-¿Cómo me
dijiste?-preguntó él al no escucharlo bien.
-Hermano-sonrió.
-Al fin lo dijiste-empezó a hacerle cosquillas.
-Hermano-sonrió.
-Al fin lo dijiste-empezó a hacerle cosquillas.
-No, no;
para Peter-suplicaba riéndose.
Así
estuvieron hasta que ella consiguió agarrarle las manos, y ambos se miraron a
los ojos. Por pura atracción se acercaron casi sin darse cuenta hasta llegar al
momento en que ambos sentían la respiración del otro. Rozaron sus labios un par
de veces. Ninguno de los dos era consciente de lo que estaban haciendo, solo se
dejaban llevar. Ambos deseaban besarse, y lo iban a hacer pero...
-¿Qué esta pasando aquí?
-¿Qué esta pasando aquí?
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Peter se
apresuro a separarse.
-Lo que me faltaba, éramos pocos y parió la burra…-dijo Eugenia cruzándose de brazos.
-Para burra estas tú-contestó Melodi.- ¿Qué hacían, mi amor?-se acercó a Peter y lo besó. Eugenia giro la mirada hacia otro lado, resoplando.
-Eh… nada estaba aquí jugando con mi hermanita pequeña. ¿Qué haces tú aquí? Si no te gusta la naturaleza.
-¡Eso! ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a conocer al resto de tus familiares reptiles?-preguntó Eugenia con un tono burlón.
-Si, ya se que no me gusta la naturaleza pero es que por ti, hago todo ¿sabias? Entonces decidí venir a pasar el verano contigo-contestó Melodi ignorando la burla de Eugenia.
-Vaya, genial. Ahora estaremos todos.
-Si, genial-comentó Eugenia con ironía.
-Lo que me faltaba, éramos pocos y parió la burra…-dijo Eugenia cruzándose de brazos.
-Para burra estas tú-contestó Melodi.- ¿Qué hacían, mi amor?-se acercó a Peter y lo besó. Eugenia giro la mirada hacia otro lado, resoplando.
-Eh… nada estaba aquí jugando con mi hermanita pequeña. ¿Qué haces tú aquí? Si no te gusta la naturaleza.
-¡Eso! ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a conocer al resto de tus familiares reptiles?-preguntó Eugenia con un tono burlón.
-Si, ya se que no me gusta la naturaleza pero es que por ti, hago todo ¿sabias? Entonces decidí venir a pasar el verano contigo-contestó Melodi ignorando la burla de Eugenia.
-Vaya, genial. Ahora estaremos todos.
-Si, genial-comentó Eugenia con ironía.
Un rato
más tarde, estaban todos reunidos en un galpón recibiendo la bienvenida, Peter
no dejaba de echarle miradas a Eugenia, que no paraba de mirar el collar que le
había regalado. Le parecía precioso. Tenía una forma peculiar, era una especie
de piedra preciosa de un color rosa claro. Simple y sencillo pero realmente
significativo para Eugenia. Le dio un beso al collar y presto atención a lo que
decían en la presentación. Al rato termino la bienvenida y todos los chicos y
chicas del campamento se fueron a sus respectivas cabañas para prepararse para
la hoguera de inauguración.
-Encantada,
me llamo Paloma-dijo una chica que compartía cabaña con Candela y Eugenia.
-Y yo,
Alicia.
-Oh, vaya
pues mucho gusto-comentó Eugenia buscando alguna ropa para ponerse para la
hoguera.-Yo soy Euge, y ella Cande-sonrió.
-¿Estáis
listas para la fiesta de esta noche?-preguntó Alicia emocionada.
-Por
supuesto-contestó Candela.-Tengo unas ganas, más que nada por ver a chicos
nuevos.
-¿Perdón?-preguntó
Eugenia mirando a su amiga.- ¿A ti no te gustaba uno que anda por aquí en el
campamento revoloteando?
-Si, pero
si no me hace caso tendré que buscarme a otros.
-Pero,
¿has intentado decirle a Luca lo que sientes?
-Eh…-guardo
silencio un momento, hasta que contestó.- No.
