-No te hagas la tonta-comentó Santiago
metiéndose las manos en los bolsillos y continuando con lo que contaba.-Luego recapacitó
e intentó olvidarte con Luna, no lo consiguió y también decidió dejarla de lado
porque solo sabía tenerte en su mente y mientras tanto, tú viviendo la vida con
tu novio. Me parece perfecto que seas feliz con quien quieras pero no lo
confundas más. Aléjate de él porque lo estás haciendo polvo y no quiero verlo
más así-hizo una pausa.-¡No sabes lo que me costó que me dijera que si a que
salgamos a divertirnos esta noche! Y todo por tu culpa.
Esas últimas palabras retumbaron en la cabeza
de Eugenia, una y otra vez… “y todo por tu culpa… y todo por tu culpa”. No
sabía si era o no era lo mejor o lo que debía hacer; solo creyó que era lo que
ahora mismo necesitaba.
-Está bien…tienes razón-acotó la muchacha.-Será
mejor que me vaya…y desaparezca de la vida de Peter.
-Gracias por entenderme-comentó
Santiago.-Pero, por favor, si te vas, no regreses nunca más.
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Eugenia entró en su habitación y cerró la
puerta. Abrió el armario y en la parte de arriba alcanzó una maleta alzándose
sobre las puntas de sus pies. La bajó y colocó encima de su cama. La abrió y
fue hacia el armario. De dentro empezó a sacar toda su ropa y tirarla al
interior de la maleta de forma desordenada. Le daba exactamente igual en ese
momento el orden, lo que quería era irse de allí cuánto antes. Solo tendría que
esperar a que Peter y Santiago se marchasen para coger la puerta e irse de aquella
casa. Metió todos sus perfumes, maquillaje y todo tipo de cosas en el interior.
Tras creer que todo estaba dentro, trató de cerrar la maleta. Se sentó encima y
por mucho que intentaba mover la cremallera esta no cedía. Hacía fuerza y
presionaba hasta que consiguió cerrarla por completo. Sus ojos no dejaban de
segregar lágrimas sin parar. En el momento en que cruzase la puerta de aquella
casa, se alejaría para siempre del chico que había el amor de su vida pero sin
duda en ese instante esa era su mejor opción. Si seguía cerca de Peter, solo se
harían daño y más daño...
-Lo nuestro nunca funcionó bien, ¿por que
ahora iba a ser distinto?-se preguntaba a si misma mientras se limpiaba los
mocos en un pañuelo.-En este día solo he llorado y llorado y yo no quiero más
esto. Lo único que deseo es estar bien con Peter pero con todo lo que le he
dicho no me perdonará… Además, Santiago tiene razón… Peter está sufriendo y por
mi culpa. Así que se acabó, me voy.
En ese momento, se escuchó la puerta de la
casa cerrándose. Peter y Santiago se habían ido. Eugenia esperó unos segundos y
tras eso, salió de su cuarto. Bajó las escaleras con la maleta y la dejó en la
puerta. Fue a la cocina y buscó un papel y un bolígrafo. Pensaba dejarle una
nota, la misma nota que le había dejado hacia seis años atrás.
“Me fui
para no volver jamás. Te quiero.” Solo escribió eso.
Dejó el bolígrafo sobre la encimera y salió de
la cocina mientras miraba todo a su alrededor y recordaba las cosas que había
vivido con él en cada sitio significativo. Sonrió. Fue a la entrada, agarró su
maleta y abrió la puerta. Salió y echó un último vistazo a los jazmines que
habían plantados en la entrada, y recordó que todavía no sabía el motivo por el
que estaban allí. Posiblemente fuese por ella. Volvió a sonreír. Pero al
recordar la cara de tristeza de Peter, se le borró la sonrisa. No queriendo
hacer más duro esa huída, cerró la puerta y en el momento en que se dio la
vuelta para marcharse, se chocó con algo. Duro y rígido que hizo que perdiese
la estabilidad. Pero la volvió a recuperar al sentir unos brazos rodeándola e
impidiendo que cayese al suelo. Euge abrió los ojos y se encontró con unos ojos
verdes como los de ella y un rostro realmente familiar que le dedicaba una
hermosa sonrisa.
-¿A dónde crees que ibas?-preguntó el muchacho
soltándola.
