martes, 9 de octubre de 2012

JF2. Capitulo 53: La nada

Capitulo anterior:

Eugenia se incorporó y alcanzó el móvil, que seguía sonando. Miró la pantalla y vio que ponía: Nicolás.
-¿Y? ¿Atiendes o no?-preguntó Peter al ver que no hacía nada.
-Eh…-vocalizó.
-Pero, ¿qué pasa? ¿Quién es?-cuestionó Peter.
-Nadie, me salió número privado-contestó pulsando el botón rojo.
No tenía ganas de arruinar aquella noche por la interrupción de una llamada que precisamente era de la persona que Peter más detestaba. Eugenia iba a apagar su celular, cuando éste volvió a sonar.
-A ver, déjame ver qué dice-comentó Peter agarrando el móvil de entre las manos de Eugenia.
-No, espera, Peter no…-trató de decir pero el muchacho ya había leído el nombre.
El muchacho se quedó unos segundos mirando la pantalla para después mirarla y entregarle el móvil mientras decía:
-Toma, Nicolás te está llamando-después de eso, se levantó y se fue.
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Eugenia, inmediatamente, se levantó de la cama y agarró la parte de arriba de su pijama. Se vistió mientras iba detrás de él. Cuando consiguió alcanzarlo, le agarró del brazo mientras le decía:
-Peter, por favor, espera. No te enfades.
-Eugenia, atiende. Te están llamando-dijo haciendo referencia al móvil que la muchacha sostenía en su mano.
-No, me da igual. No pienso atender…Peter, por favor, perdóname. Sé que he metido la pata pero no quería que te molestara el hecho de que Nicolás me estuviese llamando porque sé que no te agrada que me llame...
-Es cierto-la miró.-No me hace ni una pizca de gracia que ese estúpido te llame pero menos gracia me hace que me mientas.
-Pero lo hice inconscientemente, te lo juro. No quería arruinar lo que teníamos y en vez de evitarlo lo que he hecho ha sido cagarla más…-suspiró.-Lo siento, de verdad-lo miró entristecida.- ¿Me perdonas?
Peter se llevó las manos a la cintura y suspiró mientras pensaba.
-Está bien-la muchacha sonrió y lo abrazó.
-Gracias, gracias. Te juro que no te ocultaré nunca más que Nicolás me llama…
-Bueno, espero que ese estúpido no te llame mucho-comentó él revoloteando los ojos.
-No, esta vez y…-en ese momento el móvil volvió a sonar.
Eugenia miró al aparato y luego miró a Peter.
-Atiende-dijo él con la intención de irse para dejarla sola.
-¡No!-exclamó.-No pienso atender…me da igual quién sea… como si es el Papa o el rey. No me importa.
-Bueno-sonrió.-Entonces vayamos a dormir ¿si?-le dio un beso en la mejilla.- Buenas noches-Peter estaba por irse cuando ella lo retuvo agarrándole por la muñeca.
-¿No… no vas a dormir conmigo?-preguntó tímidamente.
-No, tu cama es pequeña y no quiero que duermas mal, ni nada.
-No, pero si…
-En serio-le sonrió.-Buenas noches, linda-le dio un beso en la cabeza y se marchó.
Eugenia se quedó quieta viendo como él se metía en su habitación y tras ver que cerraba la puerta, empezó a hacer aspavientos y a preguntarse así misma:
-¿Por qué tengo tanta facilidad para meter la pata? Dios mío, ¡qué tonta soy!-suspiró y empezó a golpearse la cabeza contra la pared levemente.

