-¿Qué has dicho?-preguntó Peter con la
intención de que las volviera a repetir.
-Que…-hizo una pausa.-Que te quiero-sonrió.-Y
pase lo que pase siempre te querré.
-Y yo a ti. No lo dudes nunca-dijo el muchacho
mirándole fijamente a los ojos.
Eugenia se mordió el labio inferior con
felicidad y lentamente fue acercando sus labios a los de él para besarlo cuando
alguien gritó:
-¡¡Qué bonito!!
Ambos abrieron los ojos y miraron hacia el
lugar de donde provenía la voz. Se trataba de Darío que había vuelto acompañado
de Javiera y los había interrumpido apropósito. Peter y Eugenia echaron a reír
ante la tonta voz que había puesto el muchacho.
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Eugenia y Peter continuaron dentro del lago,
al fin y al cabo, el agua estaba estupenda y la compañía no era para quejarse.
Mientras tanto, Javiera y Darío estaban sentados sobre el mantel; cada uno
mirando hacia un lado diferente sin dirigirse la palabra. Se había proclamado
un silencio incómodo entre los dos que a veces se rompían por las risas de los
dos tortolitos que estaban en el agua.
-Eugenia, Eugenia…-le susurró Peter al oído de
su novia.-Suerte la tuya de que no estemos solos.
La muchacha levantó las cejas en signo de
sorpresa.
-¿Suerte?-hizo una pausa.- Y…se puede saber
por qué-preguntó con una tonta sonrisa en la cara.
-Está claro. Llegamos a estar solos y todo lo
que hicimos ayer y esta mañana se quedan cortos.
-¡Peter!-exclamó ruborizada.
-¿Qué pasa? No te miento-dijo riendo.
-Ya, pero…
-¡Tiempo, tiempo!-exclamó Darío de pie cerca
de la orilla.- Euge, te robo a mi hermano unos minutos ¿te importa?
La muchacha miró hacia arriba para mirar
directamente hacia la cara del hablante y con una sonrisa, contestó:
-No, para nada.
-Darío, dos minutos-comentó Peter.
El muchacho aprovechando que Eugenia tenía el
cuello estirado le mordió levemente e intentó dejarle una marca, o también
conocido como chupetón.
Una vez que Peter y Eugenia ya habían salido
del agua, ella se puso la camiseta seca de él por encima para no pasar mucho
frío. Darío le había propuesto quedarse allí, cerca de la orilla para poder
hablar tranquilamente y Euge, dejándolos solos se sentó con Javiera en sobre el
mantel.
-Bueno, cuéntame. ¿Qué te ha pasado con
Javi?-preguntó Peter mientras veía a Eugenia alejarse.
-¿Cómo sabes que te iba a hablar de ella?
-Vamos, Darío, era obvio. Os habéis ido a
caminar la mar de felices y habéis regresado casi enfadados el uno con el otro.
-No, enfadados, no. Podríamos dejarlo en
molestos.
-Bueno lo mismo es.
-Si, puede ser…pero eso da igual. A ver… te
cuento. Cuando nos hemos ido a caminar tenía en mente proponerle a Javiera que
empezásemos una relación seria si ella quisiese, e incluso estaba dispuesto a
quedarme aquí y dejar el trabajo que tengo en Londres.
-¿En serio?-preguntó Peter sorprendido.-
¡Vaya! Si te tiene que gustar Javiera ¿no? Porque para que tú, tú, Darío
Bedoya, el hombre que no hace nada por amor y mucho menos dejar un trabajo
donde gana bastante dinero por alguien, tienes que…-Darío le pegó en la boca
del estómago para que se callase.
-¡No exageres!-lo miró mal durante unos
segundos.-En fin, continuó. Cuando se lo propuse pasó esto…
Flashback.
(…)-A pesar de todo esto, no puedo evitar que
el tiempo pase y, aunque me duele en el alma, este lunes me tengo que ir a
Londres y posiblemente estos sean los últimos días que pasemos juntos-la cara
de Javiera se transformó.-Pero, Javi-la miró.-Si tú me pides que me quede, yo
me quedo. Renuncio al trabajo y me quedo, me quedo aquí contigo, y…-en ese
momento se cayó al comprobar un cierto desconcierto en el rostro de la muchacha.-Dios,
pero ¿qué estoy diciendo? Perdóname, no…no quería ponerte en este
compromiso-dijo Darío levantándose y evitando que contestase; ya sabía que su
respuesta sería negativa.
-D…Darío-vocalizó ella levantándose del
tronco.-Yo…-suspiró.-Es precioso todo lo que me has dicho-dijo mirándole a la
cara.-Y me encantaría poder decirte que te quedases pero…no puedo. No…no puedo
pedirte que dejes la casa, el trabajo y la vida que tenías allí en Londres por
mi, no puedo privarte de eso y mucho menos sabiendo que para mí sería imposible
tener una relación seria contigo. S…si yo acepte tener esta ‘amistad’ contigo
fue porque sabía con seguridad que tarde o temprano acabaría y…que no estaba
sujetada a nada. Sabes perfectamente que desde mi última relación seria no
quise volver a tener ninguna más por cómo acabo. Yo me prohibí a mi misma que
no volvería a enamorarme y…
-Javi-la interrumpió.-Esta bien, no pasa
nada-trató de dibujar una sonrisa en su rostro.
-Si, si pasa, tú…
-Javi, ya esta. Zanjemos el tema. Yo este
lunes me voy y no me vas a volver a ver, así que no te preocupes y por favor,
intenta ignorar el papelón que acabo de montar ¿si?-dijo Darío mirando hacia
otro lado.
-Pe…pero…
-No pasa nada-le sonrió y empezó a caminar.
Javiera, extrañada, se quedó de pie en el
sitio. Él al darse cuenta de que no lo seguía, miró hacia atrás y le preguntó:
-¿No vienes?
Ella aturdida suspiró y echó a andar.
Findelflashback.
-¿Te ocurre algo?-le preguntó Eugenia a
Javiera, tras observar unos segundos su rostro de aturdidez.
-No, nada.
-¿Segura?
-Si…-contestó no muy segura de ello.
-Entonces me alegro-sonrió.
-Bueno, está bien, te lo cuento-dijo Javiera
de repente tras un breve silencio.
-Te escucho.
-Veras, Darío se me ha declarado, me ha dicho
unas cosas muy bonitas pero yo…
-Pero tú… ¿no sientes lo mismo?-preguntó
Eugenia al ver que Javiera no continuaba.
-Si, o sea, no. No es eso. Es todo lo
contrario. Darío me encanta, es…-suspiró.-Es, en pocas palabras, perfecto pero
yo… yo hace tiempo sufrí mucho por amor porque aunque no lo parezca cuando tengo una relación seria me entrego al
cien por cien y la última vez que me entregué así, me destrozaron. Con mi ex todo
parecía perfecto, todo color de rosa, pero en realidad no era así. Estuve con
él seis años de los cuales casi tres me estuvo engañando con una y con otra
y…cuando descubrí que me había engañado no solo con desconocidas sino con dos
de mis ‘amigas’-dibujó comillas en el aire.-Me prometí y me perjuré que no
volvería a enamorarme. He tratado de no hacerlo con Darío pero ha sido
inevitable. Es atento, cariñoso, es divertido…comprensible. Y en un principio
no me importaba el hecho de que me hubiese enamorado porque él al final
volvería a Londres y yo volvería a vivir la vida como la estaba viviendo. Sola
y feliz. Pero…hoy cuando me ha dicho que sería capaz de dejar todo lo que tiene
por mí, he tenido que dejar a un lado los sentimientos y decirle que no, que no
dejara nada por mí porque yo no estaba dispuesta a tener una relación estable;
y no estoy segura de haber hecho lo correcto. ¿Y si Darío no es como mi ex y él
si puede hacerme verdaderamente feliz? Pero, ¿y si no es así? ¿y si sufro más
de lo que ya he sufrido? Hay tantos y si…
que ya no se ni qué pensar, ni qué preguntar… no sé nada.
Eugenia guardó unos segundos de silencio por
si su amiga fuera a continuar, al no ser así, habló:
-Javiera-la miró.-Creo que soy la menos
indicada para hablar porque yo soy igual de insegura que tú… que siempre tiene
un montón de y si… pero solo te voy a
hacer dos preguntas y ya las contestas tú mentalmente porque ahí vienen los
chicos-comentó haciendo referencia a los dos hermanos que habían terminado de
hablar.-A ver… ¿tú crees que alguien si no estuviese verdaderamente enamorado
sería capaz de dejar todo lo que tiene por otra persona? Y la segunda pregunta,
¿quieres a Darío? Si es que si, no lo dudes más…en serio. Te lo digo desde el
corazón, Darío es, sin duda, el mejor novio que puedes tener porque es un
chico que se enamora poco pero cuando lo hace da todo por esa persona y si tú
verdaderamente correspondes a sus sentimientos, no pierdas más el tiempo.
-Qué no pierda más el tiempo, ¿con
qué?-preguntó Peter arrodillándose al lado de Eugenia.- ¿De qué estabais
hablando?
-Nada, cosas de chicas-contestó la rubia
mirando a su novio con una sonrisa.