martes, 20 de marzo de 2012

Capitulo 14: Consejos

Capitulo anterior:

Para colmo Nicolás abrió la puerta y dijo:
-Ei chico, perdón por comportarme así. Creo que deberíamos llevarnos bien-le extendió la mano para que él se la estrechara en símbolo de paz.-Eres el hermano del bombón que me quiero ligar-Peter bajo la cabeza y cerro el puño con fuerza.-Si nos llevamos bien seguro que me das algún consejillo para enamorarla y ya sabes-hizo un movimiento pélvico. Peter ya no aguantaba más, levanto la cabeza y se abalanzo hacia él pero Nicolás cerro la puerta y Peter se dio con la nariz contra la puerta.
Empezó a sonar una campana, era la hora de cenar.
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Peter cuando llego al comedor tenía algodón en la nariz. Nada más entrar busco a Eugenia y la vio hablando con sus amigas. Se sentó en la mesa de los varones y se tranquilizó, pero su tranquilidad duro poco.
-Hola-saludo Nicolás al sentarse. Peter lo miro y bajo la cabeza suspirando desconsoladamente.-Perdón por lo de antes, es que me encanta tu hermana-la busco con la mirada y la encontró en la mesa de delante-¡Me enamore a primera vista!
-Pues para tu información enamorarse no es querer llevártela a la cama el primer día que la conoces. Enamorarse es otra cosa, es tenerla en mente cada segundo, que ella sea lo único que exista para ti, que cuando estés de bajón todo se te pase con una sonrisa suya-en ese momento Eugenia se estaba riendo con sus amigas y se había quedado mirando a Peter.
-Parece como si estuvieras enamorado de ella-se rió.-Menos mal que tú ya tienes novia.
Peter suspiró y se levanto a por su bandeja para coger la comida; Nicolás fue detrás.
-Pero una cosa-dijo Nico cogiendo su bandeja y esperando en la cola.-Tienes una imagen mía muy mala, yo no soy tan estúpido como para andar haciendo esto.
-¿Esto que?
-Pues pidiéndole consejos a un renacuajo como tú. Yo ya sé todo lo que necesita una mujer-hizo una pausa.-A mi lo que me pasa es que me enamore; fue un flechazo con tu hermana. Y creo que ella es más de ir lentamente y yo no puedo con la lentitud. Así que necesito que me ayudes a saber sus gustos, aficiones y demás, para ya saber todo de ella y atacar con algo que la deje rendida a mis pies...  ¿me ayudaras?
-Si por supuesto-dijo Peter con ironía.-Mira primer consejo del día: ¡DEJALA EN PAZ!-Peter terminó de coger su comida y volvió a la mesa. Nicolás como no, fue detrás.
-Voy a poner en practica tu consejo-también hablo irónicamente. Dejo su bandeja en la mesa y fue donde estaba Eugenia. En ese momento llegaron Luca y Darío que se sentaron uno a cada lado de Peter.
-¿Qué te pasa?-pregunto Darío al ver la cara de enfado de su hermano.- ¿Qué miras?
Luca y Darío le siguieron la mirada a Peter y se quedaron callados observando. Nicolás le habló al oído a Eugenia y la muchacha asintió con la cabeza. Nicolás después de semejante respuesta le cogió por la barbilla y le beso en la comisura del labio. Peter estaba furioso pero se contenía. El galán después de aquel beso volvió a su sitio.
-Peter no hagas nada-le sugirió Luca en voz baja.
Él suspiro.
-Gracias, amigo-dijo Nicolás dándole un golpecito en el hombro a Peter.
-¿Qué le has dicho?-pregunto Darío con curiosidad.
-Nada…-Nicolás tenia una sonrisa de oreja a oreja.
-Vamos, venga. Cuéntanos-hablo Peter con una falsa sonrisa, levantándose para pasarle la mano por el hombro. Nicolás se quedó callado mirándolo.- ¿Sabes que pasa? Tienes razón, a mi hermana le hace falta un novio y ¿quién mejor que tú? Que ya tienes años de experiencia en todo.
Nicolás sin creerle mucho, le contó:
-Le pregunte si quería encontrarse hoy conmigo y la rubia como no, me dijo que si pero que antes se iba a duchar.
“La mato”-pensó Peter.
-¿Y donde os vais a encontrar?-Nicolás lo volvió a mirar algo extrañado.-Es por curiosidad-concreto Peter.-Tranquilo que no voy a aparecer por ahí ni nada-se rió.
-Ah… pues en la despensa.
-Am. ¿Y a que hora?
-Después de la ducha. Pero no se si aguantare; quizás aparezca por allí.
-¿Por allí donde?
-En las duchas, así nos ahorramos el momento de tener que quitarnos la ropa-se rió.
-Pero ¿qué dices? ¿No ibais a hablar?
-¿Cuando dije yo eso?-seguía riéndose.
-Mira un segundo consejo, Euge no es de esas.
-Bueno pues yo la volveré de esas-se rió mientras se sentaba.
Peter sintió unas ganas tremendas de matarlo pero Darío lo freno.

