sábado, 6 de octubre de 2012

JF2. Capitulo 52: Un partido de fútbol

Capitulo anterior:
-O sea que al final…
-Nada de nada-comentó Peter frenando el coche.-Hemos llegado.
Eugenia miró por la ventana y comprobó que él tenía razón, habían llegado a su lugar de trabajo. Ambos se bajaron. Peter dio la vuelta al coche. Eugenia deslizó su mano por la nuca del muchacho y lo besó con ternura. Al separarse, sonrió y le dijo:
-Nos vemos esta noche para ver ganar al Barcelona.
Eugenia estaba por irse cuando Peter la agarró por la muñeca y la atrajo hacia él. La volvió a besar pero esta vez de una forma más intensa y mas duradera. Cuando despegó sus labios de los de ella, le dijo en forma de despedida:
-Nos veremos esta noche-le sonrió.
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Eugenia acababa de bañarse, hacia un rato Peter la había ido a buscar al trabajo y por fin ya estaba en casa después de un largo día laboral. Salió del baño enrollada en una toalla y se metió en su cuarto para buscar una camisa y una bufanda de su equipo de fútbol. Cuando las encontró empezó a prepararse. Mientras tanto en la planta baja estaban los chicos sentados en el sofá viendo los minutos previos del inicio del partido mientras comían y bebían cerveza.
Eugenia cuando ya estuvo arreglada, bajó al salón. Al entrar, Peter se quedó unos largos segundos mirándola con una sonrisa en el rostro. Para él, estaba perfecta a pesar de que llevase la camiseta de su rival, futbolísticamente hablando. Gastón se levantó del sofá y fue hacia ella.
-¡Vamos! Alguien que me apoya-comentó el muchacho agarrando a Eugenia de la mano y haciendo que diese una vuelta para observarla.-Tú no te preocupes, Euge, hoy nuestro equipo le dará una paliza al de Peter-sonrió.
-Bueno, eso habrá que verse-comentó el muchacho.
Eugenia sonrió y no pudo evitar preguntar por el otro hermano gemelo que no estaba allí:
-¿Y Darío?
-Ahora viene, ha ido a buscar a una amiga suya.
-¿Amiga?-preguntó la muchacha sonriendo.
-Bueno, digamos, que fue a buscar a mi futura cuñada.
-¿En serio? ¡Quiero conocerla!-exclamó y en ese momento sonó el timbre.-Hablando del rey de Roma-sonrió.-Voy yo.
Eugenia salió del salón y mientras se iba Gastón se quedó mirándola de arriba abajo hasta que su primo le llamó la atención.
-¡Gastón!-éste le miró.- ¡Ojo, dónde miramos!-Peter le advirtió celoso al ver los ojos de lobo que se le habían puesto a su primo.
Eugenia llegó a la entrada, agarró el pomo y abrió la puerta con una gran sonrisa. Eran Darío y su amiga, la chica que Gastón le había presentado hacia unos días, Javiera. Euge los saludó y los hizo pasar mientras el muchacho comentaba sobre la camiseta que llevaba la ex rubia. Él como su hermano era del mismo equipo.
Finalmente, el partido empezó. Todos estaban en el salón menos Eugenia que andaba en la cocina esperando a que las palomitas se terminasen de hacer. Gastón estaba sentado en un sillón mientras que Darío, Javiera y Peter estaban sentados en el sofá grande. Eugenia cuando entró en el salón con las palomitas en la mano, las dejó sobre la mesa al alcance de todos y pensaba sentarse en el otro sillón que había pero Peter se lo impidió. La agarró de la muñeca suavemente y la atrajo hacia él, haciendo que se sentase sobre sus piernas. La muchacha le miró sonriendo y le proporcionó un beso en los labios, distrayéndolo unos largos segundos de la pantalla. Javiera estaba cohibida por sus pensamientos, a penas decía nada. Por su cabeza rondaba la pregunta de qué pensarían los amigos de Darío de ella. A penas conocía al muchacho y ya había aceptado quedar con él y sus amigos. Pero con el transcurso de la noche, los chicos le demostraron que no les importaba el tiempo en que se llevasen conociendo, al contrario les gustaba la idea de que ella estuviera allí y se sintió incluso más integrada cuando en el minuto diez del partido, el equipo que apoyaba tanto ella como Peter y Darío metió un gol. Los dos hermanos se levantaron del sofá y la abrazaron mientras celebraban el tanto. Eugenia y Gastón se miraron, y la muchacha le dijo al acabar el griterío de sus amigos:
-Tranquilo, Gas. Deja que se crean que tienen el partido ganado, ahora remontamos.
Peter volvió a sentarse en el sofá mientras atraía a Eugenia hacia su cuerpo y le daba un beso en la mejilla.
