-Gracias-suspiró.-O el muy imbécil de Nicolás me compró el anillo una
talla más pequeña o mis manos se han hinchado; dicen que con el embarazo suele
pasar-dijo enseñándole su mano.
Peter agarró la mano de Eugenia y le dio un tierno beso en la palma.
-Estas perfecta, tontita. Pero creo que me debes una gran explicación.
-¿Ton…tita?-preguntó ella mirándole.
Peter sonrió por la cara que había puesto.
-Oh, vamos, no te irás a ofender ahora. Además, no intentes cambiar de
tema, porque aún estoy esperando a que empieces tu gran explicación.
Ella suspiró al ver que no iba a conseguir evitar hablar sobre el tema,
al menos, esa noche.
-Pongámonos cómodos, entonces-comentó mirándole.
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Eugenia estaba sentada sobre la cama de Peter con él enfrente,
mirándola fijamente. Peter le había prestado una camisa de pijama suya que le
quedaba grande para que se abrigara y estuviese más cómoda. Él estaba sentado
con las piernas estiradas, los brazos cruzados sobre el pecho y la espalda
apoyada en la cabecera de la cama, mientras ella había preferido sentarse
prácticamente enfrente y mirarle directamente a la cara.
-¿Por dónde quieres que empiece?-preguntó Eugenia.
-Por el principio-contestó Peter mirándola fijamente.
-De acuerdo-dijo y después suspiró.-Todo empezó el día en que rechace a
Nicolás y cortamos con nuestra relación. Él nunca había aceptado el hecho de
que lo rechazara aunque me hizo creer varias veces que si, pero estaba claro
que no. Por eso te mando las fotos y el vídeo porque quería que tú y yo rompiéramos.
Al ver que quizás no iba a conseguirlo, decidió tirar por otro camino. El
camino fácil. Nos enfrentamos un par de veces en el local de Gastón, una de
ellas cuando nos reconciliamos al día siguiente de nuestra discusión por la
pelea.
-Si, lo recuerdo. Me lo contaste-comentó Peter.
-Bueno, el enfrentamiento definitivo fue al día siguiente de eso. Fui a
trabajar muy temprano porque me tocaba a mi abrir el bar y bueno, él…-se quedó
callada, le costaba hablar de eso, por culpa de ese accidente por poco perdió a
su bebé.
Eugenia bajó la cabeza para ocultar su rostro y sus lágrimas entre su
pelo.
-¿El qué?-preguntó Peter mirándola.
La muchacha tomó aire y vocalizó mientras levantaba la cabeza:
-Él… me…
Peter al verle el rostro vio que estaba llorando.
-¡Ey, Euge! No llores. Ven aquí-dijo el muchacho extendiéndole la mano.
Eugenia negó con la cabeza y aspiró sus mocos.
-No te preocupes-dijo Eugenia limpiándose la cara.-Es el embarazo. Me
pone muy sensible. Si antes era llorona imagínate ahora-dijo tratando de
sonreír.
-Oh, vamos, ven aquí-dijo Peter agarrándola del brazo cuidadosamente y
ella se dejó hacer.
Se sentó sobre el regazo del muchacho y hundió su cara en el fornido
cuello de Peter. Él empezó a acariciarle el brazo con cariño mientras la
apretaba contra su cuerpo.
-No debería decirte esto porque quiero saberlo pero Eugenia no puedo
evitarlo contigo. Eres mi debilidad-dijo Peter dándole un beso en la
frente.-Así que si quieres podemos dejar de hablar del tema.
-No-lo interrumpió.-Tú quieres saberlo y debes saberlo, te lo voy a
contar-dijo y tras eso tomó aire para continuar.-Cómo te iba diciendo, tuve un
enfrentamiento con él en el bar de Gastón y él… él me pegó-Eugenia sintió como
el cuerpo de Peter, sus músculos, se tensaban.-Me golpeó en la cara, caí al
suelo y después empezó a patearme en la barriga-dijo escondiéndose más en si
misma y colocando su mano sobre su barriga.
-No me lo puedo creer-dijo con la respiración entrecortada, la rabia le
estaba consumiendo.
-Me llevó al hospital y allí me dijeron que a mi bebé…
-Nuestro-dijo Peter interrumpiéndola.
Eugenia sonrió y continuó con el relato.
-A nuestro bebé no le pasó nada. Intenté que una enfermera te llamara
pero Nicolás se había adelantado a mis pasos y le había advertido que si yo le
pedía llamar a alguien que lo avisase y así fue. Entonces decidí escaparme del
hospital. Cuando lo conseguí fui a la comisaria a poner una denuncia pero él…
él en esta vez también se había adelantado a mis pasos y compró a un policía
que nada más verme le llamó. Cuando Nicolás apareció en la comisaria el mundo
se cayó a mis pies. Nos fuimos de ahí y él me llevó a su casa. Me encerró en
una habitación y yo allí no podía hacer nada. La ventana estaba cerrada con
candado, la puerta con llave, no había forma de escapar. Ese mismo día, me
quedé dormida y cuando me desperté te vi-dijo levantando la cabeza y mirándole
a la cara.-Estabas con Gastón. Grité pero no me escuchaste…
-Había ido a buscarte-explicó Peter apretando sutilmente el muslo de
Eugenia.
