-Dudo mucho que con solo una charla…-se quedó callada y suspiró.
La barriga de Eugenia volvió a sonar y avergonzada se llevó las manos a
la barriga.
-Mmm…veo que tienes hambre-comentó Cande, poniendo los platos sobre la
mesa de la cocina.
En ese momento, sonó el timbre.
-¿Voy?-preguntó Eugenia.
-No, no te preocupes. Voy yo. Tú siéntate y empieza a desayunar.
Candela salió de la cocina y se dirigió a la entrada. Eugenia se sentó
en la mesa y empezó a desayunar. Candela volvió a la cocina hablando con
alguien, Eugenia se dio la vuelta para ver quién era y la furia se vio
reflejada en sus ojos cuando vio a Nicolás.
-¿Eugenia? ¿Qué haces aquí?-preguntó él, sorprendido al verla.
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Peter acababa de entrar en su casa. Había pasado toda la noche en la
casa de su hermano y esa mañana, lo que menos le apetecía era ir a casa y ver a
Eugenia pero no tenía más remedio. No podía pasarse toda una vida evitando a la
muchacha para no discutir. Así que haciéndole frente a lo que se le venía
encima, introdujo la llave en el cerrojo y abrió la puerta. Entró en casa y
ojeo el salón disimuladamente para ver si estaba allí.
-Vamos, Bedoya. Parece como si tuvieras miedo de encontrarte con…-dijo
Darío entrando detrás de él.
-¡Cállate!-le interrumpió.-En serio, no sé por qué te he dejado venir
conmigo.
-Sabes perfectamente por qué-hizo una pausa.-Así que hazme el favor de
subir a ducharte de una vez que a las doce he quedado con mamá y a este paso
voy a llegar tarde por tu culpa.
-Darío, no te quejes o irás andando-le amenazó Peter subiendo las
escaleras.
Peter fue hacia su habitación sigiloso, tenía miedo de lo que pudiera
pasar. El muchacho agarró el pomo y abrió la puerta. Divisó la habitación y
comprobó que no había nadie. Un sobre encima de la cama le llamó la atención.
Lo agarró y se sentó en la cama mientras lo abría. Era una carta. De Eugenia.
“Peter, te dejo esta carta para que evitemos vernos, discutir y
decirnos todas esas cosas que no nos dijimos esta noche. Me duele que creas a
otra persona antes que a mí, pero cómo demostrarte que no soy yo si todo indica
que es así. Y a pesar de que estés enfadado conmigo, hay alguien que no merece
tu odio al igual que tú mereces saber algo…”
Peter dejo la carta sobre la cama y agarró el otro papel que había en
el interior del sobre. Empezó a leerlo y sus ojos se abrieron de par en par.
-Bueno, bueno. Mirad quién se digna a aparecer-comentó Gastón entrando
en la habitación.
Gas se quedó mirando a su primo y esperando a que dijera algo, al no
ser así, le preguntó:
-¿Pasa algo?
Peter levantó la cabeza y miró a su primo a la cara.
-Eugenia-tragó saliva.-Está embarazada.
La rubia permanecía sentada con los dientes apretados tratando de
controlar su rabia mientras miraba fijamente a Nicolás. La tensión se hacia
cada vez más tensa mediante pasaba los segundos y nadie decía nada por la
extraña reacción y expresión que había adoptado la muchacha al ver al recién
llegado.
-¡Mirad a quién tenemos aquí!-exclamó Eugenia con ironía.
La rubia se levantó lentamente y se apoyó en la mesa con los brazos
cruzados. Todo eso sin apartar ni un segundo la mirada de la de Nicolás, que
empezaba a parecer dubitativa y a expresar un poco de miedo por lo que pudiese
hacer o decir Eugenia sobre él frente a su hermana pequeña.
-¿Qué tal estas?-preguntó Nicolás con naturalidad entrando en la
cocina.
-Mejor que nunca-contestó ella sonriendo.
-Me alegro. Pero juraría que has estado llorando-comentó Nicolás
alargando la mano para pasársela en la mejilla a la muchacha pero ella giró el
rostro para evitarlo.
-¡Qué deductivo!-exclamó entrecerrando los ojos para darle más ironía a
sus palabras.
-Chicos-intervino Candela que los miraba expectante sin entender
absolutamente nada.- ¿Qué os pasa?
La rubia miró a su amiga que permanecía de pie cerca de ella y luego
tornó su mirada hacia Nicolás con una pequeña sonrisa sarcástica.
-No sé-contestó Eugenia.-Pregúntale a tu hermano.
Candela miró al rubio.
-¿Por qué lo preguntas?-cuestionó Nicolás.