-Uno a cero-comentó el muchacho haciendo que Eugenia le diese un codazo en el pecho.- ¡Au!-se quejó.-No te enfades, tonta-le susurró al oído mientras sonreía.
El partido continuó con normalidad, ninguno de los dos equipos metió gol. Al menos en aquella primera parte. Llegó el descanso y Eugenia junto con Javiera fueron a la cocina a por algo de beber, ya que se había acabado. Sacaron unas cuantas cervezas del frigorífico. Javiera agarró las que pudo y esperó a que Eugenia encontrase el abridor y cogiese algo más para comer. La muchacha empezó a mirar en los armarios.
-¿Os ayudo en algo?-preguntó Peter entrando en la cocina.
-¡Ay, si! Ayuda a Javi con la cerveza, amor-comentó Eugenia mientras trataba de encontrar el abridor.
Peter sonrió ampliamente al escuchar aquella palabra que había salido de los labios de Eugenia; le acababa de llamar ‘amor’ de una forma tierna y dulce. Javiera creyendo que debía dejarlos solos, comentó:
-Bueno, voy a…-no dijo nada más, solo salió de la cocina.
Peter esperó a que la amiga de su hermano se fuese y lentamente se acercó a Eugenia por detrás. Deslizó sus brazos por la cintura de la muchacha y le preguntó antes de empezar a besarle el cuello:
-¿Cómo me has llamado?
Eugenia giró la cabeza y lo miró por encima de su hombro.
-Amor-contestó ella sonriendo.- ¿No te gusta?-preguntó dándose la vuelta para mirarlo bien.
-Me encanta-comentó Peter.
Éste la atrajo hacia él y la besó tiernamente.
-Oye, al final no hemos hecho ninguna apuesta-comentó él nada más separar sus labios de los de ella.
-Cierto. Ni me acordaba-sonrió.-Bueno, pues hagámosla ahora.
-¿Estas segura?-preguntó él.
-Sé que ahora mismo mi equipo va perdiendo pero no pasa nada, remontara.
-Bueno, esta bien, que conste que tú lo has querido.
-Lo sé, lo sé. A ver… ¿qué podemos apostar?
-Tengo una idea. Mira, si mi equipo gana esta noche vamos a tu cuarto y hacemos el amor…-Eugenia lo miró mal.-Pero, si da la casualidad de que tienes razón y tu equipo consigue remontar, vamos a mi habitación y… hacemos el amor. ¿Qué te parece mi idea?-preguntó acariciándole la mejilla.
-Penosa-soltó la muchacha sonriendo.-Muy gracioso pero ni pienses que voy a aceptar eso-hizo una pausa.-Ahora en serio. Mira, tengo una idea mejor, sabes que odio limpiar y soy un desastre, pues bueno si gano yo, limpiaras la casa durante un mes entero y me llevaras a cenar a un sitio caro pero si ganas tú la limpio yo y te llevo yo a algún sitio caro. ¿Te parece bien?
-Medio floja la apuesta pero vale-sonrió.
Acabó el descanso, y comenzó la segunda parte. Eugenia estaba nerviosa quería que su equipo metiese algún gol ya, aunque solo fuese para echárselo en cara a Peter cariñosamente. Empezó a morderse las uñas por el nerviosismo. Él se dio cuenta y le agarró las manos mientras le daba un beso sobre cada una de ellas para tranquilizarla. Ella lo miró y durante esos escasos segundos que no estaba pendiente a la pantalla del televisor, empezó a escuchar a Gastón y al locutor del partido gritar ‘gol’ al unísono. Asustada por la agitación miró hacia la televisión y vio que su equipo había marcado. Se levantó y abrazó a Gastón, que celebraba el tanto. Al separarse de su amigo, miró a Peter y le dijo mientras volvía a sentarse sobre sus piernas:
-Uno a uno.
-Bueno, el partido todavía no ha terminado.
-Lo mismo digo-acercó su rostro al de él y le dio un beso sobre los labios.
El partido continúo. No hubo goles por parte de ninguno de los dos equipos. Faltaba poco para que acabase y al parecer todo iba a acabar en un empate. Marcaron una prórroga de cuatro minutos. Se escuchaba quejas, se veía aspavientos y todo tipo de cosas con cada acercamiento del equipo que apoyaban a la portería del equipo contrario. Faltaban dos minutos cuando un jugador del equipo de Eugenia y Gastón consiguió hacer lo que llevaban intentando hacer todo el tiempo del partido, consiguió meter un gol. Los dos amigos empezaron a gritar y se abrazaron nuevamente. Cuando el partido concluyó, Eugenia miró a Peter y le dijo al oído:
-Me parece que alguien va a tener que limpiar la casa durante un mes el solito.
-Cierto, tienes razón. Acepto mi derrota.
Ella le sonrió y le besó, al separarse le dijo:
-No te preocupes, te ayudare a limpiar.

