lunes, 15 de octubre de 2012

JF2. Capitulo 57: Borrón y cuenta nueva

Capitulo anterior:

-Euge, Euge-la interrumpió.-Mi amor, no llores. Mira, hagamos una cosa. Hagamos borrón y cuenta nueva. Nada, absolutamente nada de esta noche ha pasado, ni yo he discutido con Nicolás, ni tú has soltado ni una lágrima por esos hermosos ojos que tienes, ni tampoco ha pasado nada del pasado que nos haya hecho daño a alguno de los dos…absolutamente nada malo-tomó aire.- ¿Te parece bien que olvidemos todo lo malo que ha pasado entre los dos?-ella lo miró y asintió con la cabeza.-Perfecto-vocalizó él acariciándole la cara y tras eso, acercó sus labios a los de ella.
Cuando estuvo a centímetros, se detuvo y le preguntó:
-¿Puedo?
-Eso no se pregunta.
-Lo sé, pero…
-Pero, nada-le sonrió, cerró sus ojos y lo besó.
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Los días pasaron. La relación entre Eugenia y Peter cada vez iba mejor. Los dos se querían mucho y verdaderamente querían que su relación funcionase. Eugenia no había vuelto a saber nada de Nicolás desde aquel día, ni él había intentado contactar con ella; excepto un día en que la llamó al móvil pero ella no contestó. Todo transcurrió con normalidad. Gastón que en un principio tan solo iba a convivir con Peter durante el tiempo en que encontrase casa, acabó quedándose e instalándose definitivamente con su primo y con Eugenia. Darío poco a poco fue entablando una especie de relación con Javiera, la chica que lo traía loco pero faltaba poco para que se acabase sus vacaciones y tuviese que regresar al país donde había establecido su vida hacia mucho tiempo y eso le aterrorizaba porque no sabía que haría con Javiera, ni con su vida en general.
Como cada mañana, Eugenia, Peter y Gastón desayunaban juntos y después cada uno iba a trabajar o a hacer lo que tuviera que hacer en ese día.
Peter y Gastón ya estaban en la cocina arreglando el desayuno cuando el segundo preguntó por la muchacha que estaba ausente:
-¿Y Eugenia?
-No sé, esta mañana me he despertado y he visto que me había dejado una nota donde decía que había salido pero que regresaría para la hora de desayunar.
-Ah, ¡qué raro, ¿no?!-comentó Gastón.- ¿Qué estará tramando?
-Y… no sé, pero conociéndola, difícil averiguarlo-sonrió.
Peter agarró el recipiente de la cafetera y sirvió café para tres personas mientras Gastón terminaba de hacer las tostadas. Cuando estaban por terminar, sonó el timbre.
-¿Quién será?-preguntó Peter extrañado.
-Quizás sea Euge.
-No, pero si tiene llaves-comentó dejando las tazas de café sobre la mesa y saliendo de la cocina.
Cuando Peter llegó a la entrada, agarró el pomo y abrió la puerta. Al hacerlo, se quedó embobado contemplando lo que tenía delante. Se trataba de una muchacha. Ella estaba de espalda a la puerta, observando las macetas que había en la entrada. Peter la observó con detenimiento absoluto. Empezó por los pies. Llevaba unos zapatos negros de tacón fino. Lentamente fue subiendo y se quedó unos segundos estancado en la parte de abajo del cuerpo. Las curvas de la muchacha estaban totalmente alineadas y se notaban a la perfección debido a que ella llevaba una falda de tubo. Una hermosa cabellera rubia y ondulada caía como si de una cascada se tratase hasta su cintura. Siguió subiendo, y gracias a que ella se había girado pudo comprobar que llevaba una chaqueta negra sin abrochar y por dentro una blusa blanca metida por dentro de la falda. Vio que el último botón de arriba de la blusa blanca lo llevaba desabrochado dejando relucir sus pechos. Sugiriendo pero no mostrando. Y tras suspirar una vez más ante la mujer que tenía ante sus ojos, soltó un “noooo” largo y sonoro al ver de quién se trataba.
-Buenos días, mi amor-saludó Eugenia dándole un corto beso sobre los labios.-Me había dejado las llaves-le dijo entrando.
-Te has teñido-soltó Peter aun aturdido por la forma en que había analizado a su novia sin saber que era ella.
-Si, acabo de venir de la peluquería-le sonrió.- ¿Te gusta?
-Me encanta. Estás preciosa.
-Gracias, mi amor. Te comento…-se dio la vuelta para mirarle.-Hace unos días habíamos hablado de un borrón y cuenta nueva pero no habíamos hecho nada para hacer ese borrón, así que decidí volver al color de pelo que tenía antes de irme porque cuando era morena viví muchos momentos con Agustín y…no tenía ganas de recordarlos-suspiró.-En resumen, me he querido teñir nuevamente y aquí me tienes. Era una sorpresa-le sonrió.
-Peter, ¿quién era?-preguntó Gastón saliendo de la cocina y encontrándose con Eugenia.
Ella miró hacia atrás y le sonrió.
-¡Aiba! T-te has-as…-tartamudeó Gastón y se mordió el labio inferior mirando a tal mujer que tenía delante.
