En ese momento, se vio un relámpago y a los
segundos sonó un trueno que hicieron que Eugenia agarrase el brazo de Peter.
-¿Te da miedo?-preguntó él mirando la mano de
la muchacha agarrar su brazo.
-¿Qué?-cuestionó apartando su mano.-No, solo
un poco de impresión-comentó.
-Ah, ¿solo eso?-hizo una pausa.-Bueno, ven
aquí niña miedosa-dijo Peter atrayéndola hacia su cuerpo y abrazándola.
Eugenia se dejó abrazar y apoyó su cabeza y
una de sus manos en el pecho descubierto de Peter. Cerró los ojos mientras
sentía el cálido tacto de la piel caliente del muchacho en su mejilla, y empezaba
a oír como latía su corazón, como respiraba y como empezaba a sentir tiernas
acaricias en su sedoso pelo.
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Los ojos de la muchacha se llenaron de
lágrimas. Peter supo que estaba llorando cuando sintió el contacto de las
lágrimas con su piel y escuchó la respiración entrecortada de la muchacha.
-¿Estas llorando?-ella negó con la cabeza. Él
la miró a la cara y vio una lágrima recorrer su mejilla.- ¿Por qué lloras?
-Me acabas de recordar a mi padre.
-Ah, ¿si? ¿Y eso?
-Cuando era pequeña tenía miedo a los truenos
y a los relámpagos y cuando llovía y no podía dormir, iba al cuarto de mis
padres y dormía con ellos. Mi padre cuando me veía asomarme por la puerta, me
decía ‘¿mi niña miedosa no puede dormir? ¡Ven! Yo te protejo’ y yo corría a sus
brazos donde acababa quedándome dormida-hizo una pausa.-No sabes lo que lo echo
de menos y lo que hubiese dado porque estuviese conmigo viéndome crecer…-las
lágrimas salieron de sus ojos.
-Y yo estoy seguro de que tu padre te está
mirando desde algún sitio-trató de animarla.-No sé si debería sentirme halagado
o no, pero… ¿puede ser que me acabas de admitir que me ves como un padre?
-No, tonto-le contestó sonriendo y dándole un
golpe en el pecho.-He dicho que me has recordado a él con lo que acabas de
hacer, nada más-levantó la cabeza para mirarlo y tuvo que alejarse un poco, no
creía que sus labios iban a quedar tan cerca a los de él.
-Entonces-comentó Peter llevando una de sus
manos a la mejilla de Eugenia para limpiar una lágrima.- ¿Cómo me ves?-preguntó
con una voz dulce y sensual.-Como un hermano, un amigo, como un…-se quedó
callado esperando a que contestase.
Eugenia permaneció en silencio mirando
fijamente los labios de Peter que se movían lentamente dejando salir cada
palabra.
-No sé, no me hagas pensar a estas horas,
Be…-se calló.-No me hagas pensar.
-Be…-vocalizó
él imitándola.- Be… ¿qué?-la muchacha
se puso nerviosa, Peter había acercado unos centímetros más sus labios a los de
ella.
-Be… nada-contestó.
-¿Por qué no lo dices?-preguntó Peter.- ¿Por
qué llevas semanas tratando de llamarme como lo hacías antes y siempre acabas
callándote y llamándome Peter? ¡Vamos! Llámame por mi apellido-el muchacho
miraba cada rasgo de Eugenia con detenimiento.-Sigue cumpliendo tu promesa de
llamarme así. Echo de menos escucharlo.
-No mientas, Luna te llama así siempre.
-Pero, Luna no eres tú, yo necesito escucharlo
de tu boca, como cuando eras absoluta y completamente mía y de nadie más…
-Bedoya, yo…
Peter sonrió al escuchar su apellido. Se
humedeció los labios y lentamente se fue acercando a ella mientras inclinaba la
cabeza y cerraba los ojos. Eugenia en el momento en que sintió que los labios
de Peter tocaban los suyos y que él poco a poco iba cogiendo confianza, deslizó
la mano que tenía sobre el pecho desnudo de Peter hasta su nuca. La muchacha
sentía que su corazón iba a salir de su pecho, estaba haciendo realidad algo
que deseaba hacer hacía mucho tiempo. Algo que quería hacer incluso antes de marcharse
de allí cuando tenía 18 años. Peter no podía creer lo que estaba pasando. No
era un sueño era la pura realidad. La estaba besando mientras sentía como ella entrelazaba sus
dedos en su pelo y no quería que aquello acabase. En un principio el beso fue
tierno y dulce pero después dejaron relucir sus deseos más irrefrenables.
