martes, 2 de octubre de 2012

JF2. Capitulo 49: Locura

Capitulo anterior:

Al cabo de una hora, alguien llamó al timbre de la casa dónde vivían Peter, Eugenia y Gastón. El único que se encontraba en casa era Peter, que tenía puesto su típico pijama y estaba tumbado en su cama viendo la televisión y de vez en cuando miraba caer las gotas de lluvia en su ventana. Llovía a cántaros. Cuando escuchó el timbre, se extrañó y bajó a ver quién era. Al abrir la puerta, vio a Luca bajo la lluvia cargando a Eugenia en brazos. La muchacha estaba acurrucada al pecho de su amigo, le rodeaba el cuello con los brazos y mantenía los ojos cerrados pero los abrió al escuchar la voz de Peter preguntar preocupado:
-Pero, ¿qué ha pasado?
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Peter se hizo paso y dejo que Luca entrara.
-Eugenia se ha emborrachado y la he traído a casa-contestó el muchacho. 
-¿En serio? Pero… ¿por qué ha hecho eso?-preguntó mirándola impresionado.-A ver, déjame ayudarte.
Peter trató de cargarla en sus brazos, pero Eugenia nada más sentir el contacto de sus manos sobre su cuerpo, lo apartó de ella mientras decía:
-No, no quiero. Soltadme, estoy bien-refunfuñó haciendo que Luca la dejase en el suelo.-Sois unos aguafiestas.
Eugenia se apartó de sus dos amigos y les mostró que todavía sabía sostenerse sola sobre sus piernas pero se tambaleó al dar dos pasos provocando que Peter tratase de agarrarla para evitar que desvaneciese. De inmediato, la muchacha se apartó de él y caminó hacia la cocina. 
-Pero, ¿por qué está borracha?-preguntó Peter cuando perdió de vista a Eugenia.
-Estaba resentida y creyó que la mejor forma de ahogar sus penas era beber pero no supo controlarse y ni Candela ni yo nos dimos cuenta hasta que la vimos y ya estaba completamente ida.
-¿Resentida? ¿Con qué?
-La verdad que no lo sé-mintió Luca.-Tendrás que esperar a mañana para que te conteste.
-Bueno-resopló.-Será mejor que vaya a ver que está haciendo y por cierto, ¿y Candela?
-En el coche, le he convencido para que no bajase porque está lloviendo mucho y no hemos traído paraguas y en contra de sus ganas ha aceptado quedarse. Decía que no quería dejar sola a Eugenia.
-Oh, pues dile que yo la cuidaré. Que no se preocupe-hizo una pausa.-Y coge un paraguas, anda-comentó yendo hacia la puerta de la cocina.
-Gracias, no hace falta. El coche está aquí al lado-le sonrió.
Peter despidió a Luca y entró en la cocina. Allí estaba Eugenia frente a la encima de la cocina, de espaldas a la puerta. Peter se acercó a ella y vio que en una mano sostenía un botellín de cerveza y en el otro un abridor. La muchacha fue a tomar de la cerveza, cuando Peter se la quitó de las manos mientras preguntaba:
-Pero, ¿qué haces? ¿Estás loca?
-Devuélvemela-habló como una niña pequeña que estaba apunto de ponerse a llorar mientras trataba de quitársela.
-No, ya estás demasiado borracha y como bebas algo más vomitarás.
-Jolin, ¡no! Déjame disfrutar de la vida.
-Euge hay miles de manera de disfrutar de la vida, y esta es la peor.
-Me da igual. Dámelo-hizo puchero. 
-¡No!
-¡Ay! ¿Por qué no te vas con la rubia y me dejas tranquila?-resopló.
-¿Rubia? ¿Qué rubia?
-No te hagas el tonto, te vi, vi cuando te besabas con esa chica y ahora seguramente te esté esperando en tu habitación.
-¿Qué? ¡No! Pero, ¿cómo sabes eso?
-¿Encima me lo dices así, sin más? Al menos podrías negar que te has traído a una de tus amiguitas a casa.
-¿Qué? No, ella no está aquí, ni vino. Te pregunto que cómo sabes que hoy me he besado con una chica.
-Ya te lo he dicho, te vi, ¡bah! Os vi.
-Pero, ¿dónde estabas?
-Delante de tus ojos y no me viste porque estabas ocupado metiéndole la lengua a esa…amiga tuya.
-Euge, no es cómo tú crees. 
-Ya seguro-resopló.-Peter no quiero escuchar explicaciones, lo único quiero que me devuelvas la botella.
-¡Eugenia, no!
La muchacha se cruzó de brazos y dobló el labio inferior hacia fuera como si de una niña chica se tratase. Tras conseguir quitarle de la cabeza a Eugenia la idea de que siguiera bebiendo; la muchacha fue al salón y puso música a todo volumen. Empezó a bailar en medio del salón mientras que Peter trataba de tranquilizarla pero ella solo sabía ignorarlo. Eugenia estaba un poco mareada por lo que bailaba moviéndose lo justo y necesario. 
-Tú…-musitó ella mientras recorría con su mano el dorso descubierto de Peter y se acercaba a él hasta el límite de juntar su nariz con la de él y rodearle el cuello con sus brazos.- ¿Te cuento un secreto?-preguntó pícara y lentamente acercó sus labios a la oreja del muchacho para susurrar.-Amo a Peter pero ¡sshh! No se lo cuentes-sonrió.-Pero ¿sabes? Tú tampoco estás mal…no sabía que tuvieses unos ojos tan bonitos-dijo mirándole fijamente.
Peter sonrió.
-Euge, estás muy borracha, no sabes ni lo que dices.
-Sé perfectamente lo que digo-afirmó muy segura.
Eugenia giró la cabeza hacia la izquierda y estornudo. Peter la miró y le dijo:
-Será mejor que te quites el vestido mojado antes de que cojas una pulmonía.
Ella sonrió pícara.
-Desabróchamelo-habló sobre los labios de Peter mientras agarraba las manos del muchacho y las posaba sobre sus glúteos.
-Euge, no creo que…
-¡Hazlo!-le interrumpió.
Él lentamente deslizó sus manos por la espalda de Eugenia en busca de la cremallera. Cuando la encontró, fue abriendo el vestido lentamente con una mano mientras con la otra acariciaba la caliente espalda de la muchacha que se iba descubriendo a medida que se bajaba la cremallera. Ella se mordió el labio inferior mientras sentía las acaricias en su espalda y lentamente empezó a acercar sus labios a los de él. 
-Eugenia-dijo Peter haciendo que la muchacha detuviese su propósito y abriese los ojos.-Creo que no deberíamos… posiblemente mañana cuando estés sobria y recuerdes lo que pasó hoy, te arrepientas.
-¿Arrepentirme?-preguntó ella sonriendo.-Nunca.
-Bueno, pero yo no quiero sentir que me he aprovechado de la situación porque estás borracha.
-No te aprovecharás, yo quiero, tú quieres pues… hagámoslo-recorrió el rostro del muchacho con su dedo índice.-O…acaso me vas a negar que te mueres de ganas de hacer el amor conmigo-le susurró al oído.- ¡Vamos! Hazme jadear tu apellido en tu oído y yo haré todo lo que esté en mis manos para que tú digas el mío…
Peter sonrió ante las palabras de Eugenia.
-Lo que hace el alcohol en algunas personas.-hizo una pausa.-Eugenia, haré todo lo que dices cuándo, cómo y dónde quieras pero…
-¿Eso es un sí?-interrumpió.
-Eso es un…lo haré siempre y cuando tú no estés borracha.
-Y ahora mismo no lo estoy.
Peter se rió.
-Claro que no-habló irónicamente.- ¿Por qué mejor no vamos a dormir?

