-¿Puede ser que te he
notado un poco…celosa porque he nombrado a Mariana?
-¿Qué?-preguntó Eugenia.-
¿Celosa yo de que nombres a…? ¿Cómo era que se llamaba? ¡Ah, si! Mariana. No
para nada.
-Ya, claro. Pero, a ver,
cuéntame-le acaricio la mejilla a la rubia.- ¿Qué te pasa con ella?
-¿A mi? Nada ¿Por qué me
tendría que pasar algo con ella?
-No sé, quizás porque cada
vez que la ves, la nombro o la nombran…pones una cara de poco agrado.
-¿Yo?-preguntó haciéndose
la tonta.-Para nada, Peter. Y ahora si me perdonas voy a buscar algo para beber
que tengo sed, ya vengo. ¿Vale?
-De acuerdo-contestó
dándole un beso.
La rubia tras separar los
labios de los de su novio, se levantó y al mirar hacia la puerta del jardín que
conectaba con el salón, dijo en voz baja:
-Oh, hablando del rey de
Roma.
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-Hola, chicos-saludó
Mariana con una sonrisa en la cara.
-Hola-dijo Peter
levantándose para ir a darle dos besos.
Eugenia pasó al lado de la
morena, le dio dos besos en la mejilla con una sonrisa en el rostro y comentó:
-Voy a por algo de beber,
¿quieres que te traiga algo?
-No, gracias, Euge.
La rubia se metió en la
casa y vio que la fiesta estaba animada. Paso con dificultad entre la gente
hasta que consiguió salir del salón, cuando iba a entrar en la cocina,
retrocedió al escuchar el timbre sonar estrepitosamente tras finalizar la
canción que estaba sonando. Eugenia creyendo que era su hermano, fue corriendo
a abrir. Al hacerlo, preguntó sorprendida:
-¡¿Qué haces aquí?!
Peter y Mariana se habían
sentado en el césped, y allí estaban los dos solos, hablando.
-Felicidades, otra
vez-dijo la morena mirándolo con una sonrisa.
-Gracias, otra
vez-contestó.-Creía que no vendrías.
-¿Y por qué pensabas eso?
-No sé, supongo que porque
no estabas cuando ha pasado el incidente en que todos nos gritaron “sorpresa” a
mi hermano y a mí.
-¿Incidente?
-Si, una tontería, ya te
la contaré en otro momento-sonrió.
-Cuando quieras-lo miró.
-Y bueno…se podría saber
por qué has llegado tarde.
-Se podría saber, pero no
tengo ganas de hablar de eso. Estamos en una fiesta, hay que divertirse ¿no?
-Exacto, así que… ¿por qué
no entramos a bailar un poco?-le preguntó mirándola.
-¿Qué? No, soy malísima
bailando. Mejor me quedo aquí.
-¿Cómo? No, no, no. ¿Quién
era la que había dicho que esto es una fiesta y hay que divertirse?
-Yo pero…
Flashback
Mariana estaba en su casa
en compañía de una amiga que había hecho en el instituto. Era alta, de pelo
largo y rubio y lo que más la caracterizaba era ser la chica más popular y
también que había sido novia de Peter.
-Melodi, ¿en serio crees
que esto va a salir bien?-preguntaba Mariana moviéndose de un lado para el otro
en su habitación.
-Va a salir perfecto si
sigues mis pasos-comentó sentándose en la cama.-Bueno, empecemos ya, que tienes
tan solo una hora para aprender lo que tienes que hacer en la fiesta, que por
cierto no me han invitado-comentó Melodi haciéndose la ofendida.-A ver, paso
uno; tienes que conseguir estar a solas con Peter.
-Imposible, Eugenia estará
en la fiesta y no se separara de él en toda la noche.
-No te preocupes, he
llamado a alguien para que se encargue de ella.
-¿Quién?
-Querida, no preguntes
tanto porque no tenemos tiempo-hizo una pausa.-Paso dos; una vez solos tienes
que interesarte por él, preguntarle cosas pero sin resultar demasiado pesada.
-Pero eso ya lo hago cada
vez que lo veo y eso no hace que al final terminemos besándonos.