Los días de esa semana pasaron y llegó el domingo. Era nueve de marzo; un día realmente especial para Eugenia. Era su cumpleaños. Cumplía veinticuatro años y quería celebrarlo con sus amigos en una gran fiesta. Eran las once de la mañana y se acababa de despertar. Estaba tumbada en su cama estirándose y desperezándose cuando se dio cuenta de que Peter no estaba a su lado. Él la noche anterior había dormido con ella y había sido el primero en felicitarla pero en ese mañana había desaparecido de su lado. La muchacha se incorporó frotándose los ojos y buscó su móvil para mirar la hora. Salió del interior de su cama, se puso sus zapatillas y bajó a la primera planta. Mientras bajaba por las escaleras, sintió un rico olor que provenía de la cocina. Fue hacia allí, y al entrar, vio a Peter terminando de darle un último toque de miel a unas tortitas recién hechas.
-¿Y esto?-preguntó Eugenia boquiabierta ante toda la comida que había encima de la mesa.
-Buenos días, princesa-saludó Peter acercándose a ella.-Ahora mismo iba a subir a avisarte para que vinieras a desayunar-le dio un dulce beso en la mejilla.
-¿Tú has hecho esto?-preguntó acercándose a la mesa.
-Si, todo para ti. Espero que te guste.
-Me encanta-le sonrió y le dio un tierno beso sobre los labios.-Gracias.
-No las des, tonta. No me cuesta nada hacer esto-le sonrió y le dio un beso en la cabeza.- ¡Ah! Por cierto, feliz cumpleaños otra vez.
-Gracias, mi amor-deslizó su mano hasta la nuca de Peter y volvió a besarlo.
Ambos se separaron y se sentaron en los taburetes de alrededor de la mesa. Eugenia miró toda la comida y sin duda, empezó con las tortitas. Peter había tenido la delicadeza de dibujarle con la miel un corazón.
-¿Y? ¿Te gustan?-preguntó el muchacho expectante a la reacción de Eugenia.
-Están buenísimas-le sonrió.-Me encantan-se aproximó a él y le dio un beso sobre los labios.
-Y tú me encantas a mí-dijo Peter al separar sus labios unos centímetros, tras el beso.
-Tortolitos, ¡separaos! Basta de tantos besos-exclamó Gastón entrando en la cocina.
Peter y Eugenia lo miraron sonriendo.
-Buenos días, Gas-saludó la muchacha.
-Buenos días, cumpleañera. ¡Felicidades!-se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo.
-Gracias, Gas. ¿Cómo sabes que hoy es mi cumpleaños?
-Un pajarito muy pesado me lo contó tras insistirme que le pidiese a mi madre la receta de las tortitas-contestó mirando fijamente a su primo.

Se hizo de tarde. Peter y Eugenia estaban sentados en el sofá viendo una película, querían tener una tarde tranquila ya que por la noche irían a celebrar el cumpleaños de la muchacha al bar de Gastón. Él empezaba a aburrirse porque no estaba prestando atención a la película y tampoco tenía ganas de hacerlo. Miró fijamente a Eugenia, que sí estaba atenta a la televisión pero al sentirse observaba lo miró sonriendo y le preguntó:
-¿Qué pasa?
-No, nada-contestó mirando hacia otro lado.
Al rato, el muchacho volvió a mirarla fijamente. Eugenia dándose cuenta de lo que sucedía, le preguntó:
-Oye, Peter, tu primo se había ido a su bar ¿verdad?-él asintió.- ¿Y tú crees que tardará?-volvió a asentir-¿Mucho?
-Mmm… supongo, ¿por?
Eugenia sonrió y se levantó del sofá para después sentarse sobre Peter poniendo una pierna a cada lado del cuerpo del muchacho.
-Mmm… ¿qué haces?-preguntó Peter con una sonrisa.
-Nada, te veía un poco aburrido y…
-No, pero si yo estaba viendo la…-se quedó callado al sentir el contacto de los labios de Eugenia sobre su cuello.
-¿Decías algo?-preguntó ella mirándolo.
-No, que… voy a…-vocalizó agarrando el mando de la televisión y pulsando el botón rojo.
La muchacha sonrió y lo besó dulcemente mientras sentía las manos de Peter deslizarse por su cuerpo mientras le subía la blusa para después quitársela. Eugenia bajo lentamente sus labios hasta el cuello de Peter y volvió a darle tiernos besos. Estaba por quitarle la camiseta cuando escucharon la puerta de la entrada abrirse. Eugenia y Peter se miraron. Rápidamente la muchacha buscó su blusa.
-¡¡Felicidades!!-gritó Candela entrando en el salón acompañada de su novio, Darío y Gastón.
-¡Cande!-exclamó Eugenia terminando de arreglarse la blusa un poco avergonzada y yendo hacia su amiga para abrazarla.
-¿Qué estabais haciendo?-preguntó Gastón mirando a su primo y suponiendo lo que estaba pasando.
-Aquí viendo la…-apuntó hacia la televisión que estaba apagada.-…nada.
-¿La nada?-preguntó su primo sentándose en el sofá.- ¿Veíais la nada?-hizo una pausa.- ¿Y qué? ¿Es bonita la nada entre los pechos de tu novia?-preguntó con un tono burlón provocando que los recién llegados empezasen a reír.
-¡Cállate, imbécil!-exclamó Peter lanzándole un cojín.

