domingo, 19 de febrero de 2012

Capitulo 6: El primer intento

Capitulo anterior:

En ese momento, el director pasaba por allí y los vio. De inmediato, dijo:
-Peter, haga el favor de separarse de la señorita y acompañarme.-ambos se separaron lentamente y miraron al hombre que permanecía de pie, erguido.-Me he recorrido todo el instituto buscando al señorito, porque el dueño del instituto lo está esperando en mi despacho. Así que, por favor, Peter vaya pues.
-Pero…-intento hablar.
-Pero ¡nada! Venga-le ordenó.
El muchacho suspiro, miro a Eugenia y le dijo:
-Luego hablamos-le dio un beso en la mejilla y se fue con el director.
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Cuando Peter entró en el despacho se colocó en frente de la mesa del director y preguntó bruscamente:
-¿Qué quieres, papá?-hizo una pausa.-Mira, que te tenga que aguantar en casa, no significa que tenga que hacerlo aquí, también.
-¿Ni hola me vas a decir?
-Me dijeron que el dueño del instituto tenía que hablar conmigo… y te pediría que fueses lo mas breve posible estoy ocupado con otras cosas-comentó Peter.
Su padre echó una risotada.
-¿Tú, ocupado con otras cosas? Los de tu edad no tienen preocupaciones, bueno una, si. Con que chica voy a salir hoy; y tú no debes de tener esa ocupación, ya que tienes novia.
-¿Qué tengo qué?-preguntó sin entenderle.- ¿De dónde has sacado esa idea?
-Ya sabes como son los rumores entre los jóvenes…-dijo Andrés, el padre de Peter con una sonrisa en la cara.
“Flashback”
El padre de Peter, andaba por las instalaciones del instituto, cuando vio a un joven que le era conocido, posiblemente algún amigo de Peter.
-¡Eh, tú, chaval! Ven-el chico asustado se acercó.-Si te doy veinte euros, ¿me harías un favor?
-Depende-contestó el joven.
-Tienes que hacer que un rumor le llegue a los oídos de todos los alumnos del instituto.
-Ajam, ¿y qué tendré que decir?
-Pues muy fácil. ¿Conoces a Peter Bedoya?
-Si, está en mi clase.
-Pues tendrás que decir que él y Melodi, una chica muy guapa que también esta en tu clase, están saliendo ¿entiendes?
-¿Y eso por qué?
-Tú hazlo y ya esta-dijo sacando la cartera de su bolsillo.
“Fin de flashback”
-Mira, papá, me largo ¿vale?-dijo Peter.
-Desde que te juntas con esa chica eres otro.
-¿De que me estas hablando?-preguntó con rabia.
-Esa chica, Eugenia creo que se llama-contestó el hombre con indiferencia.
-Papa creo que eres el menos indicado para hablar, ya que no estuviste conmigo desde hace como 10 años y no metas a Eugenia en esto, es una amiga mía -Peter golpeó la mesa, enfadado.- Me dices de una vez que querías decirme o me largo.
-Bueno, esta bien. Dejemos el tema. Te llamaba para decirte que…-se detuvo un momento y continuó.-Darío ha muerto.
-¡¿QUÉ?!

Eugenia, que estaba en el baño, escuchó cómo Melodi y sus amigas entraban en el servicio. Antes de que la vieran, se escondió en uno de los cubículos encima del bate.
-Ay, chicas tienen que ver lo dulce que es Peter conmigo. Dios cuando me mira siento que el mundo se para; fíjense que incluso me va a volver buena. Es que de verdad lo amo tanto y él a mi también. Me lo dice a cada rato-suspiró.- ¡Aish! A mi y a él nos da pena Euge, pobre ilusa se cree que él está muerto por ella y nada que ver; hemos quedado en mantener nuestra relación en secreto. Así que por favor que de aquí no salga- Melodi se acicaló un poco.-Bueno, vamos a clase, ¿no?
Eugenia se bajó del bate, al oír que la puerta del baño se cerraba y las chicas se iban, se sentó en el suelo, y pateó la pared del cubículo, frustrada. Suspiró e intentó no llorar, pero era algo inevitable.

