraba a la rubia, dijo:
-¡Oh, si claro! Os dejo solos-sonrió yéndose.
-Gracias-agradeció ella, que seguía mirando fijamente a Peter.- ¿No me vas ni a mirar?
-¿Qué quieres, Eugenia?-preguntó él mirándola por fin.
-Quiero hablar contigo de varias cosas-contestó.
-Pues creo que no te va a dar tiempo, tu monitora se esta yendo con las de tu grupo.
-¡¿Qué?!-exclamó mirando como se iban.- ¡Mier**! Me tengo que ir, luego hablamos-se dio la vuelta y salió corriendo, cogiendo un par de flores de los árboles con los que se topaba.
El grupo de Eugenia entró en el taller y se encontraron con Melodi allí dentro; que se había resignado a no salir para no tener que caminar por la tierra y manchar su ropa. Eugenia se acercó a Melodi y le dijo:
-¿Sabes que a fuera está Peter?
-¿Cómo? ¿En serio?-la miro.-Eh… monitora ¿puedo ir a buscar flores? Es que… ahora me he dado cuenta de que tengo que participar un poco más en estas actividades.
-¡No!-le contestó rotundamente la monitora.-No te preocupes, que he cogido para ti.-le dio un par de flores.
-¡Mala suerte!-dijo Eugenia sonriendo.
Melodi le dedicó una mala cara a la rubia.
Todas escucharon la explicación de la monitora de cómo se hacía el perfume y al rato empezaron a intentar hacer uno; todas menos Melodi, que había vuelto a tomar la misma postura de antes; no quería hacer nada por si manchaba su ropa. Melodi aburrida de estar sentada, empezó a mirar los perfumes y a echar por todas partes uno que le había gustado el olor. Eugenia sintiéndose algo mareada por el olor, la llamó y le dijo:
-Melodi, cariño, ¿podrías dejar de echar perfume por todas partes?
-Mmm… ¡no!-contestó ella, que echó perfume alrededor de Eugenia para hacerla rabiar y sin querer le roció en los ojos de la rubia, que rápidamente los cerró porque les empezó a arder.
-Melodi, ¡te mato!-gritó con rabia.

Continuara...

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