Todas
escucharon la explicación de la monitora de cómo se hacía el perfume y al rato
empezaron a intentar hacer uno; todas menos Melodi, que había vuelto a tomar la
misma postura de antes; no quería hacer nada por si manchaba su ropa. Melodi
aburrida de estar sentada, empezó a mirar los perfumes y a echar por todas
partes uno que le había gustado el olor. Eugenia sintiéndose algo mareada por
el olor, la llamó y le dijo:
-Melodi,
cariño, ¿podrías dejar de echar perfume por todas partes?
-Mmm…
¡no!-contestó ella, que echó perfume alrededor de Eugenia para hacerla rabiar y
sin querer le roció en los ojos de la rubia, que rápidamente los cerró porque
les empezó a arder.
-Melodi,
¡te mato!-gritó con rabia.
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Por
semejante grito que había pegado Eugenia, la monitora se percató de que algo
ocurría y se acercó a las dos, preguntando:
-¿Qué
pasa? ¿Por qué has gritado Eugenia?
La rubia
sin poder abrir los ojos, contestó:
-La idiota
de Melodi me roció perfume en los ojos.
-A ver-la
monitora le levantó la cabeza a Eugenia.-Intenta abrir los ojos.
-No puedo,
me duelen mucho-se le empezó a escapar las lágrimas.
-Será
mejor que vayas al baño. Melodi acompáñala.
-¡No! Que
no me acompañe esa, que te juro que la mato por el camino-dijo Eugenia.
-Bueno,
voy yo contigo.-la agarró y empezó a guiarle hacia la puerta.-Ustedes quédense
aquí y sigan haciendo los perfumes. No alboroten que ya son mayorcitas.
Eugenia y
la monitora llegaron a los baños, al intentar abrir la puerta, esta no se
abría.
-¡Qué
raro!-exclamó la monitora.- ¿Quién habrá echado la llave? Espera un momento
ahora vuelvo, voy a ir a buscar la llave; no te vayas.
-¿Cómo
cree que me voy a ir a algún lado si no veo?-refunfuñó Eugenia.
La
muchacha tenía las manos en los ojos y trataba de abrirlos poco a poco pero le
ardían demasiado como para hacerlo. La monitora estaba tardando mucho, por lo
que decidió ir al baño de los chicos que estaba pegado al de las chicas. Empezó
a caminar guiándose por las manos y con los ojos un poco abiertos; hasta que
encontró la puerta del baño de los chicos. La abrió, y escuchó un grifo. Al
momento, dijo:
-No veo
nada. Te juro que no veo. Pero necesito agua.
-¿Eugenia?-dijo
el chico que estaba dentro al verla.
-Mmm…
¿Peter?-preguntó ella al reconocer la voz.
-Si soy
yo-cerró el grifo de las duchas y se enrolló una toalla alrededor de la
cintura.-Puedes abrir los ojos ya estoy tapado.
-Eh… no
puedo. La estúpida de tu novia me roció perfume en los ojos y me arden-le
explicó.
-¿En
serio?-se acercó a ella y le guió hasta el lavabo para que se echase agua.
Tras eso,
le dio su camisa, que era lo único seco y limpio que tenía a mano para que se
secase. Ella se la acercó a la cara y empezó a olerla disimuladamente. Olía
como siempre solía oler él.
Peter le
quito la camisa de la mano y le dijo:
-A ver,
intenta abrirlos.
Eugenia lentamente
intento abrirlos, ya que ahora le dolían menos. Cuando los abrió, Peter vio que
los tenía rojos, pero igualmente ese rojo no le quitaba la belleza que tanto le
gustaba al chico.
-¿Ves
bien?-preguntó él y ella asintió.
-Pero me
duelen un poco.
-Normal,
pero dentro de un rato se te pasara.
-Te juro
que cuando vea a Melodi la voy a matar.
-Bueno,
Euge, compréndela. Dudo que lo haya hecho queriendo.
-Ya,
claro. Siempre Melodi hace las cosas sin querer. Yo creo que esa no es más
lista porque no puede, pero sabía muy bien lo que hacía.
-Háblalo
con ella, Euge, antes de hacer cualquier cosa de la que te puedas arrepentir.
-Si, si.
Hablaré, no te preocupes-dijo con sarcasmo.-Y por cierto, ¿qué haces tú aquí?