-Pues hoy
vas a tener la oportunidad perfecta para hacerlo. Así que, ¡aprovecha!-exclamó
Eugenia.
En una de
las cabañas de los varones, dormían Peter, Darío, Luca y un chico más, Alberto.
Los cuatro andaban hablando animadamente.
-¡Chicos!-exclamó
Luca.-No se qué hacer…
-¿A que te
refieres?-preguntó Peter.
-Veréis…-hizo
una pausa.-Me gusta una chica.
-¿Ya? ¿Tan
pronto?-preguntó Darío.-Yo estuve deambulando por el campamento y no vi ninguna
que me llamase la atención, la verdad.
-Me gusta
una que ya conocemos-aclaró.
-¿Quién?-preguntó
Peter.
-¿Qué ya
conocemos?-repitió Darío.-Pues, está Melodi, que dudo que sea ella porque esta
con Peter; Eugenia, que la verdad es un buen partido, no te digo que no, pero
está hasta las manos con alguien...
-¿Con
quién?-se apresuro a preguntar Peter.
-Por
favor, hermano, no interrumpas, ni cambies de tema; ahora mismo estamos con
Luca-Darío sonrió.-Venga, Luquita, dinos.
-Es…
Las chicas
salieron de su cabaña y se dirigieron al lugar donde se haría la fiesta. Era al
aire libre, alrededor de una hoguera. Todas se habían producido. Eugenia le había
metido en la cabeza a Candela que hoy debía declararse a Luca, así que la chica
pensaba cómo hacerlo.
-Tú,
tranquila, Can. Relájate ¿si?-le animaba Euge.
-Claro, es
tan fácil decirlo.
Candela
suspiro.
-Mira, ahí
está-dijo Eugenia al ver a Luca, que estaba con Peter y Darío.-Vamos, para
allá.
Eugenia
cogió a su amiga de la mano y se acercó a los tres.
-Hola,
chicos-saludó sonriendo.
-Uau, ¡qué
guapas estáis, chicas!-exclamó Darío.
-Gracias-agradeció
Euge por parte de las dos, ya que Candela era incapaz de decir nada, estaba
sumida en sus pensamientos buscando las palabras perfectas para ese momento en
que su amiga se llevase a los dos hermanos lejos y la dejase a solas con el
chico que le gustaba.
Pusieron
música desde el galpón, que estaba cerca de allí, a todo volumen. En ese
momento, Melodi se acercó a ellos y le preguntó a Peter:
-Pitt,
¿vienes a bailar conmigo?
-Claro-sonrió
y se alejo con ella de la mano.
Eugenia
creyendo que sería el momento perfecto, dijo:
-Darío, ¿te
vienes a bailar?
-Claro-contestó
Darío.
Cuando se
fueron a bailar, dejando solos a Candela y a Luca, él no tardo en preguntarle
si quería bailar. Ella acepto pero antes quería decirle algo.
-Eh… vaya,
yo también quería decirte algo-comento Luca.
-¿Ah si?
Pues tú primero.
-No, no.
Tú-sonrió.
Ambos se
quedaron en silencio mirándose, esperando que el otro hablase.
-Cande…
-Luca…
-¡Me
gustas!-exclamaron al unísono.- ¿En serio?-volvieron a hablar a la vez.
Los
corazones de los dos iban a mil por hora, palpitaba sin parar y estaban un poco
nerviosos. Ella estaba sonrojada, parecía un tomate. Luca viendo que ella era
incapaz de decir nada, habló:
-Bueno, lo
dicho, me gustas desde hace un tiempo y no sabía como decírtelo, pero hoy me
dieron ánimos para hacerlo-sonrió.
-A
mi…igual-vocalizó nerviosa.
Luca le
cogió el mentón y la acercó a él.
-Entonces
solo me queda preguntarte si quieres ser mi novia-sonrió mirándola a los ojos.
Ella muy
nerviosa, dijo:
-Si, claro
que si-sonrió.
Él, al
escuchar su respuesta, se acercó más a ella y la besó.
CONTINUARÁ...
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