-Bueno si quieres ocupar tus tardes en algo te
apunto a clases de Yoga o no sé…
-Papá, tengo 24 años-dijo ella irónicamente.
-Está bien-se dio por vencido.-Haz lo que
quieras-comentó levantándose del taburete de la cocina.
-¿Te has enfadado?-preguntó Eugenia mientras
veía como se iba de la cocina.
-¡No!-contestó subiendo las escaleras hacia la
segunda planta.
-Si, si te has enfadado. Pero, no te enfades-gritó
asomándose por debajo del marco de la puerta.
La muchacha se quedó callada esperando a que
él dijera algo, al no ser así miró a Gastón y dijo:
-Si, se ha enfadado.
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Eugenia había empezado a trabajar aquella
misma tarde en que Gastón se lo había propuesto. Con el tiempo se fue
familiarizando con los demás compañeros y con algún que otro cliente habitual
del lugar. Poco a poco se acostumbro a aquello y sin lugar a duda no lo hacia
tan mal. Atendía a los clientes, les trataba con amabilidad, servía copas sin
parar y rechazaba aquellas invitaciones que le hacían algunos hombres de beber
algún chupito siempre con una sonrisa y un lamentable “si bebo en hora de trabajo me matan”. Con ese empleo llegaba más
tarde que Peter así que él algunas noches pasaba por allí y se quedaba en la
barra hasta que ella saliese para volver juntos a casa. Eugenia había
conseguido que Peter no pusiera más inconvenientes y que por fin aceptase el
hecho de que ella trabajase en aquel bar. El muchacho, en realidad, lo hacía
para protegerla, conocía a la gente que solía ir allí y no le hacia mucha
gracia que su novia tuviese que hacer frente a más de un borracho por noche.
Pero si ella quería trabajar en el bar de Gastón, él lo aceptaba. Sin duda para
Eugenia todo era idílicamente perfecto, pero no todo lo bueno dura eternamente…
La muchacha como de costumbre estaba
atendiendo las mesas y llevando desde la barra hasta los clientes sus pedidos.
En una de sus idas y venidas, empezó a sentir que el lugar le daba vueltas y
rápidamente tuvo que agarrarse a la barra para no caer al suelo mareada. Gastón
que estaba detrás de la barra se acercó a ella y le preguntó:
-¿Estás bien?
Ella levantó la cabeza y lo miró a la cara.
-Si, no te preocupes-le sonrió.
-¿Segura? Estas pálida.
-Estoy bien-mintió mientras agarraba la
bandeja de encima de la barra y se disponía a ir a recoger algunos vasos que se
habían dejado los clientes en las mesas vacías.
Se acercó a una mesa y puso todos los vasos
vacíos encima de la bandeja. Tenía en mente llevarlos hacia la barra cuando el
malestar de antes volvió a invadirle el cuerpo. Dejando bruscamente la bandeja
sobre la mesa, se dejó caer sobre una silla vacía mientras cerraba los ojos con
fuerza tratando de volver a recuperar la visión. Cuando los volvió a abrir, vio
a Gastón yendo hacia ella muy preocupado.
-Eugenia ¿qué demonios te ocurre?
-Nada-contestó.
-No mientas. Eugenia has estado a punto de
desmayarte.
-Solo me he mareado un poco-dijo levantándose
de la silla.-Estoy cansada. A penas he dormido esta noche. Me encontraba con el
estómago revuelto y no pude conciliar el sueño pero no es nada, te lo juro.
Gastón no dijo nada más, solo movió la cabeza
de un lado hacia otro con el ceño fruncido. No creía que esos mareos no fuesen
‘nada’.
Se hizo de noche. Eugenia estaba sentada en el
sofá esperando a que Peter viniese de la cocina con las palomitas para ver una
película juntos. Estaba algo cansada pero la noche era su única aliada, el
único momento en que podía disfrutar de su novio y no pensaba desperdiciarlo.
-¿Qué peli vamos a ver?-preguntó Peter
entrando en el salón con un bol de palomitas.
-Guerras de novias-contestó Eugenia sonriendo.
-Mmm… no se cuál es… ¿de qué va?-preguntó
sentándose en el sofá.
-Te leo lo que pone en el resumen de atrás. A
ver dice… Emma y Liv desde siempre han
sido las mejores amigas que sueñan con el gran día de su boda, con lo que no
soñaban era con que sus bodas van a ser el mismo fin de semana y como una de
las dos va a tener que cambiar la fecha, empezará entonces una feroz
competición entre Liv y Emma para conseguir la reserva del Hotel Plaza.
-Oh, típica película para mujeres.
-Eh…si. Espero que no te importe.
-En absoluto-le sonrió.
-¿Sabes? Las dos protagonistas se asemejan a
mi y a Candela. Desde que nos conocimos hemos venido imaginando como sería
nuestras bodas, ella será mi madrina y yo la suya y… no sé, me imagino una boda
sencilla solo con familiares y amigos más cercanos-Peter observaba ese brillo
que la muchacha tenía en los ojos mientras hablaba de ese tema.-Me encantaría
que fuese en la playa, al aire libre, con un altar y todo tan…-lo miró y vio su
cara de embobado.- ¿Qué? ¿Por qué me miras así?