-Me lo imaginaba-dijo volviendo a hundir su rostro en el cuello de
Peter.-Al día siguiente de eso, Nicolás hizo que te llamara y te dijera que
quedásemos en el bar de Gastón para hablar. Me dijo que te tenía que hacer
creer que tanto las fotos como el vídeo eran ciertos y además, hacerte ver que
el bebé no era tuyo sino de él-hizo una pausa.-Lo que ocurrió en el bar de Gas,
ya lo sabes… Él muy imbécil dijo que nos íbamos a casar y yo ni siquiera sabía
nada de eso. Todo había sido plan suyo. Lo tenía todo calculado al milímetro. Después
de hacer que tú te distanciaras de mi, decidió dejarme salir de la habitación
pero siempre bajo vigilancia de un guardaespaldas que contrató exclusivamente
para seguirme. Durante este mes que no nos hemos visto traté de escaparme, de
contactar contigo, trate todo lo posible pero no hubo forma de conseguirlo. Y a
partir de ahí más o menos todo lo demás lo sabes. Llegó el día de la boda
y…llegaste tú a intentar impedirlo.
-Pero hay algo que no entiendo-dijo Peter.
-¿El qué no entiendes?-preguntó Eugenia mirándole a la cara.
-¿Por qué?-hizo una pausa.- ¿Por qué dejaste que Nicolás hiciera todo
eso?
-Porque me tenía amenazada.
-¿Amenazada, con qué?
Ella empezó a negar con la cabeza.
-No, no puedo decírtelo.
-Eugenia-le reprimió el muchacho.
-No, Peter.
-Eugenia-volvió a repetir con la misma severidad.
Ella resopló.
-Me amenazaba diciéndome que hacia lo que él quería o tú correrías los
riesgos.
-¿Cómo?-preguntó Peter sin entender bien.
-Si, él tenía intenciones de matarte si no hacía absolutamente todo lo que él me decía que hiciese. Y yo… no
tenía otra elección, a pesar de no estar segura de que fuese a ser capaz de
hacerlo pero no me podía permitir la idea de correr el riesgo. Porque,
Peter-dijo Eugenia llevando sus manos a la nuca del muchacho y entrelazando sus
dedos en su pelo con firmeza para que la mirase directamente a sus ojos
llorosos.-Peter si te pasase algo, yo… yo me moriría.
-Y yo…y yo también me moriría si te pasara algo-dijo Peter llevando sus
manos al rostro de Eugenia.
Peter le mantuvo la mirada durante unos segundos. Se acercó a sus labios para besarla y lo hizo con tanta pasión, tanta
ternura, tanto sentimiento y con tanto…amor, que la derritió por completo. Eso
era lo que le gustaba de él, ese amor que le daba, ese sentimiento tan bonito
que él había elegido compartir con ella, y ella con él.
Cuando sus labios se separaron, a penas unos centímetros, Eugenia con
los ojos cerrados saboreó sus propios labios. Permanecieron en esa posición
durante unos largos segundos, donde ambos respiraban el aire del otro. Peter
empezó a rozar su nariz con la de ella y tras eso la abrazó con fuerzas.
-No sabes lo que te he echado de menos-confesó el muchacho en voz baja
aferrándola lo máximo posible a su cuerpo.
-Y yo a ti-dijo correspondiéndole en el abrazo.-Pero no quisiera romper
este momento pero… me estas ahogando-susurró Eugenia.
Peter la soltó sonriendo y la miró a la cara.
-Sin duda el nuevo apodo que te he puesto te viene al pelo,
tontita-dijo Peter acariciándole la mejilla.
-Gracias, ton…ti…to-dijo irónicamente.
Peter se rió y le dio un beso rápido sobre los labios.
-Pero, imitándote, no quisiera romper este momento pero hay algo que tampoco no
comprendo-ella lo miró.- ¿Por qué no me contaste esto cuando estuvimos hablando
esta tarde, en la boda?
-Porque cuando Julio-Peter puso cara de no saber de quién hablaba.-El
guardaespaldas-explicó.-Se acercó a Nicolás y a mí, vi a Nicolás cogerle la
pistola que tenía guardada y metérsela en los pantalones. Sabía que si estaba
dos segundos a solas contigo haría una locura y para impedirlo cuando le abracé
frente a todos en la iglesia le rogué que me dejara hablar contigo que te haría
entrar en razón y a cambio él recibía mi ‘si,
quiero’ en la boda. Por eso, esto-dijo levantando el anillo que sostenía
entre sus manos.-Por eso, el casamiento.
-Te juro que no se como puede existir gente como ese imbécil. ¿Cómo
puede hacerte esto?-se preguntaba Peter incrédulo.-Pero no te preocupes porque
me pienso encargar de ese idiota.
-¿Qué? No, no, no, no, no, no-Eugenia negó varias veces.-Tú no te vas a
meter en esto. Peter te lo prohíbo.
Peter sonrió irónicamente, que poco le conocía Eugenia en ese aspecto.
Continuará...
Mas tiernos, mas tiernossss *ww*
ResponderEliminarDalee Peter, daleee. Que lo mateee u.u #soymala :33
Quiero otrooo massss :D
no lo puedo creer!! por fin estan juntos!!!!!!1 sisisisi ya era hora ay me matan estos dos son mas tiernos =)
ResponderEliminarespero mas genia