A la mañana siguiente, Darío muy temprano fue a casa de su hermano y compañía para desayunar con ellos. Llamó al timbre y Gastón fue a abrir.
-Buenos días-saludó Darío entrando.- ¿Cómo has amanecido?
-¡Puf! Con dolor de cabeza, ¿y tú?-preguntó entrando en la cocina seguido de su primo.
-Fenomenal-sonrió.
-¿Y eso?
-Ayer me lo pasé muy bien con la chica que me presentaste.
-¿Con Javiera?-Darío asintió.- ¿No te habrás enamorado, no?
-¡No! Ni de broma-afirmó muy seguro.-Oye, ¿mi hermano y Eugenia siguen durmiendo?
-Si, al parecer ayer tuvieron una nochecita movidita-comentó Gastón sentándose en un taburete.
-¿Una nochecita movidita? ¿Al final mi hermano tuvo algo con Lucía?
-¿Qué? ¡No! Con Lucía, no. Con Eugenia.
-¿Con Eugenia? ¿En serio?-preguntó Darío sorprendido.

Continuará...

[Para el prox. capitulo que suba...os gustará y mucho :) solo adelanto eso^^ xD]

1 comentario:

  1. AHHHH ME ENCANTO ESTE CAPITULO!!!!!!! por fin eugeter jajaja me mato euge borracha... sigue porfavor :D
    psdt: ayer no pude comentar porque tuve un problemita con el internet.
    MAS NOVE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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