domingo, 16 de septiembre de 2012

JF2. Capitulo 36: Un baile bajo la lluvia

Capitulo anterior:

-Sabes que es así. Además, ¿sabes una forma perfecta para que te olvides de él?-preguntó mientras se acercaba.-Es no nombrándolo ¿y qué habíamos dicho al respecto?-Eugenia no contestó, se quedó callada mientras lo veía avanzar hacia ella.-Habíamos hecho el trato de que si lo nombrabas yo te daría un beso y creo recordar que he escuchado su nombre dos veces y sabes lo que eso conlleva ¿no?
-Perfectamente-contestó ella poniendo su mano en el pecho de Peter para mantenerlo lejos de ella.-Que te tengo que meter un rodillazo en la entrepierna.
El muchacho aparto la mano de Eugenia de su pecho y se acercó lo máximo posible. Ella se quedó quieta mirándole a los ojos fijamente hasta que preguntó desafiante:
-¿Ahora, qué? ¿Me vas a besar?
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-¿Y si lo hago qué?-preguntó Peter mirándola fijamente a los ojos.
-No, Peter-se apartó de él.- ¿Qué parte no entiendes de que acabo de cortar con Agustín y…lo que menos quiero ahora mismo es…?
El muchacho agarró a Eugenia y la volvió a atraer hacía él haciendo que se callase. La contempló durante unos segundos con una sonrisa en la cara, le acarició el rostro y lentamente inclinó la cabeza para darle un beso… en la mejilla. Eugenia al sentir los labios de Peter en su rostro, se sintió estúpida por unos segundos, desde el primer momento había creído que él pretendía darle un beso en los labios pero al no ser así, respiró aliviada. La idea de besarlo no le desagradaba pero no quería hacer nada en aquel momento, se sentía mal. La habían dejado. Peter se separó de ella y la miró.
-¡Eres un idiota!-soltó Eugenia sintiéndose intimidada por la mirada del muchacho.
-¿Por qué?-sonrió.
-Porque me has hecho creer que querías besarme.
-Te quería besar y te he besado porque has incumplido nuestro trato.
-Sabes a lo que me refiero, Peter-comentó mirando hacia otro lado.
-No, la verdad es que no tengo ni idea-sonrió.-Pero, bueno, disfrutemos de este picnic nocturno-dijo él sentándose sobre el mantel y extendiéndole la mano a Eugenia para que se sentara.
La muchacha lo miró durante unos segundos mientras dudaba si sentarse o no, tras pensarlo decidió aceptar. Le dio la mano y se sentó a su lado. Los dos comenzaron a cenar tranquilamente todo tipo de cosas, sándwiches, galletas, pastelitos, embutidos entre otras cosas. Peter trataba por todos los medios sacarle una sonrisa a Eugenia pero le estaba costando, ella no se sentía muy animada. En parte la entendía pero quería alejarla de la tristeza fuera como fuese. Le contaba todo tipo de anécdotas divertidas que la muchacha acababa arruinando con algún comentario sarcástico hasta que lo consiguió…
-Bueno, llevo toda la noche tratando de que te relajes, te diviertas y te sientas bien pero veo que te estas resistiendo…y a pesar de eso, te voy a dar algo-ella lo miró en silencio.
Peter metió la mano dentro de la cesta y sacó un pequeño ramo de jazmines blancos y azules. Eugenia se quedó mirando el ramo durante unos segundos y luego miró al muchacho y le sonrió.
-Gracias-lo abrazó y le dio un beso en la mejilla mientras agarraba el ramo.
-Bueno, me ha costado pero al fin te he sacado una sonrisa.
Eugenia acercó su nariz al ramo y olió los jazmines. Adoraba las flores y en especial, esa.
-Son tus favoritas, ¿verdad?
-¿Cómo lo sabes?-preguntó mirándolo.
-Dejémoslo en que lo sé-le sonrió y se levantó.- ¿Nunca te preguntaste por qué hay macetas con jazmines en la entrada de casa?-cuestionó mirando el resto del parque.
-No, la verdad es que nunca me lo pregunté. Supuse que te gustaban.
-Sí, son bonitos, huelen bien pero no, no están allí porque me gustan-la miró.
-¿Ah, no?-preguntó levantándose.-Entonces… ¿por qué?
Peter tomó aire para contestarla cuando fue interrumpido, Eugenia extrañada se preguntó mientras se pasaba la mano por la mejilla:
-¿Y esto?-era agua, exactamente una gota de lluvia.
En apenas unos segundos empezó a llover. Eugenia trató de recoger las cosas lo más rápido posible mientras le pedía ayuda a Peter. Él queriendo divertirse, le extendió la mano preguntando:
-¿Me concedes un baile bajo la lluvia?
Ella lo miró sin entender su petición.
-Peter, está lloviendo y se están mojando todas las cosas.
-¿Y?-preguntó aún con la mano extendida.-Vamos, Euge. Concédeme este baile y después nos vamos-la muchacha sonrió disimuladamente y dejando las cosas que tenía en sus manos, aceptó su petición.
Los dos empezaron a bailar y a hacer locuras en aquel parque deshabitado mientras la ropa de ambos se empapaba completamente por el agua de la lluvia. Pero eso no importaba, no en aquel momento en que Peter había conseguido por unos instantes, breves, pero existentes que Eugenia olvidase lo que había pasado aquella tarde.  Tras tener la ropa completamente mojada, al fin Peter aceptó volver a casa. Cuando llegaron, él abrió la puerta y entró con Eugenia, dejó las cosas en la cocina y ambos se dirigieron cada uno a su cuarto. Antes de entrar, bajo el marco de sus puertas se dedicaron una mirada acompañada por una sonrisa y después de eso, entraron. Peter cerró la puerta y Eugenia cogió su toalla y su pijama y se fue al baño. Peter hizo lo mismo pero entró en el baño de su cuarto.