Después de cenar, todos volvieron a sus respectivas cabañas para hacer lo que quisieran, dormir, hablar… pero antes de las 23.00, porque esa hora era la hora de que todo el mundo se fuese a dormir. Eugenia nada más entrar en su cabaña, cogió su ropa y su toalla y se fue a las duchas, no sin antes despedirse de Candela, que se iba a encontrar con Luca a escondidas; ya que ningún chico podía estar en ninguna cabaña del área de las chicas, ni viceversa. Era algo que el campamento llevaba a raja tabla.

Peter para vigilar a su hermanita, decidió ir a visitar a su novia a su cabaña, que estaba cerca de las duchas de las chicas y desde allí podría vigilar, por si el moscón de Nicolás decidía adelantar el encuentro como había dicho. Los novios se encontraban delante de la puerta de la cabaña, sentados en las pequeñas escaleras, que había delante de la puerta.
-Te quiero tanto-decía Melodi, abrazando a Peter, que tenía los ojos puesto en el camino.- ¿Y tú a mí?-la chica al ver que su novio no contestaba le miro.- ¿Peter?
-Si, dime-contestó al caer en la cuenta de que Melodi le estaba hablando.
-¿En qué andabas pensando?
-Pensaba en lo linda que estás hoy-sonrió y la besó.
Cuando se separaron, Peter pudo ver a Eugenia yendo a las duchas y al rato después a Nicolás pasando por allí.
“Ya está aquí el idiota”-pensó Peter.
 -Eh… Mel ahora vuelvo espérame aquí ¿vale?
-Bueno…-dijo Melodi mientras veía que Peter corría hacia Nicolás.

-¡Epa! ¿Qué hacemos aquí?-pregunto Peter.
-Pues lo que te dije. Voy a saltarme el paso de esperarla en la despensa.
-¡No! Espérala, seguro que se esta preparando para ti-le guiño el ojo.-Venga vete a esperarla.
-Umm… Bueno si, voy a esperarla, no quiero parecer desesperado.
-Eso mismo; así se habla-dijo Peter mientras lo veía irse.
Él rápidamente se dio la vuelta y se fue hacia las duchas, no podía permitir que aquello ocurriese. Sabia que Eugenia no era de esas que en la primera noche rocanrolea, pero no se fiaba ni un pelo de Nicolás. Al entrar se tapo los ojos y dijo:
-¿Euge?
Ella al percatarse de su presencia cogió rápidamente la toalla y se la enrolló al cuerpo y cerró el grifo.
-¡Peter, ¿qué haces aquí?! ¡Lárgate!
-No veo, no veo nada, tranquila. Quiero hablar contigo.
-¿De que?
-Bueno… eh… Euge ¿puedo mirar?
-¡NO! Estoy en toalla.
-¿Y que tiene? No veré gran cosa-miro de reojo.-Aparte esta el muro, no veo nada.
-Me da igual, tápate los ojos.
En ese momento los dos se dieron cuenta de que el pomo de la puerta empezaba a girar. Ambos tragaron saliva mirándose el uno al otro.

Continuará...

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