martes, 20 de marzo de 2012

Capitulo 13: Cosas inevitables.

Capitulo anterior:

En ese momento, alguien llamo a la puerta; ella que estaba sentada en su cama removiéndose los pelos con una toalla para intentar secárselos, dijo:
-Pasa. Esta abierto.
-Hola, me ha contado Melodi que te has caído al agua-comentó Peter entrando.
-Ah, hola-hizo una pausa.-Sí, por su culpa. Es idiota, en serio-dijo enfadada.
-Bueno Eugenia seguro que lo hizo sin querer; no creo que quisiese tirarte al agua apropósito.
-No se, si apropósito o no, pero sigue siendo una idiota.
-Euge, tienes que conocerla y verás que cambias de opinión.
-Lo dudo-comentó ella muy segura de si misma.-Siempre me ha caído mal y más aún desde…
-¿Desde qué?-preguntó él mirándola.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
“Hay cosas que son inevitables, cosas que si no suceden cambian el sentido de la vida, cosas que al pasar hacen daño o te alegran la vida. Cosas… inevitables”-pensaba Eugenia.
-¿Desde qué?-volvió a preguntar Peter.
“Desde que empezó a salir contigo…”-pensó la muchacha.
-Desde nada-contestó Eugenia.-Nunca me cayo bien, ahora tampoco me va a caer bien-esas fueron sus últimas palabras antes de salir de la cabaña enfadada.
Peter fue detrás de ella.
-Espera, Eugenia; pero ¿qué te pasa?-preguntó agarrándola del brazo.
-Nada, no me pasa absolutamente nada. El problema es que me encanta que la gente me diga que soy una cualquiera.
-¿Qué? ¿Quién te dijo eso?
-Tu novia-contestó volviendo a caminar.
-Explícate-pidió Peter, pero antes de que ella pudiese decir nada más, Candela corría hacia ellos junto a Melodi, diciendo:
-¡Amiga! ¡Tengo que contarte algo!
Melodi se acercó a Peter y lo besó nada más engancharse a su cuello. Eugenia miro el beso con tristeza en los ojos y a la vez odio, apretó su puño y le dijo a Candela:
-Mejor hablemos en la cabaña-dijo dándose la vuelta y empezando a caminar.
-¡Cande!-gritó Nicolás yendo hacia ellas.
Eugenia se giro, al ver que su amiga se iba a retrasar. Cuando vio a tremendo hombre yendo hacia ellas dijo embobada:
-No… ¿quién es ese bombón?-Peter al escucharla aparto un poco a Melodi.
-Bueno… ya no te tengo que decir nada-comento Candela.-Os presento. Euge, este es Nicolás mi hermano; Nico, esta es Euge mi mejor amiga.
-¡Uau! Vaya amiga, hermanita. Encantado linda-le guiño el ojo y extendió la mano.
-Lo mismo digo-le dio la mano mientras seguía embobada.
-Bonita camiseta-comento Nicolás leyendo el logotipo: “Fuck you”.-Pero creo que estarías mejor sin ella. Si quieres vienes conmigo y te ayudo a quitártela-tiro de ella hacia él.- ¿Te apetece?
Peter se estaba empezando a cabrear y para hacerse notar carraspeó con rabia y todos los ojos se fijaron en él.
-¿Quién es este?-preguntó Nicolás.
-Soy el hermano de Euge -dijo Peter aproximándose a ella y pasándole el brazo por la cintura.
Eugenia lo miro extrañada y se aparto mientras decía:
-Si, mi hermano pero postizo, ya te explicare-le sonrió a Nicolás.
-Si quieres ahora mismo me explicas y nos vamos conociendo.
-Nico déjalo ya, con Euge no te metas-le reprimió Candela.
-Solo la quiero conocer-se excusó.
Mientras los hermanos Renaldi hablaban Peter aprovechó para cogerle del brazo a Eugenia y apartarla un poco.
-¿Qué haces?-preguntó ella.
-Eugenia tenemos que hablar.
-¿Ah si? Pero ahora no, esta Melodi aquí-puso ímpetu al pronunciar esa frase.
-Euge…-suspiro.-No me hagas esto.
-¿Qué no te haga el que?
-Ser así.
-¿De que me estas hablando?
-Peter no pierdas el tiempo con esta-dijo Melodi que se había dado cuenta de que se habían alejado desde un principio.-No vale la pena-concluyo girándole la cara para besarlo.
Eugenia se mordió el labio inferior con rabia y dijo:
-¡Cande me voy a la cabaña! Adiós Nico, encantada.-empezó a caminar hacia la cabaña.
-Voy contigo-dijo Nicolás dejando a su hermana hablando sola.
Peter se separo de Melodi e iba a ir detrás pero su novia lo retuvo cogiéndole del brazo y diciendo:
-No vayas.
Él para no discutir se quedo quieto en el mismo sitio, ya que se había tranquilizado al ver que Candela había adelantado a Nicolás y alcanzado a Eugenia.

