-Sabes que es así. Además, ¿sabes una forma perfecta para que te olvides de él?-preguntó mientras se acercaba.-Es no nombrándolo ¿y qué habíamos dicho al respecto?-Eugenia no contestó, se quedó callada mientras lo veía avanzar hacia ella.-Habíamos hecho el trato de que si lo
nombrabas yo te daría un beso y creo recordar que he escuchado su nombre dos
veces y sabes lo que eso conlleva ¿no?
-Perfectamente-contestó ella poniendo su mano
en el pecho de Peter para mantenerlo lejos de ella.-Que te tengo que meter un
rodillazo en la entrepierna.
El muchacho aparto la mano de Eugenia de su
pecho y se acercó lo máximo posible. Ella se quedó quieta mirándole a los ojos
fijamente hasta que preguntó desafiante:
-¿Ahora, qué? ¿Me vas a besar?
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-¿Y si lo hago qué?-preguntó Peter mirándola
fijamente a los ojos.
-No, Peter-se apartó de él.- ¿Qué parte no
entiendes de que acabo de cortar con Agustín y…lo que menos quiero ahora mismo
es…?
El muchacho agarró a Eugenia y la volvió a
atraer hacía él haciendo que se callase. La contempló durante unos segundos con
una sonrisa en la cara, le acarició el rostro y lentamente inclinó la cabeza
para darle un beso… en la mejilla. Eugenia al sentir los labios de Peter en su
rostro, se sintió estúpida por unos segundos, desde el primer momento había
creído que él pretendía darle un beso en los labios pero al no ser así, respiró
aliviada. La idea de besarlo no le desagradaba pero no quería hacer nada en
aquel momento, se sentía mal. La habían dejado. Peter se separó de ella y la
miró.
-¡Eres un idiota!-soltó Eugenia sintiéndose
intimidada por la mirada del muchacho.
-¿Por qué?-sonrió.
-Porque me has hecho creer que querías
besarme.
-Te quería besar y te he besado porque has
incumplido nuestro trato.
-Sabes a lo que me refiero, Peter-comentó
mirando hacia otro lado.
-No, la verdad es que no tengo ni idea-sonrió.-Pero,
bueno, disfrutemos de este picnic nocturno-dijo él sentándose sobre el mantel y
extendiéndole la mano a Eugenia para que se sentara.
La muchacha lo miró durante unos segundos
mientras dudaba si sentarse o no, tras pensarlo decidió aceptar. Le dio la mano
y se sentó a su lado. Los dos comenzaron a cenar tranquilamente todo tipo de
cosas, sándwiches, galletas, pastelitos, embutidos entre otras cosas. Peter
trataba por todos los medios sacarle una sonrisa a Eugenia pero le estaba
costando, ella no se sentía muy animada. En parte la entendía pero quería
alejarla de la tristeza fuera como fuese. Le contaba todo tipo de anécdotas
divertidas que la muchacha acababa arruinando con algún comentario sarcástico
hasta que lo consiguió…
-Bueno, llevo toda la noche tratando de que te
relajes, te diviertas y te sientas bien pero veo que te estas resistiendo…y a
pesar de eso, te voy a dar algo-ella lo miró en silencio.
Peter metió la mano dentro de la cesta y sacó
un pequeño ramo de jazmines blancos y azules. Eugenia se quedó mirando el ramo
durante unos segundos y luego miró al muchacho y le sonrió.
-Gracias-lo abrazó y le dio un beso en la
mejilla mientras agarraba el ramo.
-Bueno, me ha costado pero al fin te he sacado
una sonrisa.
Eugenia acercó su nariz al ramo y olió los
jazmines. Adoraba las flores y en especial, esa.
-Son tus favoritas, ¿verdad?
-¿Cómo lo sabes?-preguntó mirándolo.
