domingo, 30 de septiembre de 2012

JF2. Capitulo 48: Nunca

Capitulo anterior:

-¿Todo esto…?-Lucía trató de indagar en el tema.
-Nada, olvídalo-le sonrió.
-Bueno-hizo una pausa.-Pero… ¿sabes? Yo… cuando quiero también soy muy loca-sonrió.-Y sé hacer que alguien se vuelva loco.
-Ah, ¿si?
-Ajá. ¿Quieres que te enseñe?-preguntó acercándose un poco más.
-Mmm… ¿eso va con doble intención?
-¿Tú que crees?-se terminó su vaso de alcohol y lo dejó encima de la mesa.
Lucía, sin esperar a nada, se abalanzó sobre Peter y lo besó agarrándole de la nuca y atrayéndolo hacia ella.
Eugenia llegó frente la mesa y se quedó de pie ante ellos mientras veía cómo Peter y esa chica se besaban. La sonrisa que iluminaba su rostro, se borró y apretó los dientes con fuerza tratando de contener la rabia. No aguantando más, se fue haciéndose pasó entre la gente.
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Peter se separó de Lucía tras forcejear para que le quitase las manos de la nuca.
-Pero, ¿qué pasa? ¿Por qué te separas?-preguntó ella con la intención de volver a besarlo.
-Lucía, Lucía. Espera. Para. Yo…no… no puedo.
-¿Por qué? ¿Eres gay?
-¿Qué? No. A ver… Lucía…yo estoy enamorado de otra chica, lo siento.
-Pero, ¿no era que ya no tenías nada con nadie?
-Y no lo tengo, no tengo absolutamente nada con ella. Solo amistad. Pero, hay algo que no me permite hacer esto. He llevado meses, diría incluso años, siendo un mujeriego y no me ha servido para nada y me jure no volver a caer en lo mismo, de verdad que lo siento-la miró.-Y mira, será mejor que me vaya-suspiró.

A Eugenia se le habían escapado algunas lágrimas mientras esquivaba a la gente, que rápidamente limpió. No quería seguir siendo más débil que solo sabía llorar y llorar. Así que había decidido ahogar sus penas de otra manera. Una, según tenía entendido, mucho más efectiva que cualquier otra cosa, que hacía olvidar y sentirse bien por todo el tiempo que durase. Se acercó a la mesa donde estaban Candela y Luca, que la miraban expectantes. Ella no dijo nada, solo agarró el vaso de malibú y se lo bebió de una sentada. Puso mala cara al terminar de tragar y preguntó:
-¿Queréis algo para beber?
-No, ya estamos servidos-contestó Luca.-Pero… ¿qué ha pasado?
-Nada. No ha pasado absolutamente nada-sonrió.-Voy al baño.
-Te acompaño-comentó Candela
-¡No hace falta!-exclamó inmediatamente mientras se alejaba de allí.
Una vez perdida entre la multitud, se acercó a la barra y se sentó en un taburete. Llamó al camarero y le dijo:
-Un chupito de vodka.
-En seguida-le sonrió.
-Mmm…si pretendes emborracharte, al menos vas a tener que tomarte cerca de diez-dijo alguien apoyándose en la barra a su lado.-Bueno, al menos yo que estoy acostumbrado. No sé tú.
Ella lo miró y le sonrió.
-He aquí el experto; Juan Manuel-dijo la muchacha.-Y a ver… tú que sabes, ¿qué me recomiendas?
-Espera-el muchacho llamó al camarero y cuando éste se acercó, le habló al oído y le pidió algo que impresiono incluso al hombre.-Gracias-le agradeció cuando el camarero se alejó para ir a buscar lo que le había pedido.
A los minutos se acercó y puso un vaso lleno de una bebida incolora.
-Mmm… ¿agua?-preguntó ella burlona.
-¿En serio crees que es agua?-preguntó Juan Manuel mirándola.- Huélelo.
La muchacha se acercó el vaso a la nariz, y al aspirar, puso mala cara del fuerte olor que desprendía.
-Pero tranquila, si no quieres beberlo no pasa nada-le sonrió tentándola.-Me lo das a mi y…-le quitó el vaso de la mano.
-¿Qué? ¿Qué? Trae-volvió a coger la copa.- ¿Crees que no soy capaz de tomarme esto?
-Mmm…-se hizo el dudoso.-Por lo que he visto tú no pasas del malibú con piña y tienes que saber que esto es mucho más fuerte. Para gente como tú, en dos o…tres vasos ya no podéis más.
-¿Gente como yo?-preguntó ofendida.-Está bien, ahora verás de lo que somos capaces gente como yo, como nos denominas-le hizo una mueca.
La muchacha tomó aire y acercó el vaso a su boca. A penas había mojado sus labios en aquel líquido incoloro cuando Juan Manuel la detuvo.
-Espera, espera. Si vas a tomarlo la primera vez que sea todo de golpe-la tentó.
Ella lo miró y por detrás de Juan Manuel vio la silueta de Peter con la chica con la que se estaba besando yendo detrás de él.
“Oh, genial. Ahora toca ponerle la guinda a la noche, ¿no, Bedoya?”-pensó Eugenia mientras resoplaba y miraba hacia otro lado.
-Está bien. Todo de golpe-comentó ella sonriendo.
Volvió a tomar aire. Se acercó el vaso a la boca y bebió de una sentada. Puso mala cara, empezó a toser y sintió que la garganta le ardía por dentro. Era realmente fuerte aquella bebida.  Cerró los ojos por un momento tratando de volver a la normalidad.
-¿Bien?-preguntó Juan Manuel cuando vio que se había recuperado.
-Fenomenal-dijo animada.-Quiero otra-dijo muy segura.
-No, no creo que debieras…
-Quiero otra-repitió.
-Bueno, está bien. Pero… ¿se puede saber de dónde salen estas ganas de emborracharte?
-Solo te diré y aconsejaré una cosa: Nunca…escúchame bien, NUNCA te enamores.
-Lo tendré en cuenta-comentó Juan Manuel con una sonrisa antes de llamar nuevamente al camarero.

