sábado, 19 de mayo de 2012

Capitulo 23: No puede ser...

Capitulo anterior:

Las dos caminaban entre la oscuridad. En ese momento se movieron unos matorrales, Eugenia asustada pregunto:
-¿Qué fue eso?
-Será algún animal-contestó Candela aun desanimada.
-¡Ei! ¿Qué te sucede?
-Nada-resopló.- ¿Y a dónde vamos exactamente?
-Al galpón. Ahí es donde guardan los materiales ¿no?
-Supongo.
Llegaron allí, y Eugenia con la ayuda de Candela consiguió abrir la puerta. La rubia se acercó al interruptor y cuando encendió la luz...
-¡¡SORPRESA!!-gritaron todos.
Candela se llevo un susto y al momento en su cara se dibujo una gran sonrisa. Miro a su amiga, que le devolvió la mirada y le guiño un ojo.
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Era una noche hermosa y la fiesta acababa de empezar. En el galpón estaban todos, no faltaba ni una persona del campamento, aunque no conocían a Candela, allí estaban armando un buen festejo. La cumpleañera estaba rodeada de sus amigos; Eugenia, Peter y Darío y por supuesto su novio Luca.
-Gracias, chicos. Os quedó genial todo-decía Candela mirando todo lo de su alrededor; las luces, la gente, la barra que habían armado en el fondo del galpón...todo.
-No las des, Can-dijo Eugenia mirándola con una sonrisa en la cara.-Te mereces esto y más.
Siguieron charlando hasta que pusieron una canción que a Luca le encantaba y no tardo en decir:
-Mi amor, ¿bailamos?-Candela lo miro y asintió con la cabeza.
-Ya volvemos-dijeron al unísono yendo hacia donde era la pista de baile.
-¡Qué locos están!-exclamó Eugenia mirándolos.
-Si, estarán como tú quieras pero...-dijo Peter extendiéndole la mano y haciendo una seña con la cabeza.- ¿Te vienes a bailar un rato?
Eugenia miró su mano y le habló al odio:
-No vamos a dejar solo a Darío ¿no?
-No, pero si a él no le importa ¿a que no?-preguntó Peter mirando a su hermano.
-¿Qué?-preguntó Darío.- ¿Habéis dicho algo?-Peter y Eugenia lo miraron extrañados.-Perdón, no os estaba escuchando. Llevo un rato mirando a la chica de azul de allí-indico disimuladamente con la cabeza el sector donde se encontraba.
-¿Y a que esperas? Ve a hablar con ella-le sugirió su hermano.
-No, hermanito, esto lleva su tiempo, tranquilo.
Eugenia y Peter se rieron.
-Bueno, ¿vamos?-insistió el muchacho de ojos marrones con tonos de verde.
La rubia iba a aceptar pero en ese momento llego Melodi y la interrumpió.
-Peter, ¿bailas esta canción conmigo? Es mi canción favorita.
-Es que iba a...-contestó Peter mirando a Eugenia, que le sonrió y le indico con la cabeza que se fuera con ella.
-Ve, no importa-dijo la muchacha.-Yo me quedo aquí, viendo como liga tu hermano.
-Bueno-suspiro.-Esta bien, pero que sepas que me debes un baile.
-De acuerdo.
Melodi agarró a Peter de la mano y se lo llevo a la pista de baile. Eugenia se quedó allí de pie mirando como bailaban la rubia de pelo largo y el moreno y de vez en cuando miraba a Candela y a Luca. Estaba feliz de ver a su amiga tan animada y tan radiante. Nunca la había visto con aquella energía, no podía creer como Luca la hacia tan feliz. De vez en cuando la rubia se reía por las payasadas que estaba haciendo Peter mientras bailaba con Melodi. Darío que estaba a su lado, se dio cuenta de que no le quitaba ojo a su hermano, y queriendo avergonzarla, le dijo:
-Es guapo eh...-Eugenia lo miro extrañada.-Digo, por como lo miras y demás, te debe de gustar mucho.
-¿Qué? No, Peter es como mi hermano-hizo una pausa.-Bueno, es mi hermano.
-Eugenia, esa tontería de hermanos que os inventasteis para ocultar lo que os pasa el uno con el otro, la tenéis que olvidar.
-Darío, no se si sabes, pero tengo novio.
-Lo sé. Nicolás se llamaba ¿no?-ella asintió.-Pienso que estas con él para olvidarte de Peter. No se muy por qué lo quieres olvidar, pero te tengo que decir que es un error. Peter te ama igual o incluso más que tú a él. Solo sabe hablar de ti y solo de ti, día y noche. Te tiene en su mente día si y día también; y es capaz de aceptar tu relación con Nicolás, si eso te hace feliz. Es otro tonto como tú que no se juega por lo que siente.
-¡Darío!-exclamó Eugenia al darse cuenta de que el muchacho decía la verdad.
-¿Qué? ¿Acaso estoy mintiendo?
Eugenia suspiro.
-Estoy muy bien con Nico, lo quiero.
-¿Más que a Peter?
-Darío ¿qué mas da lo que sienta por Peter ahora mismo?
-Da mucho porque si os dijeseis lo que sentís el uno por el otro, estabais felices y comiendo perdices, pero sois tan...-hizo una pausa.-...tan vosotros, que os complicáis la vida.
Eugenia guardo silencio, sabía que Darío tenía razón, sabía que Peter y ella podían estar juntos tan fácilmente pero se había complicado todo y más aún cuando ella había empezado a salir con Nicolás. La muchacha suspiraba una y otra vez; el moreno al darse cuenta, le dijo:
-Oye, una cosa, ¿Peter te contó?-ella lo miro.
-¿El qué?
-No, nada, olvídalo.
-No, ahora me cuentas. No me dejes así.
-Bueno es que si no te lo contó fue por algo, y si ahora yo te lo digo, quizás la lie.
-Vamos Darío. Sabes que puedes confiar en mí -le insistió la rubia.
-Vale-hizo una pausa.-Veras, ¿sabes esa piedra que tienes guardada dentro de tu relicario?
-Si, ¿qué pasa con ella?-se apresuró en preguntar.-Espera, ¿cómo sabes eso?
-Es otra historia, Eugenia. Si quieres luego te la cuento-hizo una pausa.-Pero lo importante es que se que guardas esa piedra desde que tenías seis o siete años, y que se rompió cuando chocaste con un chico y se cayo al suelo-ella asentía.-Y bueno todo lo demás también lo sé.
-¿Y cómo sabes todo eso?
-Pues porque el niño era...
-¿Eras tú?-le preguntó sorprendida.
-No, era él-y señaló a su hermano.
Eugenia miro a Peter, que aún seguía bailando con Melodi. Se llevó la mano al pecho mientras decía moviendo la cabeza de un lado a otro:
-No puede ser...
-Pero es, Eugenia; y si no me crees cuando lleguemos a casa te muestro la piedra. Él también la guardo y aun la conserva.
“No puede ser...”-pensaba la muchacha una y otra vez.-“Él fue mi primer amor”-sus ojos empezaban a llenarse de lagrimas.
Eugenia suspiró.
-Darío, me voy un rato a tomar el aire ¿vale?-dijo con la cabeza baja, tratando de ocultar su rostro.
La rubia se fue rápidamente, esquivando a la gente, tratando de salir del galpón cuanto antes. Peter, que de vez en cuando miraba a su hermano y a Eugenia, se dio cuenta de que la muchacha se había ido, y no tardó en acercarse a Darío, pero no sin antes disculparse con Melodi.
-¿Qué le has hecho?-preguntó Peter mirando a su hermano.
-Nada-contestó rápidamente.
-¡Darío!-le reprimió.
-Bueno, le conté que tú eras el niño que...-no termino de hablar porque su hermano ya se había ido detrás de Eugenia.