-¿Darío?-preguntó sorprendida.
-El mismo-le sonrió.
-No, no me lo puedo creer-se abalanzó encima
de él y lo abrazó con fuerza.- ¿En serio eres tú?
-Si, Euge, soy yo-la achuchó con fuerza.- ¡Cómo
has cambiado! Estas mucho más…-se separó y la miró.-Mucho más todo-le sonrió.
-Darío, no sabes lo que te eché de menos todo
este tiempo. No sabes lo que me has hecho falta-lo miró con felicidad en la
cara.
-¿Ah, si? Pues yo no creía lo mismo desde que
se que estas viviendo con mi hermano-le sonrió cómplice.-Sois novios ¿no?-ella
negó con la cabeza.
-Somos todo lo contrario-comentó.-Pero no
hablemos de mi, háblame de ti.
-Si, claro. Como quieras pero entremos y os lo
cuento a ti y a mi hermano a la vez, ¿te parece?
Ella se quedó callada mirando hacia el suelo.
-Tu hermano no está.
-Ah, bueno. No pasa nada, él se queda sin
saberlo-le sonrió.- ¿Y esa maleta?-la miró.- ¿Te estabas yendo?-ella asintió
con la cabeza.-Pero… ¿por qué? ¿Qué ha pasado?
Eugenia lo volvió a abrazar mientras
sollozaba.
Peter y Santiago acababan de llegar a un bar.
Se habían pedido unas cervezas y habían empezado a bailar con las chicas con
las que habían quedado. Tras tres o cuatro copas más, seguían con la misma energía
del principio y divirtiéndose de la misma manera.
-Vamos, Peter. Lánzate y llévate a la rubia a
casa-comentó Santiago apoyado en la barra.
-No, gracias, solo he venido a divertirme.
-Por eso mismo, diviértete a tu antigua
manera-bromeó.-No ves que está deseosa de que la lleves a tu casa…mira como
baila y te echa miraditas.
Peter se rió.
-Paso, ya te he dicho que no soy el mismo.
-Si y todo por esa chica que te come la cabeza
y luego… cuando alguien le dice lo más mínimo de ti, se lo cree. Pero tranquilo
que ya no va a ser así, se acabó tu problema. Ya no te molestará más.
-¿Cómo? ¿Por qué dices eso?
-Porque es cierto. Cuando estábamos en tu
casa, ella me comentó que pensaba marcharse para siempre y no volver jamás.
Decía que no quería hacerte más daño y por eso se iba porque por mucho que lo
quisiera no perdonaría tu infidelidad de hace tiempo…así que ahora mismo estará
lejos-se rió.
-¿Qué?-gritó Peter.- ¿Cómo que se iba? No eso
no es cierto.
-Es tal cual te lo cuento-se rió.-Pero despreocúpate,
esa chica no valía la pena era una más entre otras tantas que te dan problemas.
-¡No!-lo miró enfadado.-Te equivocas. Eugenia
no es otra cualquiera.
Peter dejó su vaso sobre la barra y se marchó
del local donde se encontraban.
Darío y Eugenia estaban sentados en el sofá
del salón. Ella ya le había contado todo sobre lo que había ocurrido y él había
conseguido tranquilizarla y que se olvidase de sus problemas. Ya conseguiría él
arreglar las cosas entre su hermano y su cuñada, fuera como fuese y mientras
tanto no habría que preocuparse. A pesar de que hacia tiempo que no veía a
Peter, sabía perfectamente por todas las conversaciones que habían mantenido
durante todo ese tiempo que él todavía sentía cosas por la ex rubia y que eso
no cambiaría por nada del mundo, así que lo veía prácticamente fácil hacer que
volvieran.
-Euge, creo que el irte lejos no es la
solución. Ya hiciste eso una vez y no funciono porque como me has contado
acabaste volviendo con la esperanza de encontrarlo de nuevo.
-Lo sé, pero si no me voy, ¿qué hago?
-Enfrenta las cosas. A ti te gusta Peter, pues
lucha por él, y si hay que esforzarse y sufrir, se esfuerza y se sufre; no se
huye de las cosas para evitar el dolor. Has metido la pata, es cierto pero
parte de la culpa es de Peter, él ha sido quién no te ha contado cosas.
