-Javiera-la miró.-Creo que soy la menos
indicada para hablar porque yo soy igual de insegura que tú… que siempre tiene
un montón de y si… pero solo te voy a
hacer dos preguntas y ya las contestas tú mentalmente porque ahí vienen los
chicos-comentó haciendo referencia a los dos hermanos que habían terminado de
hablar.-A ver… ¿tú crees que alguien si no estuviese verdaderamente enamorado
sería capaz de dejar todo lo que tiene por otra persona? Y la segunda pregunta,
¿quieres a Darío? Si es que si, no lo dudes más…en serio. Te lo digo desde el
corazón, Darío es, sin duda, el mejor novio que puedes tener porque es un chico
que se enamora poco pero cuando lo hace da todo por esa persona y si tú
verdaderamente correspondes a sus sentimientos, no pierdas más el tiempo.
-Qué no pierda más el tiempo, ¿con
qué?-preguntó Peter arrodillándose al lado de Eugenia.- ¿De qué estabais
hablando?
-Nada, cosas de chicas-contestó la rubia
mirando a su novio con una sonrisa.
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Tras echar una entretenida tarde en aquel
sitio, decidieron regresar al hotel porque ya se estaba haciendo de noche.
Eugenia y Peter regresaron en un coche y Javiera y Darío en el otro. Una vez
que llegaron al hotel, el muchacho de ojos verdes y la rubia se quedaron unos
minutos esperando al otro coche que habían creído venía detrás pero no era así.
Al ver que no aparecían, Peter decidió llamar a su hermano. Mientras buscaba el
número en su agenda escuchó el sonido que hacía los dientes de Eugenia al
chocar el uno con el otro por el frío que tenía. El muchacho, sonriendo, la
miró y le sugirió que entrase dentro del hotel, a lo que ella se negó. Peter la
abrazó y llamó a su hermano.
-Si, ¿diga?-contestó una voz femenina, la de
Javiera.
-¿Dónde os habéis metido?
-Ya estamos llegando-contestó
riendo.-Perdónanos pero sin querer o queriendo tu hermano se desvió del camino.
-Oh, ya entiendo-comentó Peter frotándole la
espalda a Eugenia con cariño.-Bueno, nosotros os esperamos dentro de hotel.
Nuestra habitación es la 34, por si queréis pasar a visitarnos antes de cenar,
ya sabéis.
-Perfecto-contestó Javiera.
-Adiós, anda. Y cuidado con esos
desvíos-bromeó y tras eso colgó.
-¿Y?-preguntó Eugenia mirándole.- ¿Por dónde
andan?
-Según Javiera, se han desviado un poco del
camino pero que ya vienen-la miró.-Y siéndote sincero, te puedo asegurar que en
muy poco tiempo tendremos una nueva pareja.
-¿Tú crees?-sonrió.-Para mi, Darío y Javiera
hacen muy buena pareja.
-Ni que lo digas-dijo Peter.-Pero bueno,
cambiando de tema-le acarició la mejilla.- ¿Por qué no entramos y nos
duchamos…?
-Si, una ducha calentita. La necesito.
Minutos más tarde, el baño de la habitación de
Peter y Eugenia estaba lleno de vapor de agua, los espejos empañados y dos
cuerpos desnudos pegado el uno al otro bajo el agua caliente que salía de la
ducha. Estaban de pie uno enfrente al otro. Eugenia le rodeaba el cuello con
sus brazos y Peter le rodeaba la cintura con sus brazos. Se besaban
desenfrenadamente cuando alguien los interrumpió entrando en el baño.
-Peter, ¿estas ahí?-preguntó una voz masculina
conocida.
La muchacha, asustada, agradeció que hubiese
cortinas y que no fuesen transparentes. Peter asomó la cabeza por la cortina
durante unos segundos para comprobar si era su hermano, y le preguntó:
-Darío, ¿cómo diablos has entrado?