La muchacha en el intento de salir de allí había chocado con un muchacho que le había echado un vaso de refresco por encima sin querer. Cuando el chico se estaba disculpando, ella se marchó rápidamente sin escucharlo, no tenía ganas de detenerse. Deseaba estar sola, respirar aire fresco y pensar. Al salir, se encontró con Nicolás, que sonriendo se acercó a ella.
-Hola, mi amor-la agarró de la cara y la besó. La rubia le siguió el beso, y al cerrar los ojos, las lágrimas que intentaba ocultar se deslizaron por sus mejillas.
Peter que salía del galpón, los vio y furioso golpeo la puerta. Gracias a la música del lugar no se oyó el estruendo que se había producido. Él intentaba aceptar que Eugenia era feliz con Nicolás, pero no lo conseguía. El muchacho se contuvo y quedó allí parado, observándolos.
Cuando los rubios se separaron, ella se limpio la cara y le regalo una sonrisa. Él la noto rara y le pregunto:
-¿Te pasó algo?
-No, nada.
-¿Segura? Te veo muy rara.-ella asintió.- ¿Y a donde ibas?
-Eh...-vocalizo.-A cambiarme, mira como me dejaron.
-Ah, si quieres te acompaño.
-No, no hace falta, tú ve a la fiesta que tu hermana te esta esperando-sonrió y le dio un pico.-Adiós-dijo yéndose.
-Está bien.
Peter al ver que Nicolás iba hacia allí, se iba a meter otra vez en el galpón, pero se quedo quito al ver que Nicolás se había detenido con una chica.
-Hola-dijo el rubio dándole dos besos a la muchacha que se le había posado delante.
-Hola, lindo. ¿Te acuerdas de mi?-preguntó la chica.
-Mmm...No-contestó algo confuso.
-Soy Ana, nos liamos en la despensa hace unos días antes de que te pusieras de novio, y…-empezó a acercarse a él.-quería repetirlo-lo besó.
Peter que lo estaba viendo todo, no tardo en decir:
-No puede ser...

Continuará.

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