Melodi al salir, miró a sus amigas, cómplices de lo que acaba de pasar. Todas empezaron a reírse mientras una decía:
-¡Que idiota es Eugenia! Seguro que ahora mismo estará llorando por Peter.
El timbre de clase sonó, y las chicas volvieron a clase.

“Cuando quieres a alguien te duele tanto verlo con otra persona y mucho más si esa persona no lo merece…”-pensaba Eugenia, mientras se mojaba la cara con agua.- “Euge tienes que dejar de llorar, se fuerte”-se secó la cara con su blusa y suspiró.
-Vamos a clase-se dijo así misma.
Abrió la puerta para irse y vio a Peter que estaba apunto de entrar en el baño de los chicos. Volvió hacia dentro del baño rápidamente y se quedó contemplando la puerta cerrada, que al momento se abrió. Eugenia se echaba hacia atrás a medida que él avanzaba hacia ella con una mirada intimidante
-¿No sabes que este es el baño de las chicas?-preguntó Eugenia algo asustada, intentando evadirse de tener que decirle por qué estaba llorando o por lo menos para ganar un poco de tiempo.
-¿Ah si? No me había dado cuenta pero no importa, porque no afecta a mi virilidad-comentó Peter.-Ahora si eres tan amable, me dices qué te pasaba.
Sin darse cuenta, Eugenia estaba entre la pared y Peter, que se situaba muy cerca de ella.
-Peter, ¿por qué mejor no vamos a clase?-dijo para cambiar de tema.-No deberíamos estar aquí.
-Yo si puedo, tengo permiso del director.
-¿Ah si? ¿Por qué?
-Bromas de mal gusto. Pero eso no viene al caso.
-Claro que no. Lo que viene al caso es que yo con mis patitas me voy a clase ¿si?-dijo apartándolo.
-¡Ei!-le agarro de la cintura.- ¿A dónde crees que vas?
-A clase, quizás.
-No, no. No te vas de aquí hasta que me respondas.
-Peter, creo que no deberías hacer esto-le quitó las manos de su cintura.-Tienes novia y pobre de ella ¿no crees?
-Vaya, ya entiendo-dijo el muchacho dibujando una amplia sonrisa en su cara.
-¿Qué entiendes?
-Que estabas mal porque te has enterado de ese rumor idiota que no se quien lo ha expandido y te has puesto a llorar porque te duele y estas celosa…
-¡No estoy celosa!
-Si lo estas, y encima por algo que te contaron y es falso.
-Nadie me contó nada…
-A ver Euge no estoy saliendo con Melodi. Todo esto es por culpa de mi padre. Él quiere que salga con ella pero yo no quiero. Si hasta el otro día organizó una cena familiar con las dos familias para que se conocieran. Yo ya le dije miles de veces que no quiero estar con Mel porque me gusta otra chica-Peter clavó sus ojos en los de ella, haciendo que Eugenia pestañeara un par de veces y girase la mirada hacia otro lado.-No me crees ¿verdad?
-¿Para que quieres que te crea?-él le cogió de la barbilla y giró su cabeza para que lo mirara.
-Para que no te comportes de esa forma tan desagradable conmigo.
-Bueno pues tranquilo, no lo hago más, listo.
-Pero no me crees.
-Peter es muy difícil creerte si te veo todo el día pegado a ella y haciendo cosas…cosas propias de novios. Pero no importa si te has enamorado, se feliz. No soy nadie para opinar en esto, ni para que me andes dando explicaciones.
-Claro que eres alguien. Eres mi amiga.
-Quizás yo no quiera ser tu amiga.
Él puso una mano en la pared a la altura del hombro de Eugenia, y se fue acercando sus labios a la oreja de la chica, para susurrarle:
-Quizás quieras ser algo más.
-Lo dicho, el creidismo con patas-Eugenia lo alejó de ella agarrándole por los hombros.
-Pero bien que te gusta este creído ¿o no?-preguntó él con un tono burlón.
-¡No! Los creídos no me van.
-Que niña chica que eres.