-Peter en serio, lo siento. No quería hacerte esto. Yo…creía que tú no tenías nada y…-decía Lucía mientras iba detrás de Peter.
-No tengo nada con nadie-le repitió.
-Pero estás enamorado de otra y yo…
-Tranquila no pasa nada-comentó Peter sonriéndole.- ¿Me haces un favor? Avisa a mi hermano y a mi primo que me he ido-ella asintió-Gracias-le sonrió y le dio un beso en la mejilla.-Adiós.
-Adiós, besos.
El muchacho echó a caminar y se pasó las manos por la cabeza mientras intentaba entender la situación en la que se encontraba.

Se acercaban las tres de la mañana, Eugenia seguía bebiendo con Juan Manuel pero habían optado por algo menos fuerte que lo primero que había tomado la muchacha. Querían que la fiesta continuase y no se acabase tan pronto. Querían seguir bebiendo y sentir el ‘placer’ que producía beber y emborracharse poco a poco. Aunque Eugenia ya no podía estar peor de lo que estaba, había tomado mucho, más de lo que se hubiese imaginado. Luca y Candela, hacía tiempo que la estaban buscando por el local y llamando a su móvil pero no la veían. La muchacha estaba bailando en la pista rodeada de gente y era imposible localizarla, hasta que lo consiguieron. Luca se acercó a ella, y la sacó de todo aquel tumulto de gente ebria.
-¿Qué haces?-preguntó Eugenia dejando ver claramente solo por el sonido de su voz que estaba igual o incluso más ebria que toda aquella gente que la rodeaban.
-Eugenia, nos vamos a casa.
-Está bien, adiós-le sonrió y le despidió con la mano.
-No, no. Tú vienes con nosotros.
-¿Qué? ¡No! Yo me quiero quedar-hizo puchero.
-Eugenia, mañana Luca y yo tenemos que trabajar muy temprano-dijo Candela muy seria.
-Uuuh-vocalizó.-Yo también-se rió.-No pasa nada. Vosotros iros y yo… yo…cuando encuentre el coche me iré a trabajar.
-¿Qué coche? ¿De qué hablas?
-¡Ay, no sé! No me hagas pensar-pensaba beber un poco más de su vaso pero Luca se lo quitó de la mano y lo dejó sobre una mesa.
-Eugenia, ¡vamos!-exclamó el muchacho seriamente.
La muchacha lo miró y trató de aguantarle la mirada pero empezó a reír de la nada. Se tambaleó un poco y cerró los ojos tratando de recuperar la estabilidad. Luca al creer que se iba a caer la agarró.
-Suelta. Estoy bien-se quejó.

Al cabo de una hora, alguien llamó al timbre de la casa dónde vivían Peter, Eugenia y Gastón. El único que se encontraba en casa era Peter, que tenía puesto su típico pijama y estaba tumbado en su cama viendo la televisión y de vez en cuando miraba caer las gotas de lluvia en su ventana. Llovía a cántaros. Cuando escuchó el timbre, se extrañó y bajó a ver quién era. Al abrir la puerta, vio a Luca bajo la lluvia cargando a Eugenia en brazos. La muchacha estaba acurrucada al pecho de su amigo, le rodeaba el cuello con los brazos y mantenía los ojos cerrados pero los abrió al escuchar la voz de Peter preguntar preocupado:
-Pero, ¿qué ha pasado?

Continuará...

1 comentario:

  1. todo un lio entre ellos!!! espero eugeter pronto.. me encanta sigue :D

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