-Vamos, Nico, la tensión que hay entre vosotros se puede cortar con un
cuchillo. ¿Qué ha pasado? ¿Qué ocurre? ¿Qué no sé?
Nicolás tenía los nervios a flor de piel. Eugenia se había dado cuenta
de su nerviosismo y eso le gustaba. Ahora quién tenía las riendas de ese juego
que ella se había negado a jugar desde un principio, era ella y no pensaba
desaprovechar la oportunidad que tenía ante sus ojos. Había encontrado el punto
débil de Nicolás. Su hermana. ¿Qué pensaría Candela si se enterase de la clase
de calaña que era su hermano? ¿Cómo reaccionaría? Ahora Eugenia no tendría que
tener miedo de que su amiga se enterase, es más, ahora eso lo podría utilizar
en contra de Nicolás. Podría amenazarlo y así por fin sacarlo de su vida. Pero…
¿y si el nerviosismo de Nicolás no fuese por el miedo de que Candela se
enterase de todo lo que había hecho? Esa duda le surgió a Eugenia durante esos
largos e intensos minutos en que el muchacho estuvo en silencio pensando. ¿En
qué pensaría? ¿Tan difícil le iba a resultar a Nicolás contestarle a su hermana
que no ocurría nada? O acaso se estaba planteando contarle la verdad. En ese
caso a Eugenia se le acabaría el chollo muy rápido. Más de lo que creía y
volvería a estar otra vez entre la espada y la pared con Nicolás. No tendría
que con qué amenazarlo.
-Nada-contestó él.
-No me mientas. Sé que ocurre algo. Se nota. Vosotros nunca os habíais
hablado así. Al menos no delante de mí. Además, desde lo que ocurrió en el bar
de Gastón, que tú y Peter os peleasteis, he empezado a pensar que pasaba algo
realmente grave pero no me he atrevido a preguntar a ninguno de los tres qué era
por no querer volver a sacar un tema que creía que estaba zanjado pero ya veo
que no-hizo una pausa.-Nicolás tienes que aceptar, aunque te duela, que Peter y
Eugenia están juntos y tienes que evitar los celos porque te pueden llevar a
hacer cosas que nunca harías como pelearte con Peter y sé que duele oír esto
pero es así…
-Candela, déjalo ya-la interrumpió.
-¿Por qué? ¿Acaso me estoy equivocando en lo que estoy
diciendo?-preguntó ella mirándole.- Sé que no te gustan hablar de tus
sentimientos pero es mejor que acabemos con este tema y que se acabe este
‘amor’ a tres puntas… Somos lo suficientemente mayores como para hablar de esto
con tranquilidad y aclarar las cosas ¿no crees?
-¿Hablar? Demasiado tarde para eso-intervino Eugenia tratando de
comprometer aún más a Nicolás.
-¿Por qué lo dices?-preguntó su amiga.
-Nicolás-dijo Eugenia dándole paso para hablar al muchacho que la
miraba fijamente.
Volvió el silencio durante unos escasos minutos.
-Conoce a mi amiga-contestó haciendo que la rubia perdiese el hilo de
la conversación durante un momento.
-Oh-vocalizó Candela.-Y… piensa igual que yo ¿verdad?-le preguntó a su
hermano como si Eugenia no estuviese y no pudiese preguntárselo directamente a
ella.
-Esperad-intervino la rubia.- ¿Qué amiga? ¿De quién habláis?
-Eugenia no te hagas la tonta, sabes perfectamente de quién
hablamos-contestó Nicolás tratando de evitar nombrar a Julieta y su gran
parecido a la rubia.-Y por favor, cambiemos de una vez de tema. No tengo ganas
de que mi hermana y su amiga se apiaden de mí.
-¿Apiadarnos de ti?-preguntó Eugenia riendo.-Por favor, lo que me
faltaba por oír-dijo irónicamente.
-Vamos, Euge, tampoco crucifiquemos a mi hermano. Lo único que ha hecho
ha sido buscarse a una amiga que te sustituya y bueno, si, a mí también me
resultó extraño que se pareciese tanto a…
Continuará...
Quierooooooo maaaaaas, que Euge diga todo lo que pasoooo con esa mierda de Nicolas!!!
ResponderEliminarne desespera esa actitud pasiva de Euge !!! Quiero que le tire una cachetada,que lo insulte ,que de una ves lo desenmascare delante de su hermana !!!!! Odio a Nicolas !!!! Por favor que salga a la luz todo !!!! Que Peter ruegue su perdon !!! Siempre es Euge quien sufre ,es hora de que tenga paz y sobre todo porque esta embarazada...SIGUELA PRONTO
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