Ya de noche los chicos estaban en su cabaña, aun faltaba media hora para la cena.
En la cabaña de los varones…
-No lo soporto, es un degenerado-gritaba Peter.
-Tranquilízate-decía Darío.
-Eso, tu hermano tiene razón-afirmaba Luca.
-¿Cómo queréis que me tranquilice? Ese tío a cada cinco segundos le lanza una indirecta a Euge y la muy tonta se deja llevar.
-Apuesto lo que quieran a que Nicolás se la lleva a la cama hoy mismo-comentó Alberto, el que compartía cabaña con los chicos.
A Peter, al escuchar aquello, se le saltaron los ojos y estuvo apunto de perder el control.
-¿Qué dices, Alberto?-salto Luca.
-Os lo aseguro. Esta tarde aposte con él a que no se conseguía liar con una monitora del campamento y lo consiguió en diez minutos-explicó el chico.
-No… chicos, vieron. Tengo que proteger a Euge.
Darío se rió.
-Peter, hermano; ¿por qué estas así? Deja que Eugenia haga lo que quiera. Creo que ya es mayorcita para esas cosas y sabe muy bien lo que hace.
-No lo sabe, aun no lo sabe.
-¿Cómo estas tan seguro?-volvió a hablar Alberto.
Peter se quedo callado. Él no sabía nada sobre las relaciones que había podido tener su “hermana” anteriormente.
-¿Qué dices?-habló al cabo de un rato.-Aun es muy pequeña para haber rocanroleado.
-¿Seguro?-Alberto no estaba en contra de Peter, pero le encantaba llevar la contraria a la gente y hacerla dudar.
-¡Alberto cállate!-gritó Luca.
-Bueno… esta bien. Solo daba mi opinión- Alberto se concentro en un tebeo que tenía entre manos pero de vez en cuando escuchaba algo de la conversación.
-A ver Peter, a ti lo que te ocurre es que tienes miedo de que la nena vuele del nido y que no vuele contigo-dijo Darío entre risas.
-Para nada. Lo que pasa es que creo que aun no es su momento, es joven tiene una vida larga por delante.
-Si, claro.
-En serio, chicos.
-Lo que a ti te molesta es que te quiten a la chica. Pero Peter deberías dejarla en paz, tú estas con Melodi.
-Si tienes razón, yo estoy con Melodi pero…
En ese momento llamaron a la puerta, la abrieron y era un monitor del grupo de los varones, que no venía solo. Peter al ver con quien venía, apretó los dientes y no tardo en preguntar:
-¿Qué hace él aquí?
-Él va a ser vuestro compañero de cabaña.
-¿No es un poquito mayorcito para estar aquí?-hizo una pausa.-Tiene ya veinte años.
-Si, pero él no hará las actividades del campamento, el ayudara a limpiar la cocina y a hacer la comida para pagar su estancia aquí durante el tiempo que dura el campamento.
-¿Y por que se tiene que quedar en esta cabaña justamente?-pregunto Peter.
-Porque es la única que tiene una cama de sobra. Y Peter, no preguntes más. Se queda aquí y punto.
-Bienvenido Nicolás- dijo Alberto tras la salida del monitor.
-Gracias-dijo él sentándose encima de la cama de Peter.
-Esa es mi cama-dijo Peter al ver lo que hacia.
-¿Ah si? ¿Y que?
-Que ya estas tardando en levantar el culo de ahí.
-¿Quién me va a obligar? ¿Tú?-se rió.-Por favor.
-Puede ser que seas más grande que yo pero no te fijes solo en eso-le provoco.
-¿Quieres apostar que te dejo en el suelo de un puñetazo?-chuleo Nicolás.
-Venga- Peter iba a abalanzarse sobre él pero entre su hermano y Luca lo detuvieron.
-Veo que tus amigos son sensatos-comentó Nicolás entre risas.-Vamos chicos sujétenlo para que no haga ninguna idiotez.
Peter no paraba de intentar soltarse pero contra dos era imposible. Lo sacaron de la cabaña para tranquilizarlo, al cerrar la puerta tras salir, lo soltaron.
-Lo mato, os juro que lo mato. No lo aguanto.
-Bueno Peter pero vamos a tener que aguantarlo durante un tiempo, así que relájate.
-¡Grrr!-Peter estaba al borde del abismo.
Para colmo Nicolás abrió la puerta y dijo:
-Ei chico, perdón por comportarme así. Creo que deberíamos llevarnos bien-le extendió la mano para que él se la estrechara en símbolo de paz.-Eres el hermano del bombón que me quiero ligar-Peter bajo la cabeza y cerro el puño con fuerza.-Si nos llevamos bien seguro que me das algún consejillo para enamorarla y ya sabes-hizo un movimiento pélvico. Peter ya no aguantaba más, levanto la cabeza y se abalanzo hacia él pero Nicolás cerro la puerta y Peter se dio con la nariz contra la puerta.
Empezó a sonar una campana, era la hora de cenar.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario