sábado, 4 de mayo de 2013

JF3. Capitulo 23.

Capitulo anterior:

-Gracias-suspiró.-O el muy imbécil de Nicolás me compró el anillo una talla más pequeña o mis manos se han hinchado; dicen que con el embarazo suele pasar-dijo enseñándole su mano.
Peter agarró la mano de Eugenia y le dio un tierno beso en la palma.
-Estas perfecta, tontita. Pero creo que me debes una gran explicación.
-¿Ton…tita?-preguntó ella mirándole.
Peter sonrió por la cara que había puesto.
-Oh, vamos, no te irás a ofender ahora. Además, no intentes cambiar de tema, porque aún estoy esperando a que empieces tu gran explicación.
Ella suspiró al ver que no iba a conseguir evitar hablar sobre el tema, al menos, esa noche.
-Pongámonos cómodos, entonces-comentó mirándole.
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Eugenia estaba sentada sobre la cama de Peter con él enfrente, mirándola fijamente. Peter le había prestado una camisa de pijama suya que le quedaba grande para que se abrigara y estuviese más cómoda. Él estaba sentado con las piernas estiradas, los brazos cruzados sobre el pecho y la espalda apoyada en la cabecera de la cama, mientras ella había preferido sentarse prácticamente enfrente y mirarle directamente a la cara.
-¿Por dónde quieres que empiece?-preguntó Eugenia.
-Por el principio-contestó Peter mirándola fijamente.
-De acuerdo-dijo y después suspiró.-Todo empezó el día en que rechace a Nicolás y cortamos con nuestra relación. Él nunca había aceptado el hecho de que lo rechazara aunque me hizo creer varias veces que si, pero estaba claro que no. Por eso te mando las fotos y el vídeo porque quería que tú y yo rompiéramos. Al ver que quizás no iba a conseguirlo, decidió tirar por otro camino. El camino fácil. Nos enfrentamos un par de veces en el local de Gastón, una de ellas cuando nos reconciliamos al día siguiente de nuestra discusión por la pelea.
-Si, lo recuerdo. Me lo contaste-comentó Peter.
-Bueno, el enfrentamiento definitivo fue al día siguiente de eso. Fui a trabajar muy temprano porque me tocaba a mi abrir el bar y bueno, él…-se quedó callada, le costaba hablar de eso, por culpa de ese accidente por poco perdió a su bebé.
Eugenia bajó la cabeza para ocultar su rostro y sus lágrimas entre su pelo.
-¿El qué?-preguntó Peter mirándola.
La muchacha tomó aire y vocalizó mientras levantaba la cabeza:
-Él… me…
Peter al verle el rostro vio que estaba llorando.
-¡Ey, Euge! No llores. Ven aquí-dijo el muchacho extendiéndole la mano.
Eugenia negó con la cabeza y aspiró sus mocos.
-No te preocupes-dijo Eugenia limpiándose la cara.-Es el embarazo. Me pone muy sensible. Si antes era llorona imagínate ahora-dijo tratando de sonreír.
-Oh, vamos, ven aquí-dijo Peter agarrándola del brazo cuidadosamente y ella se dejó hacer.
Se sentó sobre el regazo del muchacho y hundió su cara en el fornido cuello de Peter. Él empezó a acariciarle el brazo con cariño mientras la apretaba contra su cuerpo.
-No debería decirte esto porque quiero saberlo pero Eugenia no puedo evitarlo contigo. Eres mi debilidad-dijo Peter dándole un beso en la frente.-Así que si quieres podemos dejar de hablar del tema.
-No-lo interrumpió.-Tú quieres saberlo y debes saberlo, te lo voy a contar-dijo y tras eso tomó aire para continuar.-Cómo te iba diciendo, tuve un enfrentamiento con él en el bar de Gastón y él… él me pegó-Eugenia sintió como el cuerpo de Peter, sus músculos, se tensaban.-Me golpeó en la cara, caí al suelo y después empezó a patearme en la barriga-dijo escondiéndose más en si misma y colocando su mano sobre su barriga.
-No me lo puedo creer-dijo con la respiración entrecortada, la rabia le estaba consumiendo.
-Me llevó al hospital y allí me dijeron que a mi bebé…
-Nuestro-dijo Peter interrumpiéndola.
Eugenia sonrió y continuó con el relato.
-A nuestro bebé no le pasó nada. Intenté que una enfermera te llamara pero Nicolás se había adelantado a mis pasos y le había advertido que si yo le pedía llamar a alguien que lo avisase y así fue. Entonces decidí escaparme del hospital. Cuando lo conseguí fui a la comisaria a poner una denuncia pero él… él en esta vez también se había adelantado a mis pasos y compró a un policía que nada más verme le llamó. Cuando Nicolás apareció en la comisaria el mundo se cayó a mis pies. Nos fuimos de ahí y él me llevó a su casa. Me encerró en una habitación y yo allí no podía hacer nada. La ventana estaba cerrada con candado, la puerta con llave, no había forma de escapar. Ese mismo día, me quedé dormida y cuando me desperté te vi-dijo levantando la cabeza y mirándole a la cara.-Estabas con Gastón. Grité pero no me escuchaste…
-Había ido a buscarte-explicó Peter apretando sutilmente el muslo de Eugenia.
-Me lo imaginaba-dijo volviendo a hundir su rostro en el cuello de Peter.-Al día siguiente de eso, Nicolás hizo que te llamara y te dijera que quedásemos en el bar de Gastón para hablar. Me dijo que te tenía que hacer creer que tanto las fotos como el vídeo eran ciertos y además, hacerte ver que el bebé no era tuyo sino de él-hizo una pausa.-Lo que ocurrió en el bar de Gas, ya lo sabes… Él muy imbécil dijo que nos íbamos a casar y yo ni siquiera sabía nada de eso. Todo había sido plan suyo. Lo tenía todo calculado al milímetro. Después de hacer que tú te distanciaras de mi, decidió dejarme salir de la habitación pero siempre bajo vigilancia de un guardaespaldas que contrató exclusivamente para seguirme. Durante este mes que no nos hemos visto traté de escaparme, de contactar contigo, trate todo lo posible pero no hubo forma de conseguirlo. Y a partir de ahí más o menos todo lo demás lo sabes. Llegó el día de la boda y…llegaste tú a intentar impedirlo.
-Pero hay algo que no entiendo-dijo Peter.
-¿El qué no entiendes?-preguntó Eugenia mirándole a la cara.
-¿Por qué?-hizo una pausa.- ¿Por qué dejaste que Nicolás hiciera todo eso?
-Porque me tenía amenazada.
-¿Amenazada, con qué?
Ella empezó a negar con la cabeza.
-No, no puedo decírtelo.
-Eugenia-le reprimió el muchacho.
-No, Peter.
-Eugenia-volvió a repetir con la misma severidad.
Ella resopló.
-Me amenazaba diciéndome que hacia lo que él quería o tú correrías los riesgos.
-¿Cómo?-preguntó Peter sin entender bien.
-Si, él tenía intenciones de matarte si no hacía absolutamente todo lo que él me decía que hiciese. Y yo… no tenía otra elección, a pesar de no estar segura de que fuese a ser capaz de hacerlo pero no me podía permitir la idea de correr el riesgo. Porque, Peter-dijo Eugenia llevando sus manos a la nuca del muchacho y entrelazando sus dedos en su pelo con firmeza para que la mirase directamente a sus ojos llorosos.-Peter si te pasase algo, yo… yo me moriría.

