sábado, 15 de septiembre de 2012

JF2.Capitulo 35: Un picnic

Capitulo anterior:

-¿Y qué quieres que le diga?
-No sé, invéntate alguna escusa, o di la mítica frase: ‘no eres tú, soy yo’-hizo una pausa.- Y más te vale que por nada del mundo le menciones nuestra conversación, ni la idea de que le has metido los cuernos.
-¿Por qué no tendría que hacer eso? Contarle la verdad es lo más rápido.
Peter por nada del mundo quería que Eugenia se enterase de que otro tío más le había metido los cuernos, la hundiría por completo.
-No le vas a mencionar los cuernos porque sino yo hablaré con el jefe y ten claro que saldrás perdiendo.
 El muchacho estaba por irse cuando retrocedió diciendo:
-¡Ah! Y una cosa sin importancia, solo para que imagines que hemos podido hacer conviviendo juntos-hizo una pausa.-Eugenia y yo somos exs… Ahora…imagina-le guiñó el ojo y echó a caminar con una sonrisa dibujada en su rostro, sabía que eso no le haría gracia.
Findelflashback.
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Eugenia había dejado de llorar y estaba un poco mejor. Tenía los ojos cerrados mientras escuchaba perfectamente los latidos del corazón de Peter ya que su oreja estaba pegada a su pecho. Él llevaba un rato conteniéndola y tratando de alegrarla, cuando lo consiguió ambos se quedaron en silencio abrazados el uno al otro. Eugenia recordando que era la noche de San Valentín y no queriendo retener más a Peter, se separó de él y mientras se limpiaba la cara le dijo:
-Muchas gracias por escucharme. Ya estoy mejor-dibujó una sonrisa forzosa en su rostro.-Si quieres puedes irte a arreglar, hoy es San Valentín y las chicas estarán deseosas de ver a Peter Bedoya aparecer.
-Tienes los ojos rojos-comentó Peter ignorando lo que acababa de decir la muchacha y acariciándole la mejilla.
-Normal, llevo llorando desde por la tarde cuando me llamó y cortó conmigo sin más. Me dijo que era porque se había enamorado de otra chica y ya no sentía lo mismo por mi, que lo perdonase-Eugenia iba a volver a llorar.
-No, no. Euge, no llores por favor-dijo Peter limpiándole la lágrima que se le había escapado y había llegado hasta su mejilla.
-¿Qué no llore? No puedo evitarlo. Me han dejado y encima en el día de San Valentín. ¿Qué más me puede pasar hoy? Yo… yo me estaba enamorando de él, estaba aprendiendo a quererlo como te quise a ti…
-¿A mi?-preguntó Peter con una sonrisa.
-A ti… a Thiago. Si, Thiago un novio que tuve en la universidad y... no sé, de una hora para otra, coge y me deja. Que para colmo, aparte de ser el día de San Valentín, tiene la poca vergüenza de dejarme por teléfono, ¿te lo puedes creer? Te juro que me entraron ganas de ir al sitio donde trabajáis y romperle la cara pero…no sé donde trabajáis-rompió a llorar.
-Euge no merece la pena llorar-dijo acariciándole el pelo.-Ya encontrarás a otro hombre que te quiera de verdad y no se enamore de la primera chica que vea. Tú vales mucho y te mereces lo mejor-le sonrió mirándola a los ojos.
-¡No! Eso si que no, no me pienso volver a enamorar en la vida. Para mí, los hombres están muertos. Sois todos iguales, si no es por una cosa es por otra pero siempre nos acabáis dañando.
-Bueno, pero hay excepciones.
-Si, claro que las hay y esos son los gays… y uno de cada diez mil heterosexuales varones.
-¡Qué exagerada!-dijo Peter sonriendo.
-No exagero, es verdad-hizo una pausa.-Pero bueno Be…-se calló.-No quiero aburrirte, si quieres puedes irte a arreglar para salir, yo… yo me quedaré aquí con mis penas comiendo un helado o chocolate.
-Bueno-le sonrió.-Pero ¿estás mejor?-ella asintió.-Entonces perfecto, me voy a duchar porque hoy he quedado con una chica…alta, guapa, morena…
-¡Ah que bien! Gracias por restregarme en la cara que tienes con quién pasar el día de San Valentín. Muy buen gesto por tu parte.
Peter sonrió y le agarró la mano a Eugenia. Empezó a acariciarle el dorso de la mano con las yemas de sus dedos mientras que con la otra mano le apartaba el pelo de la cara.
-Y oye hablando de la chica con la que salgo hoy… ¿Sabes lo que más me gusta de ella?
Eugenia lo miró.
-Unos enormes ojos verdes que vuelven loco a cualquiera y que pierden algo de belleza cuando están rojos de tanto llorar, así que eso hay que arreglarlo-hizo una pausa.-En media hora te quiero lista.
-No. Peter, no me vas a llevar de viaje como cuando corte con Nicolás-comentó la muchacha.
-¿Todavía te acuerdas?-preguntó con una sonrisa.-Pero no, esta vez no es un viaje. Solo te secuestraré para mí solo durante unas horas. Quiero dibujar una sonrisa en tu rostro. Sabes que no soporto verte triste, así que arréglate o te llevaré tal cual estás. Aunque en realidad no hace falta que te arregles mucho porque vamos a estar los dos solos, así que…
-¿A dónde me piensas llevar?
-Sorpresa.
-No, Peter, no quiero ir a ningún lado. Solo quiero quedarme aquí y llorar.
-Te quedan 29 minutos y 54 segundos, no 53, 52, 51…
-No me vas a convencer con eso.
-47, 46…te queda cada vez menos.
-¡No!
-Está bien, yo me voy a duchar. En 29 minutos espero verte lista-la miró, se levantó y se fue.