Eugenia, al sentir que Peter iba a separarse, lo detuvo agarrándole. Él sonrió.
Cuando, por fin, se separaron, se quedaron mirándose a los ojos en silencio.
-Casi seis años sin probar el sabor de tus
labios-susurró Peter sobre los labios de Eugenia.
Nunca nadie le había hecho sentir a Peter todo
lo que había logrado ella en apenas unos segundos, cortos pero intensos
segundos. Deseando volver a sentir el sabor de sus labios, se dispuso a besarla
cuando de pronto el teléfono de la casa empezó a sonar haciendo que Eugenia se
alejase antes de que Peter pudiese volver a capturar sus labios entre los de
él.
-¡Teléfono!-exclamó separándose de él.-Voy
a…-no terminó la frase.
Eugenia se había puesto nerviosa, intentó
abrir la puerta y no recordó que él anteriormente había cerrado con pestillo.
-N…no abre-vocalizó nerviosa.
-Euge, el pestillo-le indicó con una sonrisa
en el rostro, le producía gracia el nerviosismo de la muchacha.
-Oh, claro. ¡Qué tonta!-rió tontamente
mientras abría la puerta e iba al salón a por el fijo de la casa.
Cuando llegó abajo fuera completamente del
campo visual de Peter, respiró hondo y antes de atender le dijo al teléfono:
-Seas quien seas, ¡te odio!-tras eso atendió.-
¿Diga?
-Eugenia, necesito hablar contigo
urgentemente.
-¿Agustín?-preguntó llevándose la mano al
pecho.- ¿Qué haces llamándome? ¡No quiero saber nada de ti!
-Euge, Euge. Por favor, escúchame, es
importante.
A la mañana siguiente, unos rayos de sol emergieron
entre las nubes entrando directamente en la habitación de la muchacha y
divisando en el cielo un hermoso arcoíris. Eugenia se estiró mientras bostezaba
y se levantó de la cama frotándose los ojos. Era domingo y ni ella ni Peter
trabajaban por lo que tendrían que verse la cara durante todo el día después
del pequeño tropiezo que tuvieron la noche anterior después de la llamada
inesperada de Agustín, del que Eugenia se arrepentía mucho. Estaba sentada en
su cama mirando hacia la puerta, tendría que salir de su habitación y
enfrentarse a hablar con Peter. Tenía que pedirle perdón había metido la pata
hasta el fondo y o lo arreglaba cuanto antes o las cosas empeorarían entre
ellos. Se levantó y fue hacia la puerta. Agarró el pomo y respirando hondo lo
giró mientras abría. Atravesó el marco de su puerta y lentamente fue caminando
hacia la cocina divisando todo cuánto podía por si se topaba con él, saludarlo
con una sonrisa e intentar hacer como si nada hubiese pasado. Aunque era
indudable que él todavía seguiría molesto. Ella sin tener pruebas lo había
acusado o había insinuado creer todo lo que Agustín le había contado por
teléfono. Llegó a la cocina y no había nadie. Extrañada se sentó a desayunar.
Quizás Peter no tendría ganas de bajar y verle la cara después de todo. Fue a
por la leche y vio un papel en la puerta del frigorífico donde había escrito
con tinta azul: “He salido”.
Indudablemente ese aviso era de Peter.
“¿A dónde habrá ido tan temprano? Seguramente
habrá salido para no verme. Normal. Lo comprendo”-pensó la muchacha mientras
suspiraba.
Se le acababa de ir el hambre, y necesitaba
urgentemente hablar con alguien. En la primera que pensó fue Candela. Cogió su
móvil y marcó el número. Pulsó el botón verde y esperó a que atendiera.
-¿Diga?-sonó la voz de su amiga al otro lado
del aparato.
-Candela, necesito hablar con alguien-suplicó
de inmediato.
-Si, dime, ¿qué te pasa?-preguntó preocupada.
