Peter cerró la puerta y dio la vuelta al
coche. Al entrar, Eugenia continuó hablando del tema.
-Así que ligas mucho ¿no?
-Yo no he dicho eso-contestó arrancando el
coche.
-Pero has dicho que la barba te ayuda, o sea
que…
-O sea que nada-la interrumpió.-Oye, ese
vestido que llevas es el…
-El mismo.
-Es bonito.
-Bien, Bedoya, vas mejorando con los piropos-comentó
ella irónicamente.
-¿Cómo me has llamado?-preguntó Peter dejando
durante unos segundos de mirar la carretera para mirarla a ella.
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-Bedoya-contestó Eugenia mirándole.- ¿Por qué?
-Por nada-vocalizó mirando hacia delante
mientras disimulaba la tonta sonrisa que se le había dibujado.
Candela estaba en la cocina haciendo la cena
mientras que Luca deambulaba por allí tratando de ayudarla pero no se dejaba. A
ella le gustaba cocinar pero prefería hacerlo sola, sin ayuda de nadie. Eso le
venía de familia, su madre era cocinera y de pequeña las dos se metían en la
cocina y pasaban horas y horas haciendo dulces; tartas, galletas,
bizcochos…todo un surtido de cosas que con el tiempo Candela fue aprendiendo a
hacer.
-Me muero de ganas de que Peter llegue
ya-comentó la muchacha a su novio.
-¿Y eso por qué?
-Bueno, desde que me has contado que él iba a
venir a cenar a casa con alguien, me estoy muriendo de la intriga por saber de
quién se trata-contestó mirándole.-Y, ¿en serio no te dijo si era chico o
chica?
-No, no me dijo exactamente nada. Sus palabras
textuales fueron: “Os tengo una sorpresa a ti y a Cande. Esta noche pasaré a
visitaros con alguien”.
-¿Quién podrá ser?-preguntó pensando las
posibles opciones.- ¿Tú crees que habrá sentado cabeza y nos va a presentar a
la novia?
-¿Peter con novia?-Luca negó varias veces.-Ni
de broma, antes creo que ese alguien es… que se yo… Eugenia, fíjate lo que te
digo-se rió.
-¿Y si es ella?-preguntó Candela sorprendida
de la deducción que tenía su novio.- ¿Y si es Eugenia?-la muchacha empezaba a
asustarse.-No sé cómo voy a reaccionar, no sé…
-Tranquilízate-le sugirió él acercándose a
ella y besándole la mejilla.-No creo que sea Eugenia, así que despreocúpate.
En ese momento, el timbre sonó. Candela miró a
Luca muy nerviosa.
-Mi amor, tranquilízate. Abro yo ¿vale?
-Está bien, yo…yo me quedo aquí.
Luca le volvió a besar la mejilla a su novia y
le dedicó una sonrisa, antes de irse a abrir la puerta. Al hacerlo, vio a Peter
y al lado a una chica agarrada al brazo de su amigo. Estaba bastante nerviosa.
-¡Eugenia!-exclamó Luca al reconocerla.
La muchacha sonrió al ver que la reacción del
chico había sido buena y lo abrazó con fuerza. En aquel momento se le había
pasado un poco del miedo que sentía desde que se había montado en el coche de
Peter. Sentía miedo de ver la reacción de su antigua mejor amiga y de su amigo
del que hacía mucho tiempo que no sabía nada. Respiró aliviada, uno menos.
Ahora solo faltaba Candela.
-Pasad, pasad-dijo Luca apartándose de la
puerta.
Los chicos entraron y fueron al salón.
-Sentaos, poneros cómodos. A la comida le
falta un poquito-comentó Luca.-Yo voy a avisar a Cande para que venga.
El muchacho estaba por irse cuando su novia
apareció por allí con una sonrisa en la cara que se borró al momento de ver
quien estaba en aquella habitación. Se quedó quieta mirando a Eugenia, que se
mordía el labio inferior tratando de no llorar por la emoción que le producía
el volver a ver a su amiga. Candela estaba nerviosa, le temblaba todo el cuerpo
y no sabía como todavía conseguía sostenerse tan firme.
-¡Candela!-vocalizó Eugenia.
A penas se oyó. La muchacha de pelo marrón y
ondulado miró a todos los presentes en aquella sala y luego le volvió a dedicar
una mirada a la ex rubia que no sabía que hacer; si ir a abrazarla o permanecer
quieta. Después de ese momento tan tenso, Candela se fue del salón. Eugenia al
verla irse, miró a Peter que permanecía de pie a su lado y fue detrás de su
amiga mientras se le escapaban esas lágrimas que quería evitar. Luca, estuvo
por la labor de hacer lo mismo, ir detrás, pero su amigo lo detuvo diciendo:
-Luca, no. Deja que las dos hablen a solas,
será lo mejor.
Candela entró en su habitación y cerró la
puerta dando un fuerte portazo. Eugenia que había ido detrás, agarró el pomo de
la puerta y lentamente lo giró.
-Candela-pronunció la muchacha entrando de una
forma sigilosa y viéndola sentada en su cama mientras lloraba.
-¡Vete!-exclamó la chica levantándose y yendo
hacia ella para empujarla.
-No, Candela, espera. Escúchame-le pidió.
-¿Qué te escuche? No, no quiero escuchar lo
que me tengas que decir. Creo que llegas cinco años tarde. Es que en serio no
se cómo te atreves a aparecer por aquí después de que te fueras sin más
dejándome sola y abandonada como la mierda. No lo comprendo-Candela empezó a
gritarle.
Eugenia permaneció callada mientras su amiga
descargaba todo lo que llevaba guardando hacia tiempo.