Llego la noche. Peter y Eugenia habían estado toda la tarde intentando estar los dos solos con privacidad para disfrutar el uno del otro pero les fue imposible conseguirlo. Era domingo y Luca no trabajaba, Candela tampoco, Darío estaba de vacaciones y Gastón al ser el dueño del bar hacia lo que quería, iba y venía siempre que le apetecía. Así que todos se habían empeñado en pasar la tarde con la cumpleañera, viendo películas, comentando anécdotas de su juventud y jugando a algún juego de grupo; a pesar de que esa misma noche la pasarían con ella. Todos ya estaban en el bar de Gastón. Acababan de llegar y como había sido habitual en esos últimos días el local estaba repleto de gente. Eugenia y Peter se habían ofrecido para ir a pedir las bebidas a la barra. Estaban esperando a que el camarero les atendiese mientras hablaban:
-Euge, después de que nos divirtamos un rato aquí, quiero llevarte a un sitio.
-¿Ah, si? ¿A dónde?
-Sorpresa, pero solo te adelantaré que estaremos los dos solos y que nos divertiremos mucho.
-Mmm… me gusta esa idea-le sonrió y le besó.
-Euge, voy un momento al baño; ¿te importa si pides tú?-ella negó con la cabeza con una sonrisa.-Ahora vuelvo-le dio un pico.
Ella sonrió y se apoyó en la barra tras no ver más a Peter. El camarero la atendió y mientras le servía las bebidas, la muchacha sintió unos brazos abrazarla por detrás. Eran unos brazos fuertes y que la agarraban completamente contra el cuerpo de aquella persona. Suponiendo quién era, le preguntó:
-¡Qué poco has tardado en el baño!-exclamó sonriendo.
Ella le acarició los brazos y le dio unas palmaditas para que la soltara para coger las bebidas.
-Venga mi amor, agarra esos dos vasos-comentó dándose de la vuelta y mirando a esa persona.
A Eugenia se le cambió la cara al descubrir de quién se trataba.
-¡Vaya!¿ Así que ahora soy tu amor?-preguntó acariciándole la cara.
-¡Nico! ¿Qué haces aquí?-cuestionó mirando hacia los baños con miedo de ver a Peter ir hacia ellos.

Continuará...

2 comentarios:

  1. MUY BUENO!!! jaja como los interrumpieron
    de nuevo el estupido de nicolas... espero mas caps y que todo siga bien entre ellos.
    SALUDOS!

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    1. por falta de tiempo no habia podido entrar a leer,pero ya me puse al dia y tengo que decir que cada vez me encanta mas tu novela

      Casi muero cuando se peliaron :'( y cuando gaston lo queria enganchar con una chica loo queria matar,felizmente Peter ama a Euge a XD

      ODIO A NICO !!!!! no entiendo como Euge puede creer en el despues de todo lo que le hiso X-( espero que sea mas inteligente y no malogre lo que tiene con Peter

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