Fuera iba a tener más posibilidad de deshacerse de Nicolás que entre aquellas
cuatro paredes a pesar de tener a alguien detrás suyo todo el día.
-Vaya, la primera vez que te veo sonreír-comentó mirándola fijamente.
Él se dispuso a irse, y en la puerta le dijo, al caer en la cuenta de
por qué Eugenia había sonreído y había mostrado un poco de felicidad:
-Pero hay una cosa que tengo que advertirte, rubia-la miró.- Como se te
pase por la cabeza intentar contactar con Peter o con alguno de sus amigos, te
prometo que no dudaré ni un segundo en…
-Lo sé-dijo interrumpiéndolo.-No te preocupes, no hablaré ni con Peter,
ni con nadie. Ya he entendido tus normas y las acataré, como pueda, pero las
acataré.
-Así me gusta, que vayas entendiendo como son las cosas-comentó Nicolás
cerrando la puerta pero esta vez no cerró con llaves.
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“Cuatro, solo faltan cuatro días para que mi pesadilla además de real
también sea inevitablemente eterna”-pensaba Eugenia mientras retenía agua entre
sus manos para echársela a la cara.-“Prometo que no sé cómo he llegado a esto.
Había jurado que estaba apunto de conseguir librarme de esa basura
pero…”-suspiró y se secó la cara en la toalla.
Eugenia acababa de levantarse y cepillarse los dientes. En un par de
horas había quedado con
Candela para hacer la última prueba de vestido. Si, un largo y bonito
vestido de novia blanco.
“Traté de negarme a hacerlo, me negué y me sigo negando a casarme con
él. Pero ¿qué hago si me tiene completamente amenazada? Y siempre usa la misma,
no cambia porque sabe que esa es efectiva. Haces
esto o prometo que Peter la pasará mal o ya ni eso, ya con ten cuidado me pone alerta de que ahí
viene la dichosa amenaza. He tratado y tratado de librarme de él en este mes
que ha transcurrido desde que me dejó salir de esta habitación siempre y cuando
vaya con ese idiota que le cuenta a Nicolás hasta el más último detalle. A
veces creo que incluso ha llegado a decirle la hora exacta a la que he ido al
baño a vomitar”-suspiró.-“Me tiene cansada, se pega a mi como una lapa y por
mucho que me haya intentado librar de él, nunca lo consigo. Pero hay que
puntualizar que yo no valgo para eso. Ya lo he intentado más de una vez y pero
la última fue donde Nicolás, tras enterarse como de costumbre, me dio un
ultimátum: vuelves a repetirlo y atente a
las consecuencias, palabras textuales. Mi vida es una continua amenaza que
no tiene fin. En un principio intentaba librarme de Julio-el
guardaespaldas.-Por diversión, para entretenerme un poco y para ir practicando
para el día en que se me ocurriese algo de verdad, para el día en que se me
ocurriese un plan. Pero las últimas veces que lo intenté fueron para contactar
con Gastón o Darío e intentar saber algo sobre Peter. Necesitaba saber sobre su
vida, sobre cómo le iba, qué hacia…pero no había conseguido enterrarme de nada
y a pesar de mantener contacto con Candela, nunca sabía como preguntarle por
Peter. A ella el hecho de que cortase con Peter y al poco tiempo aceptar
casarme con su hermano, cosa totalmente incierta, pero así lo cuenta Nicolás;
le había parecido muy extraño pero nunca se había atrevido a preguntarme por
los motivos de ese giro tan repentino en mi vida pero se figuraba o más bien su
querido hermano le había dicho que el hijo que espero es suyo y no de Peter,
por lo que la boda tan repentina y rápida tenía su escusa ante los ojos de los
demás. Ante mis ojos era solo un signo más de que Nicolás quería y necesitaba
controlarme y saber que nunca me marcharía y su forma de hacerlo era esa, hacer
que me casase con él. Y yo, como una estúpida, dejando que todo ocurriese. En
un principio solo pensé que era algo que había utilizado para alejar a Peter
definitivamente de mí pero a medida que pasaba el tiempo vi que no era así, y
me sorprendió cuando me enseñó el anillo. El gran anillo con el que el muy imbécil
se atrevió a pedirme casamiento y anillo que lance lejos al darle un gran NO como contestación. Nunca en mi vida haría esa locura, pero
ahora aquí estoy, apunto de ir a probarme ese dichoso traje”-suspiró.-“Ha sido
muy rápido, extremadamente rápido. En un mes, él se ha encargado de arreglar
todo el casamiento… invitaciones, flores, lugar, cura e incluso se ha encargado
de pagar el viaje de mi madre para que venga a presenciarlo. Yo me negué
rotundamente, no quería, ni quiero a mi madre en este paripé pero no me hizo
caso. Así que siendo positiva, tengo que pensar que podré ver a mi madre y
disfrutar de ella, algo que hace mucho que no ocurre. Otra sorprendida fue
ella, porque había jurado que me casaba con Peter. Ojala me casase con él pero
no… me caso con…”-Eugenia enfadada golpeó la cama.-“En cuanto al embarazo,
bueno, aún no se me nota nada”-pensó levantándose de la cama y mirándose de
perfil en el espejo.-“En cinco días cumplo los tres meses de embarazo y tengo
una cita para la primera ecografía y gracias a dios que la cita es un día
después de la boda porque gracias a eso me evito tener que ir de ‘luna de miel’
con…”-suspiró-“Y nada, aquí estoy, mirándome en el espejo mientras repaso las
cosas que han ocurrido en este último mes como si estuviese hablando con
alguien. Definitivamente, esta situación me esta volviendo loca”-pensó la
muchacha mirándose una última vez al espejo.