Los chicos estaban en la cocina, mientras las
chicas en la habitación de Candela. Luca estaba atento a la comida para que no
se quemase.
-¿Estás seguro de que hemos hecho bien
dejándolas solas?-preguntó Luca escuchando los gritos de su novia.
-Si, no te preocupes. O salen de esa
habitación haciendo las paces o salen pegándose.
-Eso no me consuela mucho, pero esperemos que
sea la primera opción.
-Ya verás que si-comentó Peter sacando dos
latas de cerveza del frigorífico.-Al final yo tenía razón-dijo cambiando de
tema.-La chica del vestido rojo era ella-sonrió.
-Ya veo, ya. Lo lleva puesto-comentó Luca
agarrando la lata y abriéndola.
-Si, le conté todo lo que habíamos liado
Candela y yo para averiguar si era ella y parece ser que hoy ha optado por
ponérselo.
-Peter, ¿puede ser que eso que sentías por
Eugenia cuando tenías diecisiete años esté volviendo a resurgir ahora que la
has vuelto a ver?-preguntó Luca al ver la cara que se le ponía a Peter cuando
hablaba de ella.
-¿Qué? No, ni de coña. Yo sería incapaz de
volver a enamorarme de ella. Pero ¿sabes? Hay algo que no me cuadra.
-¿El qué?
-Verás, llevó años deseando tenerla en frente
y echarle en cara tantas cosas pero ¿sabes lo que hice cuando la vi?-Luca lo
miró.-La abracé y hasta lloré de la emoción ¿te lo puedes creer? Y para colmo,
en vez de gritarle y decirle todas las cosas, lo que hice fue preguntarle sobre
su vida y contarle sobre la mía. Todo lo contrario a lo que yo realmente
quería. Yo tendría que haber reaccionado como Candela pero lo hice totalmente
al revés-resopló.
-Quizás lo hayas hecho por algún motivo ¿no
crees?
-Si, por el motivo de que soy un completo
estúpido.
-O un completo enamoradizo-soltó Luca
sonriendo.
-Candela, yo te lo explique, antes de irme te
explique por qué me iba. Odiaba la idea de tener a Peter tan cerca, odiaba
mirarle y recordar que me había metido los cuernos, y no con alguien
desconocido, no. Sino con Mariana, la chica que me había caído mal desde un
primer momento. Había algo dentro de mi que me avisaba que iba a pasar lo que
pasó pero ¿qué podía hacer?-mientras hablaba por sus ojos salían lágrima tras
lágrima.- ¿Alejar a Peter de Mariana? ¿Qué derecho tenía yo para hacer eso?
Eran amigos. Y yo incluso llegué aceptar que estuviesen juntos tanto tiempo,
llegue a comprenderlo, hasta el día en que se besaron en mis propias narices.
¿Y qué hice yo? Hacer como si nada hubiese pasado y volvimos a estar juntos
hasta que me entere que me había metido los cuernos y pasó lo de mi accidente.
Él a partir de ahí venía todos los días a visitarme a escondidas para mimarme,
alegrarme, hacerme sentir la mujer más feliz que existía sobre la faz de la
tierra. ¿Y qué hice yo? Perdonarlo. ¿Y te preguntarás por qué lo perdoné?-hizo
una pausa para tomar aire.-Cande, por amor se hacen locuras, cosas que nadie
comprende bien por qué se hacen, cosas que son ilógicas, cosas que dices “¿en
serio estoy haciendo yo esto?” Y creo que sabes de qué te estoy hablando porque
seguro que hiciste más de una locura por Luca ¿o me equivoco?-la miró y vio que
los rasgos de enfado en el rostro de su amiga se habían borrado.-Y bueno, a
pesar de haber perdonado a Peter, algo dentro de mí me decía que no debía estar
con él, algo me frenaba a estar bien y feliz y eso era la desconfianza. No
soportaba estar lejos de Peter, porque estaba todo el tiempo comiéndome la
cabeza con preguntas que nunca obtenía respuesta. ¿Qué estará haciendo? ¿Estará
solo? ¿Estará con Mariana? ¿Me estará engañando?-suspiró.-Poco a poco me di
cuenta de que esa situación me estaba haciendo mas daño de lo que creía, así
que no podía estar con él, tenía que alejarme, tenía que cambiar de aire y tuve
la oportunidad cuando a mi madre la trasladaron a Barcelona. Y si, podía
haberme quedado aquí con mi hermano pero o conseguía olvidarme de él o acabaría
mal, peor de lo que ya estaba. Por eso me fui.
-¿Y por qué no me llamaste ni una vez?
-Al principio no quería llamarte, tenía miedo
de que si lo hacía me acabases hablando de Peter y yo no quería saber nada
porque así me resultaría más fácil olvidarlo. Y bueno, cuando pasó el tiempo,
decidí llamaros pero perdí el móvil y todos mis contactos. Lo único que
conserve fue una tarjeta de memoria, donde estaban todas nuestras fotos juntas,
que la conserve gracias a que la tenía guardada en una caja. Y te juro que
traté de recordar tu número pero hacia tanto tiempo que no lo marcaba que se me
había olvidado.
-Podrías haberme dicho: “Cande, no quiero que
me hables de Peter” y yo no lo haría.
-Pero tenía miedo, Candela; y el miedo
acobarda a cualquiera.
El silencio se apoderó de la habitación
durante unos segundos, unos eternos segundos mientras la muchacha, dueña de la
habitación, recapacitaba y pensaba si debía perdonarla o no.
Continuará...
oww mas tiernas ojala todo vuelva a ser como antes EUGETER!!
ResponderEliminarGENIA!!!! mas nove porfavor te lo pido
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