-Y yo…y yo también me moriría si te pasara algo-dijo Peter llevando sus manos al rostro de Eugenia.
Peter le mantuvo la mirada durante unos segundos. Se acercó a sus labios para besarla y lo hizo con tanta pasión, tanta ternura, tanto sentimiento y con tanto…amor, que la derritió por completo. Eso era lo que le gustaba de él, ese amor que le daba, ese sentimiento tan bonito que él había elegido compartir con ella, y ella con él.
Cuando sus labios se separaron, a penas unos centímetros, Eugenia con los ojos cerrados saboreó sus propios labios. Permanecieron en esa posición durante unos largos segundos, donde ambos respiraban el aire del otro. Peter empezó a rozar su nariz con la de ella y tras eso la abrazó con fuerzas.
-No sabes lo que te he echado de menos-confesó el muchacho en voz baja aferrándola lo máximo posible a su cuerpo.
-Y yo a ti-dijo correspondiéndole en el abrazo.-Pero no quisiera romper este momento pero… me estas ahogando-susurró Eugenia.
Peter la soltó sonriendo y la miró a la cara.
-Sin duda el nuevo apodo que te he puesto te viene al pelo, tontita-dijo Peter acariciándole la mejilla.
-Gracias, ton…ti…to-dijo irónicamente.
Peter se rió y le dio un beso rápido sobre los labios.
-Pero, imitándote, no quisiera romper este momento pero hay algo que tampoco no comprendo-ella lo miró.- ¿Por qué no me contaste esto cuando estuvimos hablando esta tarde, en la boda?
-Porque cuando Julio-Peter puso cara de no saber de quién hablaba.-El guardaespaldas-explicó.-Se acercó a Nicolás y a mí, vi a Nicolás cogerle la pistola que tenía guardada y metérsela en los pantalones. Sabía que si estaba dos segundos a solas contigo haría una locura y para impedirlo cuando le abracé frente a todos en la iglesia le rogué que me dejara hablar contigo que te haría entrar en razón y a cambio él recibía mi ‘si, quiero’ en la boda. Por eso, esto-dijo levantando el anillo que sostenía entre sus manos.-Por eso, el casamiento.
-Te juro que no se como puede existir gente como ese imbécil. ¿Cómo puede hacerte esto?-se preguntaba Peter incrédulo.-Pero no te preocupes porque me pienso encargar de ese idiota.
-¿Qué? No, no, no, no, no, no-Eugenia negó varias veces.-Tú no te vas a meter en esto. Peter te lo prohíbo. 
Peter sonrió irónicamente, que poco le conocía Eugenia en ese aspecto.

Continuará... 

2 comentarios:

  1. Mas tiernos, mas tiernossss *ww*
    Dalee Peter, daleee. Que lo mateee u.u #soymala :33

    Quiero otrooo massss :D

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  2. no lo puedo creer!! por fin estan juntos!!!!!!1 sisisisi ya era hora ay me matan estos dos son mas tiernos =)
    espero mas genia

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