Minutos más tarde ya se habían terminado de duchar, Eugenia pensaba irse a dormir y fue a la habitación del muchacho para darle las buenas noches. Llamó y él le abrió. Eugenia se quedó contemplándolo de arriba abajo, solo llevaba el pantalón del pijama y el resto del cuerpo de Peter había cautivado a la muchacha y la había dejado sin palabras.
-Eh…-vocalizó intentando recordar que estaba haciendo allí.-He venido a darte las buenas noches, me voy a dormir-le sonrió mientras se frogaba los brazos por el frío.
-¿Tienes frío?-preguntó Peter mirándola.
-Si, un poco-hizo una pausa.-… y eso que llevo más ropa que tú…-pensó en voz alta haciendo que Peter sonriese.-Perdón, no quería decir eso. Me…me voy. Buenas noches-estaba por irse cuando el muchacho la detuvo.
-¿Por qué no te quedas aquí?
-¿Dónde?
-En mi cuarto, acabo de poner la estufa en un rato, si te quedas, estaremos calentitos.
-No, no es necesario; yo ahora me meto en mi cama y en nada estoy calentita. Además, no quiero molestarte.
-No molestas en absoluto-comentó Peter agarrándola de la muñeca y haciendo que pasase.
-En serio, Peter, yo no…
-¡Sssh!-siseó mientras echaba el pestillo de la puerta.
-¿Por qué cierras?-preguntó Eugenia mirándolo.
-Costumbre, siempre duermo con la puerta cerrada, no me preguntes por qué.
-¡Oh! Be…-suspiró.-Peter tiene costumbres ¿quién me lo iba a decir? Te conozco de hace años y no sabía eso de ti.
-Bueno, es que esta manía me viene desde hace un par de años.
-¿Ah, si? ¿Y se puede saber por qué?
-Te he dicho que no me preguntases-comentó Peter sentándose sobre la cama con la espalda apoyada en el cabecero de la cama.-Mejor cambiemos de tema.
-Vamos, dime por qué-insistió sentándose en el borde de la cama.
Peter se quedó callado mirándola extrañado, se había sentado en la otra punta de la cama.
-Eugenia-dijo.- ¿Piensas dormir ahí?
-No, pero…
-Supongo que de todas las veces que dormimos juntos en el pasado, ya sabrás que no muerdo.
-¿Y qu…quién dijo lo contrario?-preguntó poniéndose nerviosa.
El sentarse lejos había sido puro instinto, acababa de cortar con Agustín y no se encontraba emocionalmente estable y no quería hacer nada por despecho o algo de lo que pudiese arrepentirse en un futuro.
-Tú, sentándote tan lejos-contestó Peter.
-Bueno…-vocalizó levantándose y sentándose a su lado con la espalda apoyada en el cabecero de la cama debajo de la sábana.- ¿Contento?-preguntó haciendo que el muchacho sonriese.-Pero, oye, no me cambies de tema. Me estabas por contar el motivo por el que tienes la manía de cerrar la puerta con pestillo.
-No recuerdo que te estuviese por contar eso.
-Bueno, está bien, estabas por contarme por qué tienes jazmines en la entrada si no te gustan.
-¿Por qué mejor no nos vamos a dormir?-preguntó Peter intentando evitar ese tema de conversación.
-Vale, se ve que esta noche no eres muy hablador-comentó Eugenia.-Pero oye ¿seguro que has puesto la estufa?
-Si, ¿por qué? ¿Todavía tienes frío?
-Un poco, pero… ¿en serio tú no tienes frío?-preguntó Eugenia tocándole el brazo y comprobando que estaba caliente. Peter negó con la cabeza.-Por eso no tienes frío estas muy caliente-Peter soltó una carcajada.- ¡No malinterpretes!-trató de arreglarlo.-Pero, oye… ¿por qué no tienes calefacción?-preguntó cambiando de tema.
-Porque cuando compre la casa no tenía y no se la puse porque no tenía pensado quedarme mucho tiempo en casa-sonrió.
-¡Oh, claro! Entiendo-vocalizó.
-Oye, ¿tú no tenías frío?-ella lo miró y asintió.
En ese momento, se vio un relámpago y a los segundos sonó un trueno que hicieron que Eugenia agarrase el brazo de Peter.
-¿Te da miedo?-preguntó él mirando la mano de la muchacha agarrar su brazo.
-¿Qué?-cuestionó apartando su mano.-No, solo un poco de impresión-comentó.
-Ah, ¿solo eso?-hizo una pausa.-Bueno, ven aquí niña miedosa-dijo Peter atrayéndola hacia su cuerpo y abrazándola.
Eugenia se dejó abrazar y apoyó su cabeza y una de sus manos en el pecho descubierto de Peter. Cerró los ojos mientras sentía el cálido tacto de la piel caliente del muchacho en su mejilla, y empezaba a oír como latía su corazón, como respiraba y como empezaba a sentir tiernas acaricias en su sedoso pelo.

Continuará...


[Bueno, cuando sean tipo 9 de la noche de hoy/mañana subo el otro cap :) Eso de tener diferencia horaria me lía xDD Todo esto es horario de España :D besitos]

2 comentarios:

  1. MUERO DE AMOR !!!!!! Amo a este Peter ,tan tiernno,romantico y cuidador :) y me alegro que Euge se de su espacio ,pero espero que no dure mucho porque quiero EUGETER ,aunque siento que la llegada de Nico va a molestar mucho en la pareja u.u

    Pt: jajaja tenias razon !! vuelvo amar a Peter

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