Las cosas sin duda habían cambiado, no se podía negar tal cosa. Eugenia
abrió la puerta de su habitación y se topó con Julio allí plantado.
-Buenos días-saludó él sin dejar esa pose de duro que aparentaba
siempre.
-Buenos días-saludó ella revoloteando los ojos y yendo hacia la cocina.
Ya en la tienda de los vestidos, Eugenia acababa de ponerse el vestido
y estaba mirándose en los tres espejos seguidos uno del otro que tenía ante sí
posicionados de forma estratégica para que la futura novia no se perdiese
detalle del esplendor de lo que llevaba puesto. El vestido de Eugenia era de
palabra de honor que dejaba relucir sus hombros y con una gran cola. Era
apretado hasta la cintura y después, ancho hasta el suelo. La muchacha se
miraba al espejo y no podía creer lo que estaba viendo. Era precioso y le
encantaría estar disfrutando de ese momento pero no podía porque sabía que ese
vestido era para casarse con ese hombre, con ese odioso y asqueroso hombre.
Eugenia cerró los ojos y dos lágrimas se escaparon y recorrieron sus mejillas
hasta caer sobre el vestido. La muchacha volvió a abrir los ojos y volvió a ver
su reflejo en los espejos pero también el reflejo de Peter a su lado. Asombrada
miró hacia la dirección donde estaría él y comprobó que su imaginación le había
jugado una mala pasada.
“Como desearía que estuvieras aquí”-pensó cerrando los ojos y dejando
volar su imaginación.-“Cómo desearía sentir que me acaricias, me besas y me
haces feliz solo cómo tú sabes. Cómo me gustaría tanto estar probándome este
vestido para casarme contigo y pasar el resto de mi vida contigo, aunque a este
paso me queda poco de vida. Cada día que pasa y no estoy contigo la tristeza va
aumentando en el interior de mi corazón y creo que llegará un momento en que me
rendiré y dejaré de luchar contra lo inevitable. Peter, te necesito…”-suspiró.
-Euge, ¿cómo te piensas poner el pelo?-preguntó Candela entrando en
aquel enorme probador donde estaba la muchacha con un velo de novia en la mano
y deteniéndose al ver lo hermosa que estaba su amiga.-Dios, te queda genial,
Euge. Sin duda han sabido ajustarlo y hacerlo perfecto para ti.
-¿Tú crees?-preguntó la muchacha mirándola.
-Desde luego-comentó.-Dios si Nicolás te viera…
La rubia hizo el esfuerzo de sonreír y no lo consiguió, solo esbozó una
mueca.
-¿Qué te ocurre?-preguntó Candela.-Te noto triste.
-No, para nada-contestó, esta vez si, sonriendo.
-Vamos, Euge, soy tu amiga. Cuéntamelo. ¿Qué te ocurre?
La muchacha tomó aire y dijo:
-Echo de menos a Peter.
-¿Qué?-preguntó asombrada.- Euge, no te estarás arrepintiendo de la
boda ¿verdad que no?
-¡No!-contestó de inmediato.
“Ya estaba arrepentida de esta boda desde que tu hermano empezó los
preparativos”-pensó para sí la rubia.
-Echo de menos a Peter en el sentido de que quiero mantener algún tipo
de relación con él, saber como esta, que es de su vida…y necesito que me
perdone. Yo… no te conté por qué cortamos pero la fastidie y mucho, le hice
daño, mucho daño y no puedo aguantar esta culpabilidad que me atormenta todo el
día. Necesito verle pero sé que si voy, el idiota de ahí afuera-dijo refiriéndose
a Julio que esperaba del otro lado de la puerta.-Se lo contará a tu hermano y
temo que él no se lo tome muy bien. Es más, sé que no le haría ninguna gracia
que yo fuese a ver a Peter.
-¿Por qué piensas eso?
-Es obvio, Candela. Podría pensar cualquier cosa pero… bueno, nada,
tendré que apechugar con las consecuencias-dijo entristecida.
-Vamos, Euge. No estés triste… Si quieres yo le digo algo de tu
parte-comentó intentando ayudarla.
-No es eso, amiga. No quiero que nadie le diga nada sino que quiero ir
yo misma y hablar con él y arreglar las cosas entre nosotros.
-Entiendo...-hizo una pausa.-Pues si quieres te ayudo.
-¿Ayudarme, a qué?-preguntó mirándola.
-A librarte de ese idiota que está ahí fuera-dijo imitándola.-¿Qué te
parece?
-¿En serio harías eso?
-Claro que sí, por una amiga lo que haga falta. Pero por favor no
tardes mucho, yo intentaré hacerle creer a Julio que estás indecisa y que te
estás probando muchos vestidos ¿de acuerdo?
-Si, perfecto-dijo abrazándola con fuerza.-Gracias, no sé como agradecerte
esto que vas a hacer por mi…
-No hace falta, para eso somos amiga, tonta-le sonrió y la apretó más
contra ella.
Espero solo que arregle algo con Peter!
ResponderEliminarGracias a dios en esta nove existe Cande que sirve a algo, asi que ayuda a Euge!!!!
quierooooo maaaassssss
Que sera de mi pitt quiero saber algo de el grande cande espero que todo salga bien y que euge arregle todo espero mas me encanta no demores pleaseeeeee :)
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