-Os habéis olvidado de cerrar la puerta con
llaves.
-¡Peter!-dijo Eugenia en voz baja
reprimiéndole porque había sido cosa suya.
-Bueno, lo siento, hemos entrado besándonos,
no me he parado a cerrar la puerta con llave-contestó en voz baja.
-Peter, Peter. Tengo que contar algo.
-Darío, ¿por qué no esperas a que salga de la
ducha y me lo cuentas después? Ahora estoy ocupado-dijo tratando de darle
énfasis a esa última frase para que su hermano entendiese lo que estaba
haciendo sin tener que decirlo claramente pero fue en vano.
-Oh, venga, Bedoya, ¿no sabes enjabonarte y
hablar a la vez?-hizo una pausa.-Bueno, no me contestes, ya sé que no, pero
necesito decírtelo. Javiera me ha dicho que si, ¿entiendes? ¡Que si! Y no sé,
estoy feliz como si tuviera cinco o seis años y una chica hubiera aceptado ir
conmigo al colegio cogidos de la mano-sonrió.-Pero ¿sabes lo que supone que
Javiera me haya dicho que si, verdad? Que no me vas a perder tan rápido de
vista, que me quedo aquí Peter. Lo único malo de todo esto es volver a
encontrar un trabajo como el que tenía en Londres pero no me importa porque
quiero a Javiera y…voy a hacer que esta relación funcione si o si y…
-¿En serio tu hermano no sabe que estoy
aquí?-le preguntó Eugenia a Peter en voz baja.
-Oh, hola Euge. Por cierto, bonito
sujetador-comentó al verlo en el suelo.
-¡DARÍO!-gritó Peter.
-Esta bien, ya me voy. Pasároslo bien-dijo
antes de cerrar la puerta.
Llegó la hora de cenar. Peter y Eugenia se
encontraron con Darío y Javiera en las escaleras. Eugenia al querer alcanzar a
Javiera que estaba más adelantada pasó al lado de su cuñado y le dedicó una
mueca y una mirada de pocos amigos. Las dos chicas se adelantaron mientras que
los dos hermanos se quedaron atrás, charlando.
-¿Qué le pasa a Eugenia?-preguntó Darío.
-¿En serio lo preguntas?-dijo Peter sonriendo.
-Oh, no me digas que os corte el royo-bromeó
el muchacho.
-Muy gracioso pero no-hizo una pausa.- Pero
que sepas que como vuelvas a hacer algo semejante dejaré que Eugenia haga lo
que tenía en mente hacerte.
-Uh, ¿y qué era?
-Hazlo otra vez y lo sabrás-dijo Peter
sonriéndole.
-Cuéntamelo todo-dijo Eugenia acercándose a
Javiera.
-¿De qué hablas?-preguntó haciéndose la tonta.
-Vamos, no te hagas la que no sabes de qué
hablo. Cuéntame por qué Darío y tú os habéis retrasado a la hora de volver.
-Oh, hablabas de eso-dijo con una tonta
sonrisa en el rostro.-Pues verás...
Flashback.
Javiera
y Darío ya se habían montado en el coche y ya estaban rumbo hacia el hotel justo
detrás del coche de Peter. Ambos estaban en completo silencio. Darío no quitaba
el ojo a la carretera y Javiera miraba por la ventana sin decir nada mientras
andaba sumida en sus pensamientos. Faltaba poco para que llegaran, cuando Darío
decidió desviarse del camino. Javiera, extrañada, lo miró. Él poco a poco fue
bajando la velocidad hasta que se detuvo frente a un desfiladero, frente a un
hermoso desfiladero desde donde se podía ver todo el pueblo. Darío echó el
freno de mano, quitó la llave y se bajó del coche. Javiera, al ver lo que había
hecho, salió del coche sin entender nada y le preguntó:
-¿Qué demonios haces?
