Capitulo anterior:
Eugenia había girado la esquina, ya
estaba en la calle del bar que siempre frecuentaba por las mañanas. Adoraba sus
tostadas, su zumo de naranja pero en aquel día lo que necesitaba era café. En
menos de dos horas entraba a trabajar y necesitaba despejar la mente. Tenía
sueño, le dolía la cabeza y sentía ganas de vomitar. Todo a la vez.
Peter caminaba con el brazo sobre los
hombros de Luna, estaba en la calle del bar, le faltaba un par de metros para
llegar.
Ambos, Eugenia y Peter, iban al mismo
lugar pero desde direcciones opuestas. Estaban a penas un metro de distancia y
prácticamente se podría decir que estaban frente a frente.
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Eugenia estaba a unos pocos centímetros
de llegar ante la puerta del bar, cuando alguien a su espalda, la llamó:
-¡María!
Ella sabiendo de quién se trataba, se
giró y vio a Patrick desde lejos ir hacia ella con algo en la mano.
Peter, junto con Luna, pasó muy cerca de
Eugenia, tan cerca que la mano del muchacho rozó la mano de la antigua rubia
haciendo que ella mirase hacia quién le había tocado sin querer pero lo único
que alcanzó ver de esa persona fue su nuca. Resultándole familiar la muchacha
se quedó quieta mirando e intentando descifrar de quién se trataba hasta que
finalmente se fijó en la ropa y pensó:
“Oh, el famoso ligón de turno”-sonrió.
Eugenia miró hacia Patrick, que ya
estaba más cerca.
-Tu cartera, te la has dejado.
-Oh, gracias. No sé qué haría sin ti-le
agradeció.
-Ni yo tampoco sé que harías sin mí-le
sonrió.-En fin, me marchó.
-¡No! Quédate conmigo y desayunemos
juntos.
-María-la muchacha se bajó un poco las
gafas y lo miró mal.-Perdón, Eugenia. Tengo que irme a trabajar en un rato. No
me da tiempo.
-¡Venga!-le insistió.-Te invito a
desayunar por haberme traído la cartera.
-Está bien.
-Bueno, ¿dónde nos sentamos? ¿Dentro o
fuera?
-Fuera-contestó Patrick yendo hacia la
terraza.
Al cabo de un rato, ya estaban
desayunando y mientras tanto hablaban sobre lo ocurrido la noche anterior:
-Te juro que no me acuerdo bien-decía la
muchacha.-Pero creo que cenamos, Agustín me llevó a casa y cuando estaba por
irse, lo agarré y lo besé. Después de eso, él entró en casa, estuvimos
besándonos y a partir de ahí no me acuerdo pero creo… que me quedé dormida.
-¿En serio?-preguntó Patrick
riéndose.-Solo a ti te pasa eso. Una oportunidad que te surge de la nada
después de tres meses a pan y agua, y vas y te duermes.
-Bueno, es que sin querer bebí demasiado
y no llevó tres meses a pan y agua, solo llevó un mes.
Patrick se echó a reír.
-No te rías de las desgracias
ajenas-dijo Eugenia tomando un sorbo del café.
-Bueno, ¿y qué piensas hacer?
-No sé-hizo una pausa.-Pero si no
recuerdo mal, el cumpleaños de Agustín es el 9 de noviembre, es decir, dentro
de una semana.
-¿Qué? No, el cumpleaños de Agus es el 9
de diciembre, es decir, dentro de un mes.
-¿En serio?-preguntó desilusionada.
Peter ya había dejado a Luna en su
trabajo y ya había llegado a casa. Estaba esperando a que Luca saliese del baño
mientras charlaba con Candela.
-¿Qué tal la noche?-preguntó el muchacho
mientras encendía la tostadora.
-Muy bien, si no fuese porque un imbécil
me llamó a las cuatro de la mañana.
-No me refería a esa parte de la noche
exactamente pero… supongo que te habrá ido bien-le sonrió.-Y oye, ya sé por qué
me había imaginado a Eugenia.
-¿Ah, si? ¡Sorpréndeme!-exclamó Candela.
-Me la recordó la chica con la que
estaba.
-Oh, ya. Se parecía a Eugenia, ¿no?
-No, no. Verás, me di cuenta esta
mañana. La chica con la que he estado, se pasó toda la noche llamándome
‘Bedoya’ y la única que lo hacía era Eugenia-hizo una pausa.-Decía que me
llamaba por mi apellido porque quería ser diferente; ser especial para mi…
-Te lo acabas de inventar-soltó
Candela.-Yo la escuché llamarte Peter millones de veces.
-Candela pero se refería en la
intimidad-la miró con tristeza.
-Oh, ya. Cuando… ¡vale!-exclamó.-Lo
siento.
Peter sonrió y dejó unas tostadas ya
hechas en un plato. El muchacho, sintiéndose mal, se fue a su habitación sin
decir nada. Candela, preocupada, lo siguió. Peter se tiró encima de su cama
bocarriba y suspiró.
-¿Estás bien?-preguntó ella asomándose
por la puerta.