Los chicos se quedaron un rato más charlando y comentando el partido que acababan de ver mientras se divertían. A Eugenia le había entrado sueño, estaba cansada, había sido un día agotador y necesitaba dormir. Bostezó y eso llamó la atención de Peter que le preguntó mientras le apartaba un mechón del rostro.
-¿Tienes sueño?
-Si. Creo que me voy a dormir….
-Te acompaño.
-No, no hace falta. Quédate y diviértete con ellos-le sonrió y le besó.
Eugenia se despidió de los chicos y subió a su habitación. Empezó a desvestirse para ponerse el pijama cuando llamaron a la puerta.
-¡Un momento!-exclamó terminando de cambiarse.-Ya.
Peter abrió la puerta y tras entrar, cerró la puerta.
-¡Oh, eres tú!-exclamó ella al verle.- ¿Qué haces aquí?
-Vine a cumplir la apuesta-ella lo miró sin entender lo que había querido decir.-Habíamos quedado en que si ganabas esta noche haríamos el amor…
Eugenia sonrió.
-Yo no acepté en ningún momento esa apuesta.
-Tus labios no dijeron nada pero tus ojos gritaban un inconfundible si-hablaba mientras se acercaba a ella.
-¡Eres un tonto!
-Lo sé, y te encanta este tonto ¿verdad?-le rodeó la cintura con sus brazos y junto su frente con la de ella.- ¿Y? ¿Quieres o no que cumpla la promesa?
-Te diría que si pero…
-¡Sssh! Pero nada. Has dicho te diría que si, o sea que eso es un si… ¿así que para que esperar más? Tus deseos son órdenes.
Peter la besó con una pasión irrefrenable. Eugenia le siguió el beso mientras sentía las manos del muchacho deslizarse debajo de su pijama para acariciarle el cuerpo sin ninguna tela de por medio. Él lentamente la fue tumbando sobre la cama sin despegar los labios, ni por un segundo. Poco a poco fue subiendo la camisa a Eugenia hasta que finalmente se la quitó. Se quedó unos segundos mirándola y se fijó que en el sujetador de la muchacha había un logotipo del equipo del fútbol.
-No me lo puedo creer-dijo Peter sonriendo.
-¿Qué pasa? Me gusta el Barcelona-comentó sonrojada.
-Creo que voy a tener que hacer algo con esto-dijo tirando levemente del tirante del sostén.
Peter empezó a torturarle el cuello con besos y lentamente deslizó los tirantes del sujetador por el hombro de la muchacha. Tenía pensado meter la mano entre el colchón y la espalda arqueada de Eugenia, que disfrutaba de los besos, para terminar de quitárselo cuando el sonido del móvil de la muchacha lo interrumpió. Ambos miraron hacia la mesita de noche dónde estaba el aparato luminoso. Peter ignorando el ruido, le agarró por la barbilla a Eugenia y le giró la cabeza hacia un lado para continuar besándole por la otra parte de su cuello.
-Peter, me llaman-dijo la muchacha mordiéndose el labio inferior arrepentida por haber dicho aquello.
-Lo sé-contestó él sin intención alguna de detener lo que estaba haciendo.
-Y… no me vas a dejar atender ¿verdad?
Él subió hasta la boca de la muchacha y le contestó sobre sus labios mirándola fijamente a los ojos:
-No…
-Pero, ¿y si es importante?
-Llamaran otra vez.
-Pero y si…
-Esta bien-dijo Peter sonriendo.-Atiende, anda.
-Gracias, te juro que en cuanto termine de hablar…
-Lo sé-la interrumpió quitándose de encima.
Eugenia se incorporó y alcanzó el móvil, que seguía sonando. Miró la pantalla y vio que ponía: Nicolás.
-¿Y? ¿Atiendes o no?-preguntó Peter al ver que no hacía nada.
-Eh…-vocalizó.
-Pero, ¿qué pasa? ¿Quién es?-cuestionó Peter.
-Nadie, me salió número privado-contestó pulsando el botón rojo.
No tenía ganas de arruinar aquella noche por la interrupción de una llamada que precisamente era de la persona que Peter más detestaba. Eugenia iba a apagar su celular, cuando éste volvió a sonar.
-A ver, déjame ver qué dice-comentó Peter agarrando el móvil de entre las manos de Eugenia.
-No, espera, Peter no…-trató de decir pero el muchacho ya había leído el nombre.
El muchacho se quedó unos segundos mirando la pantalla para después mirarla y entregarle el móvil mientras decía:
-Toma, Nicolás te está llamando-después de eso, se levantó y se fue.

Continuará...

3 comentarios:

  1. me encantan!!! pero porque no desaparece nicolas jajaja espero mas capitulos :D
    SALUDOS

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  2. todo iba TAAAN bien :) pero tenia que aparecer nicolas en la historia para arruinar el momento ¬¬
    me encanta, siguela luego (:

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  3. ojala puedas subir hoy!!!
    SALUDOS

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