-Si, me he teñido. ¿Qué os pasa a vosotros dos esta mañana? Estáis como dormidos-sonrió.-Pero por favor, despertad porque en menos de…-miró su reloj de pulsera.-En menos de media hora, tú-señaló a Peter.-Me tienes que llevar a trabajar, ¿si? Por eso voy vestida con el nuevo uniforme.
-¿Nuevo uniforme?-preguntó Peter entrando en la cocina.
Ella se sentó sobre un taburete y agarró una tostada.
-Si, según mi jefe ya iba siendo hora de cambiar de aire y decidió cambiar la estética, por eso nos dio uniformes nuevos.
-¡Ajá! ¿Y quién los eligió?
-Él mismo, ¿por?-preguntó empezando a comer.
-No sé, un tanto provocativo el nuevo uniforme…-comentó sentándose en el taburete que estaba al lado de su novia.-Creo que voy a tener que ir a hablar con tu jefe seriamente.
Eugenia se rió.
-¡Ay, pero qué celoso que eres, mi amor!-dijo la muchacha proporcionándole un tierno beso sobre los labios.-No seas tonto, anda. Si no se me ve nada. Tampoco es tan malo el uniforme.
-¿Qué no se te ve nada?-preguntó atónito ante tal declaración.-Por favor, primero este botoncito de aquí-dijo abrochándole el botón de la blusa.-Después la falda, que con treinta centímetros más de anchura y de largo, estaría estupendamente.
-Peter, treinta centímetros más larga y me llega por los tobillos.
-Si, perfecto, por ahí tendría que ir tu falda.
Eugenia sonrió moviendo la cabeza por las cosas que decía el muchacho.
-Bueno, ¿y alguna pega más que ponerle al uniforme?
-Mmm… si, ya sé. ¿En serio la blusa tiene que ser blanca?
-Si, me dijeron que fuera blanca y lisa. ¿Por qué?
-Porque se te transparenta todo, ¿a que sí, Gastón?-preguntó Peter tratando de encontrar apoyo en su primo.
-No, yo no opino sobre esto-comentó el muchacho no queriendo involucrarse en los asuntos de pareja.-Será mejor que os deje solos-dijo yéndose de la cocina con una sonrisa en el rostro.
-¡Ves, tengo razón!-soltó Peter.-Se te ve todo.
-¡Ajá! Así que se me ve todo, a ver dime… ¿de qué color es mi sujetador?
-Mmm…color carne-mintió, no tenía ni idea de qué color era.
-Falso, no es de ningún color porque no llevo.
-¿Cómo?-cuestionó Peter cambiando totalmente de rasgos fáciles.
Eugenia echó a reír por la cara que había puesto el muchacho.
-Es mentira, mi amor, si llevo y es blanco-comentó Eugenia.- ¡Ves, como estas exagerando! No se ve nada. Así que tranquilízate y no hagas ninguna locura porque te conozco.
-¿Locura? No, no haré ninguna locura. Solo hablaré con el que se haya encargado de elegir los uniformes.
Eugenia sonrió moviendo la cabeza de un lado a otro. Peter podía llegar a ser tan…tan él, que era inevitable no esbozar alguna sonrisa por las cosas que decía.
-Celoso mío-dijo la muchacha cariñosamente.-Empieza a desayunar porque sino voy a llegar tarde.
-Perfecto, llegas tarde, te despiden y ya no tienes que usar ese uniforme.
-Claro, me despiden, no encuentro un trabajo nuevo por los tiempos de crisis que corren y vivo de mantenida ¿algo más?
-Mmm… no, así está bien.
-Pero mira que llegas a ser tonto-comentó Eugenia mordiéndose el labio inferior y mirándole de una forma tierna.- ¡Ah, por cierto! Quiero que me enseñes a conducir. Esta mañana me he apuntado a una autoescuela y necesito dar alguna que otra clase, ¿me ayudarás?
-Claro que si, eso ni lo preguntes-le dio un beso en la mejilla.-Pero, ojo, tendremos que buscar un sitio amplio y sin circulación porque conociéndote…
-Oye, que soy un poquito torpe pero tampoco tanto-comentó haciéndose la ofendida.
-Bueno, pero por precaución, mejor busquemos un sitio libre y amplio-le sonrió.-Y…creo que sé cual es el mejor lugar.
-¿Ah, si?-él asintió.- ¿Cuál?
-¡Ah, no sé!-vocalizó.-Por cierto, era este próximo lunes cuando no trabajabas ¿verdad?-ella asintió.-Perfecto, a partir del domingo me dan vacaciones una semana…-hizo una pausa.-Este domingo empezamos tus clases, ¿te parece?
-¿Tan pronto?
-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?
-¿Qué? No-dijo muy segura.-El que tendría que tener miedo eres tú como no desayunes de una vez porque si llego tarde, te mato, Bedoya.
-¿Me matas? ¿Cómo?-cuestionó acercándose a ella.- ¿A besos?-ella sonrió.- Máteme pues.
Eugenia se rió.
-Si, definitivamente hoy estas raro-dijo mirándole a los ojos.
-No, raro, no. Enamorado-afirmó mientras acariciaba con su dedo los labios de la muchacha.

 Continuará...

3 comentarios:

  1. MAS TIERNOS!!!! me encanta eugeter ojala todo siga asi...jajaj me mataron los celos de mi pitt
    espero mas nove. SALUDOS GENIA :D

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  2. porfa sube mas estoy esperando!!!!

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  3. Jajaja mas lindo Peter celosin XD y me mato como la analizo jijiji

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