-Cosas, ¿qué cosas?
En ese momento, el otro hermano gemelo entró
en casa, con la respiración agitada. Vio la luz en el salón y fue hacia allí. Al
entrar, exclamó:
-¡Darío!
-¡Peter!-se levantó y fue hacia él para
abrazarlo mientras se daban un par de golpes en la espalda con gran felicidad.
Eugenia se quedó sentada en el sofá,
observándolos y sonrió ante la alegría que desprendía los dos hermanos al
volver a verse.
-¿Cómo estas?-preguntaba uno.-Pero, ¿qué haces
aquí?
-Bien, bien. Me dieron vacaciones en el
trabajo y decidí venir a visitar a mi hermano y a mi cuñada-comentó mirando al
rostro de Peter para ver su expresión.
-No, no. Eugenia no…-vocalizó.-Supongo que ya
te habrá contado.
-No, la verdad es que Euge no me dijo
nada-hizo una pausa.- ¿Qué tendría que haberme dicho?-preguntó tratando de
sacar el tema.
-Chicos-interrumpió la muchacha.-M…me voy a mi
cuarto a dormir para dejaros solos.
-Euge, no hace falta que te vayas. Quédate y
hablemos los tres-dijo Darío.
-No, en serio. Prefiero dejaros solos-le
sonrió y miró a Peter que miraba hacia otro lado.
-Espera, espera-comentó Darío.- ¿No me vas a
dar ni un abrazo?
Ella se acercó a él y lo abrazó con fuerza.
-Recuerda que me has prometido
quedarte-susurró el muchacho en el oído de Eugenia.
Al separarse, ella asintió y se fue del salón.
-Sentémonos-sugirió Peter, cuando vio a la
muchacha salir de allí.
-Está bien, pero antes de que te cuente todo
lo que he vivido estos últimos años, quiero que me hables de lo vuestro.
-¿Cómo? No te entiendo.
-Quiero que me cuentes que ha pasado entre Eugenia
y tú.
-Nada, ¿qué va a pasar?
-Vamos, Peter. No te hagas el tonto.
El muchacho suspiró.
-Seguramente ya te lo habrá contado todo
Eugenia, así que no me pidas que hable de eso porque no tengo ganas.
-Si, tienes razón me ha contado algo. Pero
quiero oír tu versión.
-Darío, por favor, hoy no.
-Vale, como quieras pero solo una
pregunta-Peter lo miró.- ¿Le has contado a Eugenia que tú nunca le metiste los
cuernos con Mariana?-él negó con la cabeza.- ¿Y se puede saber por qué?
-Porque no, no se dio el momento y ya esta.
-Ajá, pues no creo que Euge se merezca ser la
culpable de todo lo que ha pasado estos últimos días. Es más creo que más culpa
tienes tú por no contarle que nunca le has engañado. Por culpa de eso, cuando
Agustín le contó esa locura disparatada, ella dudó y se lo llegó a creer un
poco porque quieras o no, hay desconfianza. Eugenia puede perdonar, pero no
olvidar.
-Bueno, ¿ahora podemos hablar de ti y de cómo
te ha ido todo?-preguntó Peter incómodo por la conversación.
Darío asintió con una sonrisa, sabía que su
hermano iba a empezar a darle vueltas a lo que él le había dicho y así
empezaría a arreglar las cosas entre Peter y Eugenia.
me encanta que halla llegado dario! el unira a euge y peter y alfin llegara el momento eugeter que todas esperamos (creo), me encanta tu nove y no me cansare de decirtelo, espero la sigas pronto (:
ResponderEliminarLLEGO DARIO!!! me encanta.... MAS NOVE
ResponderEliminaracabo de leer los 2 ultimos capis y no puedo creer todo lo que paso t.t pero la verdad es que Peter tiene gran culpa de todo por no contarle que nunca la engaño :( ...ODIO A NICOLAS,ES UN PATAN!!!!!!! y Agustin es un IDIOTA y me parece perfecto que nada le salio como queria u.u ...VOLVIO DARIO,QUE FELICIDAD !!!!!!! espero que pueda ayudarlos a perdonarse y darse cuenta todo lo que se aman :) ....SIGUELA PRONTO
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