-Dejémoslo en que lo sé-le sonrió y se
levantó.- ¿Nunca te preguntaste por qué hay macetas con jazmines en la entrada
de casa?-cuestionó mirando el resto del parque.
-No, la verdad es que nunca me lo pregunté.
Supuse que te gustaban.
-Sí, son bonitos, huelen bien pero no, no
están allí porque me gustan-la miró.
-¿Ah, no?-preguntó levantándose.-Entonces… ¿por
qué?
Peter tomó aire para contestarla cuando fue
interrumpido, Eugenia extrañada se preguntó mientras se pasaba la mano por la
mejilla:
-¿Y esto?-era agua, exactamente una gota de
lluvia.
En apenas unos segundos empezó a llover.
Eugenia trató de recoger las cosas lo más rápido posible mientras le pedía
ayuda a Peter. Él queriendo divertirse, le extendió la mano preguntando:
-¿Me concedes un baile bajo la lluvia?
Ella lo miró sin entender su petición.
-Peter, está lloviendo y se están mojando
todas las cosas.
-¿Y?-preguntó aún con la mano
extendida.-Vamos, Euge. Concédeme este baile y después nos vamos-la muchacha
sonrió disimuladamente y dejando las cosas que tenía en sus manos, aceptó su
petición.
Los dos empezaron a bailar y a hacer locuras
en aquel parque deshabitado mientras la ropa de ambos se empapaba completamente
por el agua de la lluvia. Pero eso no importaba, no en aquel momento en que
Peter había conseguido por unos instantes, breves, pero existentes que Eugenia
olvidase lo que había pasado aquella tarde.
Tras tener la ropa completamente mojada, al fin Peter aceptó volver a
casa. Cuando llegaron, él abrió la puerta y entró con Eugenia, dejó las cosas
en la cocina y ambos se dirigieron cada uno a su cuarto. Antes de entrar, bajo
el marco de sus puertas se dedicaron una mirada acompañada por una sonrisa y
después de eso, entraron. Peter cerró la puerta y Eugenia cogió su toalla y su
pijama y se fue al baño. Peter hizo lo mismo pero entró en el baño de su cuarto.
Minutos más tarde ya se habían terminado de
duchar, Eugenia pensaba irse a dormir y fue a la habitación del muchacho para
darle las buenas noches. Llamó y él le abrió. Eugenia se quedó contemplándolo
de arriba abajo, solo llevaba el pantalón del pijama y el resto del cuerpo de
Peter había cautivado a la muchacha y la había dejado sin palabras.
-Eh…-vocalizó intentando recordar que estaba
haciendo allí.-He venido a darte las buenas noches, me voy a dormir-le sonrió
mientras se frogaba los brazos por el frío.
-¿Tienes frío?-preguntó Peter mirándola.
-Si, un poco-hizo una pausa.-… y eso que llevo
más ropa que tú…-pensó en voz alta haciendo que Peter sonriese.-Perdón, no
quería decir eso. Me…me voy. Buenas noches-estaba por irse cuando el muchacho
la detuvo.
-¿Por qué no te quedas aquí?
-¿Dónde?
-En mi cuarto, acabo de poner la estufa en un
rato, si te quedas, estaremos calentitos.
-No, no es necesario; yo ahora me meto en mi
cama y en nada estoy calentita. Además, no quiero molestarte.
-No molestas en absoluto-comentó Peter
agarrándola de la muñeca y haciendo que pasase.
-En serio, Peter, yo no…
-¡Sssh!-siseó mientras echaba el pestillo de
la puerta.
-¿Por qué cierras?-preguntó Eugenia mirándolo.
-Costumbre, siempre duermo con la puerta
cerrada, no me preguntes por qué.
-¡Oh! Be…-suspiró.-Peter tiene costumbres
¿quién me lo iba a decir? Te conozco de hace años y no sabía eso de ti.
-Bueno, es que esta manía me viene desde hace
un par de años.
-¿Ah, si? ¿Y se puede saber por qué?