-Verás-suspiró.- Ayer Agustín me dejó, me
llamó por la tarde y cortó conmigo porque decía que estaba enamorada de otra
chica-sus ojos se llenaron de lágrimas.-Empezamos discutir y todo acabo con él
diciendo que lo sentía mucho pero ya no sentía por mi lo mismo y que lo
perdonara pero que prefería cortar por lo sano que seguir mintiendo y no sé que
más estupideces.
-¿En serio?-preguntó Candela incrédula.-Pero
¡qué idiota!
-Más, más idiota soy yo.
-¿Por qué?
-Te sigo contando-hizo una pausa.-Me pasé toda
la tarde de ayer llorando hasta por la noche en que Peter llegó de trabajar.
Él, como siempre, tan amable y tan atento intentó animarme y me llevó a un
parque para que hiciéramos un picnic nocturno.
-¿Un picnic nocturno?-cuestionó Candela
sonriendo.-Solo Peter.
-Si, así es él-sonrió.-Eso fue lo que me
enamoró de él, que sabe qué hacer en cada momento y qué cosas inventarse para
conseguir sacarme una sonrisa-suspiró.-Te sigo contando -hizo una pausa.-Cuando
estábamos en el picnic empezó a llover y tuvimos que volver a casa. Nos
duchamos…
-¿Juntos?-interrumpió Candela sorprendida.
-No, tonta, cada uno en un baño.
-¡Ah, vale!-exclamó.
-Continuo. Me iba a ir a dormir y fui a darle
las buenas noches a su habitación y entre una cosa y otra me invito a que
durmiese con él. Acepte y estábamos los dos sentados en su cama charlando
cuando hubo un pequeño acercamiento.
-¿Qué tipo de acercamiento?-cuestionó Candela.
-Nos besamos.
-¡¿Qué?!-gritó la amiga sorprendida con una
sonrisa en el rostro.-No me lo puedo creer. ¡Ah! ¿Y qué pasó después?
-Él trató de volver besarme pero empezó a
sonar el teléfono de casa y por decirlo de alguna manera, huí.
-¿Cómo que huiste? ¿Por qué?
-Obviamente me había encantado el beso que me
había dado pero…Cande, él sigue siendo un mujeriego que sale todas las noches y
yo…
-No, él ya no…-trató de decir Candela pero
alguien le pellizco el brazo.- ¡Au!-exclamó golpeando a la persona que tenía a
su lado.
-¿Qué te ocurre, Can?-preguntó Eugenia.
-Nada, que tengo un mosquito dando
vueltas-comentó mirando mal a Peter quién le había pellizcado.-Y no me deja en
paz. Espera un segundo-comentó pulsando un botón del teléfono que impedía que
Eugenia escuchase nada.-Pero, ¿qué te pasa?
-Euge no sabe que he dejado de ser mujeriego y
quiero que siga siendo así.
-Pero, ¿por qué?
-Porque yo sé lo que pasó después del beso.
-¿Ah si? ¿El qué?
-Que te lo cuente ella-contestó.
Candela volvió a pulsar el botón haciendo que
Eugenia volviese a escuchar todo y preguntó:
-¿En qué estábamos?
-Me ibas a decir algo y…
-Oh, no era nada. Una tontería.
-Tú y tu manía de no terminar las
frases-protestó.
-No era nada en serio, solo te iba a decir que
Peter ya no está con tantas como estaba antes.
-Pero sigue estando…-comentó desilusionada.-En
fin, continuo-tomó aire.
Continuará...
[He aquí el capítulo que quería que leyerais. Espero que os haya gustado & espero los coments :P xD Besitos^^ ]
pero que pasooo??! iba todo tan bien,todo perfecto hasta que agustin llamo, quiero saber que paso que le dijo agustin y que fue lo que euge le dijo a peter despues de hablar con agustin, no se valeee, por una parte me gusta y por otra no me gusta que nos dejes con esa intrigaaaa! :(
ResponderEliminarquiero otro capitulo YAA!! jajajajaj
Como lo dejas asi?????? Ufa ,la verdad creo que Agus le conto que Peter sabia todo:( ...SIGUELA PRONTO
ResponderEliminarpor fin BESO EUGETER!!!!!!!!! amo este capitulo pero como puedes dejarla asi!!! quiero saber que paso... mas nove!
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