-Pues
nada, ayudando a mi hermano-sonrió.-El muy tonto me pidió que fingiéramos que
estábamos discutiendo porque había quedado con una chica en el baño de las
chicas para ya sabes qué-sonrió.-Bueno, y yo acepte, porque aparte de para
ayudarlo tampoco tenía muchas ganas de hacer la actividad esa; y pensando que
no sería para tanto, empezamos a discutir y él para hacerlo creíble me lanzo
tierra y hemos acabado fatal-se rió.-En conclusión, aquí me tienes duchándome y
a él en el baño de las chicas.
-Ah, por
eso la puerta estaba cerrada-dijo Eugenia.
-Exacto-Peter
resopló.
-¡Eh! ¿Qué
te pasa? ¿Por qué resoplas?
-No sé, la
verdad que no sé. Últimamente estoy sin ganas.
-No hace
falta que lo digas, ya te veo…-hizo una pausa.-Sin ganas, hablando mal a las
personas que te quieren…-lo miro fijamente.
-Lo siento
por cómo te hable. No se que me pasó-hizo una pausa.-En realidad si lo se pero…
-Dímelo-le
pidió Eugenia.
-Bueno, es
que últimamente pasas más tiempo con Nicolás que conmigo y a penas hablamos. Me
estoy dando cuenta de que te estoy perdiendo y yo vine a este campamento,
aparte de para cuidarte, también para pasar el tiempo contigo.
-Tienes
toda la razón, y te prometo que voy a estar más tiempo contigo-le sonrió y le
dio un dulce beso en la mejilla.
-Eso
espero-sonrió y la abrazó con fuerza.
Eugenia
le siguió el abrazo y se mordió el labio inferior pensando cómo decirle que
había empezado a salir con Nicolás. La muchacha respiró hondo y cuando se
separó de él, lo miró fijamente, y dijo:
-Peter,
tengo que decirte algo-él la miró.-Verás… eh…-se llevó la mano al pelo.-Estoy
saliendo con Nico-soltó de una.
-Me
lo imaginaba-dijo él sin borrar la sonrisa de su cara.-Felicidades-le dio un
beso en la mejilla y la volvió a abrazar.
La
rubia se extrañó y a la vez se alegró por la reacción de Peter.
“Mmm…
me parece sospechoso que éste reaccione así”-pensó ella.
“Cada
día que pasa me doy cuenta de que Eugenia es más tonta, ¿cómo se va a poner a
salir con ese?”-pensó él.-“En fin, tendré que estar muy atento a los
movimientos de ese imbécil, por si
acaso”-suspiró.
Ambos
se separaron y Eugenia dijo:
-Será
mejor que me vaya porque seguramente la monitora estará como loca
buscándome-sonrió.
-Vale-le
devolvió la sonrisa.-Yo me quedo, ya nos veremos más tarde.
-Por
supuesto-le dedicó una última sonrisa a Peter, abrió la puerta y salió.
Al
darse la vuelta para caminar hacia la puerta del baño de las chicas, se topó de
frente con Luca, que al momento la saludó y le preguntó:
-¡Eh,
Euge ¿qué haces aquí?!
-Pues
un accidente con un perfume…-hizo una pausa.- ¡Bah, una larga historia! ¿Y tú?
-Me
ha mandado el monitor para que viniese a buscar los dos hermanos peleones-se
rió.-Supongo que Peter ya te contó.
-Oh,
si, si-sonrió.- ¡Qué dos!-hizo una pequeña pausa.-Bueno, me voy ya...
-¡No,
espera! Tengo que hablar contigo.
-¿Ah
si? ¿De qué?
-Verás,
sabes que mañana es el cumpleaños de Candela ¿verdad?
-Ajá-afirmó
Eugenia.
-Pues
quería pedirte si me ayudarías a hacer una tarta y a organizar una fiesta en el
galpón que hay al lado del taller.
-Claro
que si-dijo muy animada.-Pero ¿crees que nos dejaran hacer una fiesta?
-Si,
ya les pregunte a los monitores y todos dijeron que si. Así que solo nos queda
organizarla.
-¡Genial!
Seguro que a Cande le encantará.
-Si…
y oye, ¿podrías pedirle ayuda a Nicolás? Es que últimamente te veo muy amiga de
él y dudo que a ti te diga que no.
Eugenia
lo miro con mala cara. (¬¬)
-Está
bien, yo se lo pido; y para tu información no soy su amiga, soy su novia.
-¿Ah
si?-preguntó Luca sorprendido.- ¡Vaya, felicidades!
-Gracias-sonrió.-Y
ahora si me perdonas me voy, que me van a matar. Adiós.
-Tchau,
esta noche hablamos de cómo hacemos la fiesta y esas cosas.
-¡Si!-exclamó
ella yéndose y despidiéndose con la mano.
Continuará...
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