Al cabo de media hora, Peter pasó por el salón y vio a Eugenia tirada sobre el sofá con la cara hundida a un cojín y sorprendentemente se había cambiado de ropa. Quizás ella en el fondo desease que alguien la sacase de casa para hacerla olvidar al idiota de Agustín que la había dejado aquella misma tarde. Peter se quedó un rato mirándola y después fue a la cocina. Cogió una cesta y metió comida y una manta en el interior. Volvió a ir al salón con la cesta en la mano y dijo:
-¡Vaya! Te has cambiado.
Eugenia levantó la cabeza del cojín y lo miró
-¿Qué haces con eso?-preguntó refiriéndose a la cesta.
-Nos vamos de picnic.
-¿A esta hora? Peter, serán como cerca de las diez de la noche.
-¿En serio? No me había dado cuenta-habló irónicamente.-Venga, levanta el culo de ahí y vayámonos ya.
-No, no quiero.
-Eugenia-dijo soltando la cesta en el suelo.-No me obligues a…-trató de cogerla en brazos.
-Vale, vale, ya voy-dijo levantándose del sofá y sonriendo disimuladamente, le encantaba que Peter fuese así con ella y que con nada le sacase la sonrisa.
-¡Ey! ¿Qué ha sido eso?-preguntó él mirándola.
-¿El qué?
-Has sonreído.
-¿Qué? No. Yo estoy mal, Agustín…Dios Agustín-sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¡No!-exclamó Peter.-Mira Euge, ¿hacemos un pacto? Cada vez que nombres a Agustín esta noche, te doy un beso.
-¿Cómo que un beso? ¿Dónde?-Peter sonrió.-No, ni se te ocurra.
-Yo no haré nada, a no ser que digas el nombre de Agustín.
-Pe…Pero, ¿tú puedes y yo no? Eso no es justo.
-Bueno, si quieres puedes besarme cada vez que…
-¡No!-lo interrumpió.- Tengo una idea mejor. Cada vez que yo nombre a A…, tú me besas y yo te doy una patada en la entrepierna, ¿vale?-preguntó irónicamente.
-Tú nunca cambias eh…-vocalizó Peter mirándola.

Los dos dando un paseo y con las repetitivas preguntas de Eugenia: “¿A dónde vamos? ¿Falta mucho? ¿Hemos llegado ya? ¿Por qué te hice caso? ¿Por qué?” llegaron al sitio donde Peter quería llevarla. Era el parque. Aquel sitio dónde Peter y Eugenia habían estado el día del cumpleaños de Agustín.
-¿Qué hacemos aquí?-preguntó Eugenia deteniéndose en la entrada.
-Aquí es dónde vamos a tener nuestro picnic nocturno-sonrió agarrándola de la muñeca para que lo siguiese.
El muchacho la llevo hacia dentro del parque y se detuvo debajo de un árbol. Pensando que era el mejor sitio, dejo la cesta sobre el césped y puso el mantel.
-No, Peter. ¿En serio pretendes que hagamos una especie de picnic…?-preguntó mirando hacia los lados y viendo lo poco que le permitían las luces de las farolas de alrededor.- ¿Por qué no volvemos a casa?-Peter la ignoró y empezó a poner la comida sobre el mantel.-Yo…yo acepte venir porque quería saber que ingeniosa idea se te ocurría para levantarme el animo y bueno, ahora que lo sé, ¿podemos volver? Yo lo único que quiero es estar sola y metida debajo de las sábanas llorando porque… ¿entiendes que Agustín me ha dejado?-Peter dejó lo que estaba haciendo y la miró fijamente. Acababa de decir el nombre de su ex.-Peter, no pretendas que no nombre a Agustín porque es imposible. Me ha dejado y…me duele porque me dejo por otra y yo en vez de odiarlo  estoy aquí llorando como una tonta porque todo me recuerda a él…
-No-dijo Peter levantándose del césped y yendo hacia ella.-Mira a tu alrededor y dime algo que te haga recordar un momento concreto que pasaste con Agustín. No hay nada, por eso te he traído aquí pero si tú no dejas de pensar en él, no vas a conseguir lo que pretendo que consigas.
-¿Y qué se supone que es?
-Pues que te diviertas el día de San Valentín con tu mejor amigo.
-¿Quién te atribuyó ese título?
-Sabes que es así. Además, ¿sabes una forma perfecta para que te olvides de él?-preguntó mientras se acercaba.-Es no nombrándolo ¿y qué habíamos dicho al respecto?-Eugenia no contestó, se quedó callada mientras lo veía avanzar hacia ella.-Habíamos hecho el trato de que si lo nombrabas yo te daría un beso y creo recordar que he escuchado su nombre dos veces y sabes lo que eso conlleva ¿no?
-Perfectamente-contestó ella poniendo su mano en el pecho de Peter para mantenerlo lejos de ella.-Que te tengo que meter un rodillazo en la entrepierna.
El muchacho aparto la mano de Eugenia de su pecho y se acercó lo máximo posible. Ella se quedó quieta mirándole a los ojos fijamente hasta que preguntó desafiante:
-¿Ahora, qué? ¿Me vas a besar?

Continuará...

[Mañana subiré dos caps, porque tengo ganas de que leáis el 37 ya de una vez >.<' pero comento qe voy escribiendo el 39 pero da igual xD Bueno pues besitos a tod@s]

1 comentario:

  1. ME ENCANTO!! que lindo que es peter
    mañna dos caps me muero gracias GENIA

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