-Te he dicho que no me preguntases-comentó
Peter sentándose sobre la cama con la espalda apoyada en el cabecero de la
cama.-Mejor cambiemos de tema.
-Vamos, dime por qué-insistió sentándose en el
borde de la cama.
Peter se quedó callado mirándola extrañado, se
había sentado en la otra punta de la cama.
-Eugenia-dijo.- ¿Piensas dormir ahí?
-No, pero…
-Supongo que de todas las veces que dormimos
juntos en el pasado, ya sabrás que no muerdo.
-¿Y qu…quién dijo lo contrario?-preguntó
poniéndose nerviosa.
El sentarse lejos había sido puro instinto,
acababa de cortar con Agustín y no se encontraba emocionalmente estable y no
quería hacer nada por despecho o algo de lo que pudiese arrepentirse en un
futuro.
-Tú, sentándote tan lejos-contestó Peter.
-Bueno…-vocalizó levantándose y sentándose a su
lado con la espalda apoyada en el cabecero de la cama debajo de la sábana.-
¿Contento?-preguntó haciendo que el muchacho sonriese.-Pero, oye, no me cambies
de tema. Me estabas por contar el motivo por el que tienes la manía de cerrar
la puerta con pestillo.
-No recuerdo que te estuviese por contar eso.
-Bueno, está bien, estabas por contarme por
qué tienes jazmines en la entrada si no te gustan.
-¿Por qué mejor no nos vamos a
dormir?-preguntó Peter intentando evitar ese tema de conversación.
-Vale, se ve que esta noche no eres muy
hablador-comentó Eugenia.-Pero oye ¿seguro que has puesto la estufa?
-Si, ¿por qué? ¿Todavía tienes frío?
-Un poco, pero… ¿en serio tú no tienes
frío?-preguntó Eugenia tocándole el brazo y comprobando que estaba caliente.
Peter negó con la cabeza.-Por eso no tienes frío estas muy caliente-Peter soltó
una carcajada.- ¡No malinterpretes!-trató de arreglarlo.-Pero, oye… ¿por qué no
tienes calefacción?-preguntó cambiando de tema.
-Porque cuando compre la casa no tenía y no se
la puse porque no tenía pensado quedarme mucho tiempo en casa-sonrió.
-¡Oh, claro! Entiendo-vocalizó.
-Oye, ¿tú no tenías frío?-ella lo miró y
asintió.
En ese momento, se vio un relámpago y a los
segundos sonó un trueno que hicieron que Eugenia agarrase el brazo de Peter.
-¿Te da miedo?-preguntó él mirando la mano de
la muchacha agarrar su brazo.
-¿Qué?-cuestionó apartando su mano.-No, solo
un poco de impresión-comentó.
-Ah, ¿solo eso?-hizo una pausa.-Bueno, ven
aquí niña miedosa-dijo Peter atrayéndola hacia su cuerpo y abrazándola.
Eugenia se dejó abrazar y apoyó su cabeza y
una de sus manos en el pecho descubierto de Peter. Cerró los ojos mientras
sentía el cálido tacto de la piel caliente del muchacho en su mejilla, y empezaba
a oír como latía su corazón, como respiraba y como empezaba a sentir tiernas
acaricias en su sedoso pelo.
Continuará...
[Bueno, cuando sean tipo 9 de la noche de hoy/mañana subo el otro cap :) Eso de tener diferencia horaria me lía xDD Todo esto es horario de España :D besitos]
MUERO DE AMOR !!!!!! Amo a este Peter ,tan tiernno,romantico y cuidador :) y me alegro que Euge se de su espacio ,pero espero que no dure mucho porque quiero EUGETER ,aunque siento que la llegada de Nico va a molestar mucho en la pareja u.u
ResponderEliminarPt: jajaja tenias razon !! vuelvo amar a Peter
AWWW!! ME ENCANTA son tan tiernos
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