Darío, la ignoró y continuó mirando hacia el
hermoso paisaje que tenía ante sus ojos. Javiera mantuvo silencio mientras
esperaba a que él se dignase a hablarle, al ver que no iba a ser así, dijo:
-¿Se puede saber qué te pasa? No entiendo que
hacemos aquí ¿Me lo puedes explicar?-volvió a callar esperando una respuesta.- ¿No
me vas a hablar? Te juro que…
-¿No te parece maravilloso?-preguntó Darío
interrumpiéndola.
-Maravilloso ¿el qué?
-El paisaje-contestó mirándola por primera vez
desde que estaban allí.
-Oh, si, es…-dijo observándolo.-Fantástico.
Pero…pero no me cambies de tema.
-Nada-vocalizó Darío metiendo sus manos en el
interior de sus pantalones.
-¿Nada? ¿Cómo que nada? ¿A qué viene
eso?-preguntó sin entender.
-Tú me has preguntado qué me pasaba y yo te
contestó con nada.
-Por dios, no mientas. Sabes perfectamente que
te pasa algo.
-Ah, ¿si? ¿Y qué es, según tú?
-Pues estas profundamente jodido porque no
soportas que alguien te diga que no porque tu eres el prototipo de hombre
perfecto, amable, simpático, al que se le es imposible decir que no pero cuando
aparece la primera persona que si te lo dice, te jode y te comportas de esa
manera con esa persona. De esa manera distante, dolida, de pobrecito… ¡qué no
soporto! Y lo peor es que…-hablaba deprisa y hacia aspavientos.
Darío bajo la vista hacia sus zapatos mientras
la escuchaba hablar tratando de permanecer tranquilo. Harto de escucharla, la
agarró del brazo en uno de sus aspavientos y la besó. Javiera mantuvo los ojos
abiertos como platos hasta que lentamente los cerró y llevó sus manos a la nuca
del muchacho. Cuando se separaron, Darío trató de disculparse pero ella lo
calló.
-Sssh, n…no digas nada-lo miró a los ojos.-Eh…
si-vocalizó.
-Si, ¿qué?-preguntó el muchacho sin entender.
-Si quiero estar contigo, si quiero que te
quedes, si…
-¿En serio?-cuestionó con una amplia sonrisa.
-Si, sin duda, si-se mordió el labio inferior
con felicidad.-Pero…Darío tengo miedo de que no funcione y…de que te
arrepientas de haberte quedado y…
-Sssh-siseó ahora él.-Eh, eh, espera. Si
empezamos así nuestra relación, con este pesimismo, vamos mal. Mira, si te
quedas más tranquila, yo te juro que no me voy a arrepentir. Sea cual sea
nuestro final, en la vida me arrepentiré de tomar esta decisión. Te lo prometo.
Findeflashback.
-¡Oooh, qué bonito!-exclamó Eugenia-Darío, no
sabía esa faceta tuya de romántico-bromeó la muchacha mientras se sentaba en la
mesa del restaurante para cenar junto con los demás.
[hi, después de mucho, al fin subo :) aviso que las fotos del cap serán a partir de ahora dos nada más, porque no tengo las fotos en el pc que estoy usando ahora xD & nada, que CREO si no me alargo más...repito CREO que queda poco para acabar la novela^^ Pero mi "poco" no es taaan poco xD bbaaah eso :P aaaaaaaaaah! & FELIZ AÑOOO :D]
Me pone muy feliz que Javi le de una oportunidad a Dario ,aunque Euge no se lo agradesca tanto jijiji
ResponderEliminarCada ves me gusta mas la historia y espero que ese poco dure muche y si eres buenita seria genial una historia de ellos con hijos ;)
que feo lo de dario como los va a interrumpir asi jajaa muy tierna la historia me encanta... quiero que dure mucho mas :D ESPERO OTRO CAP PRONTO
ResponderEliminarCUIDATE Y FELIZ AÑO!!!!