-Tranquila, todo a su
debido tiempo. Paso tres; tras charlar de él, no mucho tiempo porque en
cualquier momento puede aparecer alguien, tienes que parecer como que te pasa
algo, para que él se interese. Porque es obvio que se interesara porque Peter
es tan… atento, tan… observador, tan… dulce, tan… tan todo.
-Melodi hablas como si te
gustara.
-¿Gustarme a mi? -se rió.-
¿En serio crees que sería tan estúpida de ayudarte a conquistarlo si me
gustase?
-No, supongo que no.
“Pues si, soy tan estúpida
que te ayudo”-pensó Melodi.
-En fin, continuemos. Paso
cuatro; cuando él te pregunte que te pasa, te niegas a contarlo. Él insistirá y
tú te negarás hasta que veas que va a dejar de insistir que en ese momento le
sueltas de una que estas enferma.
-¿Enferma? ¿De qué?
-No sé, invéntatelo. De
cáncer, de un tumor… de algo. Lo que sea.
-Ya claro, y para rematar
le digo que en tres meses me voy a morir-habló Mariana con ironía.
-¡Perfecto!-exclamó.-Y
dentro de tres meses, montas una muerte trágica y le pides como último deseo
que te bese, y ahí tienes tu preciado beso.
-Melodi-hizo una pausa.-
¿Eres tonta?
Findeflashback.
-¿Qué haces aquí?-volvió a
preguntar Eugenia, cerrando la puerta para que nadie los viera.
-Vaya, veo que te alegras
de verme-contestó Nicolás.
-¡Vete!-exclamó Eugenia
haciendo oído sordo a lo que el rubio de rizos acababa de decir.-Si Peter te ve
aquí…
-Lo sé, se enfadara. Pero
me da igual, Euge, vine a hablar contigo.
-¿Otra vez?-preguntó.- ¿Y
ahora de qué quieres hablar?
-De algo que me esta
rondando la cabeza desde que hablamos esta tarde.
Eugenia suspiro y dijo:
-Esta bien, hablemos un
minuto y después te vas ¿entendido?
-Si, te lo prometo.
-Vale, ¿qué es eso que te
ronda la cabeza?
-Verás, tú y yo hemos
terminado por lo que ya sabemos-ella asintió.- Pero pienso que a pesar de lo
ocurrido, no creo que me hayas olvidado tan rápido…
-¿Rápido?-preguntó.-Nicolás
han pasado dos meses de aquello, creo que no ha sido rápido.
-Euge, escúchame-hizo una
pausa.-Creo que por mucho que te niegues a ti misma y me digas a mi que no, tú
todavía sientes algo por mi, igual que yo por ti.
-¡¿Qué?!-exclamó Eugenia
incrédula por lo que estaba escuchando.-Vale, Nico. Ya ha pasado el minuto,
adiós.
-No, Euge. No me voy a ir
de aquí hasta que no me des un beso.
-¿Cómo?-preguntó ella
riéndose.
-Como oyes, no me voy
hasta que no me des un beso y me digas que no has sentido nada al dármelo
porque Euge por mucho que niegues sé que todavía te pasan cosas conmigo y
quizás con ese beso vuelvan a florecer.
-Nicolás, ¿te estas
escuchando?
-Si, me estoy escuchando y
te lo estoy diciendo muy en serio.
-Mira, Nicolás, no te voy
a negar que todavía existe, a pesar de todo, sentimientos hacia ti dentro de mí
pero es totalmente inexistente al lado de lo que siento y podré llegar a sentir
por Peter, porque es…
Eugenia no pudo continuar
la frase, Nicolás la había acorralado contra la puerta agarrándole las manos y
la había intentado besar pero ella lo esquivó girando la cara.
-¿Pero…?-preguntó Peter al
ver que Mariana se había quedado embobada y no había terminado la frase.
-Pero, nada. Vayamos a la
fiesta-le sonrió.
“Adiós a los pasos de
Melodi”-pensó Mariana.
Peter
se levantó y ayudó a la muchacha levantarse. Ambos entraron en la fiesta.
Continuará...
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