-No por nada, se nota que tienes todo minuciosamente
planeado y que yo no voy a tener ni voz ni voto al organizarlo.
-Claro que vas a tener voz y voto. Te dejaré
elegir las flores-hizo una pausa.-No, mejor eliges los centros de mesas del
convite o…-se quedó callada pensando.-Bueno ¿por qué hablamos de esto ahora? Ni
siquiera me has pedido matrimonio, quizás ni me case contigo.
-¿Cómo?-preguntó Peter mirándola fijamente.
-Eso. Que no es seguro que me vaya a casar
contigo. Nadie sabe que pasará dentro de…un mes. Quizás ni estemos
juntos-bromeó.
-¡Muy graciosa!-exclamó irónicamente.
-Es broma-dijo dándole un beso en la
mejilla.-No te enfades.
-No, si yo no me enfado. Si yo también tengo
claro que dentro de un mes no estaremos juntos-bufó.
Eugenia sonriendo se mordió el labio inferior.
-Oye-dijo ella para cambiar de tema.- ¿Y las
bebidas?
-Se me han olvidado.
-Bueno, no te preocupes, voy yo-dijo
levantándose.-Y no te enfades, tonto-le dio un beso en los labios y después de
fue a la cocina.
La
muchacha abrió el frigorífico y agarró dos coca-colas del interior. Estaba por
volver, cuando empezó a sentir mareo, la vista nublada y poco a poco una
pérdida de conocimiento que la llevó a desplomarse por completo en el suelo.
Peter escuchó el sonido de las latas caerse al
suelo y creyendo que se le había resbalado de las manos a la muchacha, se
levantó del sofá mientras decía:
-¿Voy a tener que ir a ayudarte? Eres una
camarera un poco torpecilla ¿no?-bromeó.
Cuando Peter pasó por debajo del marco de la
puerta de la cocina y la vio allí tirada en el suelo, un malestar recorrió todo
su cuerpo y pudo sentir a la perfección como su corazón se paralizaba por unos
segundos ante el temor de la situación. Rápidamente se deslizó hasta donde
estaba el cuerpo inerte de la rubia.
-Euge, mi amor. ¡Ei! ¿Qué te ocurre? Por
favor, abre los ojos.
Minutos más tarde, la muchacha lentamente
abrió los ojos. Miró a su alrededor aturdida y se dio cuenta de que estaba
tumbada sobre el sofá del salón con Peter a su lado.
-¡Euge!-exclamó él suspirando de alegría.
-¿Qué…qué me ha pasado?-preguntó mareada.
-No…no lo sé. Fuiste a por las bebidas y
cuando te encontré en la cocina estabas inconsciente. Dime tú a mi qué te ha
pasado.
-Eh…-vocalizó.-Seguramente habrá sido el
sueño. Si, sin duda, ha sido el sueño.
-¿Sueño?-preguntó Peter sin entender.
-Si, ayer no dormí bien y me estaba muriendo
de sueño y creo que me he quedado dormida-dijo tratando de sonar lo más
convincente posible.
-Será mejor que vayamos al hospital.
-¿Hospital?-preguntó espantada.-No, al
hospital, no.
-¿Por qué no?-cuestionó agarrándola de la
mano.
-Porque no, ¿para qué vamos a ir si lo que nos
van a decir es que tengo que dormir más? Es perder el tiempo…
-Pero…-vocalizó él.
- Si, me he desmayado, lo sé-lo
interrumpió.-Pero ya estoy despierta otra vez, así que ¿para qué
preocuparse?-le sonrió.
-¿Qué para qué preocuparse?-repitió él con
tono sarcástico.-Eugenia te ha pasado una vez y te puede volver a pasar. De
verdad, mi amor, vamos al hospital, que te vean y si es cierto que solo
necesitas descansar, estaré más tranquilo.
-Peter, por favor, no-le rogó con tristeza.-No
quiero ir-se negó una vez más mientras una lágrima se le escapaba.
-Pero, ¿por qué?-cuestionó él limpiándole esa
lágrima.
-Porque no, porque odio los hospitales, porque
n…no quiero estar allí ¡No!
-Pero…Euge.
-No quiero-trataba de no llorar.-Peter ¡No
quiero que me digan que tengo un tumor en el cerebro!-gritó y tras eso rompió a
llorar con las manos en el rostro.
-¿Qué?-dijo Peter a penas sin voz y con los
ojos lleno de lágrimas.
Continuará...
[Chan! o_o xd]
Queeeeeee ?????? No lo puedo creer !!!!!! me imagine que esta enbarazada pero jamas pense en un tumor T.T
ResponderEliminarPT:No me hagas esto ,no quiero que sufran :( hasta prefiero a Nico ,en lugar de un tumor
WTF?? Oseaa yo también pense que estaba embarazada, no eso!!! :// .. Quierooo masss
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