-Pero bien que te gusta esta niña ¿o no?-dijo ella imitándole.
-Si me encanta-afirmó Peter poniendo la otra mano en la pared y acercándose lo máximo posible a ella, hasta sentir su aliento.- ¿Algún problema?-preguntó desafiante.
Eugenia trago saliva, Peter estaba demasiado cerca, tan cerca que con solo un pequeño movimiento los labios de ambos podían rozarse. Sus pulsaciones y su respiración estaban descontroladas. Cuando vio que el muchacho empezaba a inclinar la cabeza, para rozarle los labios, ella cerró los ojos. Peter se detuvo durante unos segundos y la contempló. Cuando fue a unir sus labios con los de ella, alguien los interrumpió entrando en el baño. Era el padre de Peter.
-¡¿Qué significa esto?!-Peter y Eugenia se separaron al instante.-Señorita haga el favor de retirarse e ir a clase donde debería estar.
-No… yo tengo la misma culpa que Peter.
-¡¿Quién esta hablando de culpabilidad?! Señorita márchese antes de que le ponga un parte.
-¿Quién se ha creído usted que es? ¿El dueño del mundo?
-Euge, será mejor que te calles-decía Peter intentando callarla.
-No espera Peter. A ver primero entra en mi casa sin permiso alguno ¿y ahora aquí? Por dios… ya entiendo a quien has salido eh…-dijo refiriéndose al chico que hacia el intento de que se callase.
-Euge, estas metiendo la pata.
-No Peter, no me pienso callar. Usted señor, escúcheme bien… es un ordinario, un machista y un… un completo idiota. Se que es mayor y que yo tendría que respetarle y todas esas cosas pero con lo que se de usted me basta y me sobra para designarlo como…-Peter le tapó la boca.
-Euge cállate y vete a clase. Luego te lo explico.
-No hijo, ¿cómo vas a dejar para explicárselo después?, hazlo ahora, vamos, dile que soy el dueño de donde estudia todos los días y no se si seguirá estudiando durante un largo tiempo después de la escenita que me acaba de montar.
Euge miró a Peter con cara de incrédula y éste asintió, afirmando lo que el hombre acababa de decir. Ella cogió la mano de Peter y se la quitó de la boca y dijo con cara de perrito degollado:
-No se si servirá de mucho pero… perdón. Usted es un padre excelente, buenísimo que después de 10 años volvió a buscar a su hijo y lo recibió con los brazos abiertos.
-Euge déjalo ya. Lo vas a empeorar-dijo Peter.-Mejor ve a clase, luego hablamos.
-Si, será mejor-hizo una pausa-Bueno, me marcho. Espero que disfruten de su conversación en el baño de chicas-soltó una risotada y al ver que el señor no se reía, paró en seco y salió del baño.
-Muy bien, mocoso, te felicito. Llevas un par de días de novio y ya le metes los cuernos a esta pobre chica, Melodi se llamaba ¿no? Eso de meter cuernos es de ser un macho pero, ¡vamos!, búscate una mejor. Me das pena viéndote con esa.
-El que da pena aquí eres tú…-dijo Peter muy enfadado yendo hacia la puerta.-… haciendo esas bromas de mal gusto-y abrió la puerta para irse.
-Mira mocoso insolente no estuve durante unos años para ponerte limites pero te los puedo poner ahora, así que no me desafíes…-antes de que pudiese seguir, su hijo se había marchado.

Mientras tanto Eugenia estaba caminando por el pasillo perdida en sus pensamientos y tarareando una cancioncilla pegadiza; “… que te de la vida todo lo que quieres…”. Pasó por la secretaria del instituto donde estaban tres de sus compañeros y los fue nombrando, mediante los veía.
-Hola Agustín, hola Peter, hola Fernando…-de repente se dio cuenta de lo que acababa de decir y dio un paso atrás.- ¡¿Peter?!

Continuará.

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