-Si, estoy bien. No te preocupes-le
sonrió.
-No mientas, Peter. Se nota que te pasa
algo.
El chico permaneció un rato en silencio
y finalmente, dijo:
-La echo de menos. Más de lo que te
imaginas y lo peor es que no sé por qué. Yo ahora mismo tendría que sentir
indiferencia, me tendría que dar igual. Ella se fue y no tuvo la valentía de
despedirse de mí personalmente, fue tan cobarde que solo me dejó una carta y
para colmo nunca llamó. Ni una vez. Pero yo, como un estúpido, la llamaba día
si y día también; a pesar de que todas
las veces daba comunicando, apagado o fuera de cobertura hasta que un día, por
fin, me dijeron que ese número ya no existía. Fue en ese momento, en ese
instante en que decidí cambiar y me prometí que nunca más me iba a enamorar.
Por eso soy mujeriego, por eso estoy con una chica cada día, por eso esta nueva
personalidad… hasta esta mañana, que por razones que no sé, hoy he pasado la
mañana con la chica de la noche anterior.
-¿Con eso estas diciendo que vas a
volver a ser como eras antes?
Peter se levantó de la cama, se acercó a
Candela y le dijo, yéndose hacia el baño, ya que Luca acababa de salir:
-¡No! A la chica con la que he pasado la
noche, la iré a ver cada dos o tres días para repetir pero en las demás
noches…-miró hacia Candela que seguía en la puerta de su habitación y le
sonrió.
Los días pasaron y las cosas iban
cambiando con el transcurso del tiempo. Candela y Luca, poco a poco, habían
vuelto a rehacer su antigua relación de hacía años. Peter, en la mayoría de las
veces, sentía que sobraba en todo aquello, así que tomó la decisión de mudarse.
Tras tres semanas de búsquedas de casa, encontró una que le salía muy bien de
precio y era realmente indicada para él. Así que a los días de comprar la casa,
se fue mudando poco a poco.
Por otro lado, Eugenia seguía intentando
tener algo con Agustín, pero él era de los pocos hombres que prefería ir
despacio. Así que hasta aquel momento, no habían sobrepasado la barrera de los
besos. Los padres de Patrick ya se habían ido, habían vuelto a Barcelona, así
que la pantomima de que Eugenia era la novia de su hijo había finalizado.
Pasó un mes, y faltaba pocos días para
el cumpleaños de Agustín. Peter, además de ser su compañero de trabajo
también era su amigo así que junto con Luca decidieron prepararle una típica
fiesta sorpresa y para ello necesitaban llamar a los amigos de Agustín. Estaban
en el trabajo y los dos cómplices ya habían planeado un plan para robarle el
móvil a su amigo.
-Yo lo distraigo y tú se lo quitas. Está
encima de su mesa, así que no te costará mucho-decía Peter mientras, junto con
Luca, se acercaba a Agustín.-¡Hola! ¿Qué tal te va el día?
-Bien, muy bien. Pero estoy deseando
salir porque hoy he quedado con la chica de la que te hablé.
-¿En serio? ¿Otra vez con la misma
chica? ¡Vaya, vaya! Debes estar enamorado, eh.
-Muy, pero prefiero ir despacio. La
conozco de hace años y ya fuimos novios, pero prefiero que nos tomemos nuestro
tiempo y que sea especial.
-¡Qué bonito!-exclamó Peter.-Pero, ahora
que lo pienso, no me has dicho su nombre; ¿cómo se llama?
-María Eugenia, pero le gustan que le
digan solo Eugenia.
-¿Eugenia?-preguntó Peter borrando la
sonrisa de su rostro.
-¿Estás bien?-preguntó Agustín, al verle
la cara.
-Si, estupendamente-volvió a sonreír.-
¡Bonito nombre el de tu novia!
-No, no es mi novia; por ahora es una
amiga.
-Bueno, Agus-dijo Peter al ver que Luca
ya le había quitado el móvil.-Espero que te vaya bien esta noche con tu amiga
Eugenia; yo me voy a seguir trabajando. Adiós. Nos vemos en la salida-se fue.
Peter fue al despacho de Luca, y al
entrar, le dijo:
-Tenemos muy poco tiempo antes de que se
de cuenta de que no tiene el móvil. Así que procuremos ser breves. “Hola,
pasado mañana es el cumpleaños de Agustín y estamos preparando una fiesta
sorpresa ¿te vienes? Es en…y el lugar donde lo vayamos a hacer”-se sentó en la
silla frente a Luca.
-Pero, espera, ¿dónde la vamos a hacer?
-Tengo un sitio ideal-hizo una pausa.-Mi
casa. Creo que estaría bien, a parte de celebrar su cumpleaños, podría hacer
como una fiesta de ‘inauguración’ de mi nueva casa.
-Bien, pues ya tenemos sitio. Empecemos
a llamar.
-Vale, yo hago de la A a la L y tú de la
M a la Z ¿vale?
-Perfecto.
Los chicos empezaron a llamar a los
contactos de Agustín para que vinieran a la fiesta; iban lo más rápido que
podían, su amigo no podía olerse nada de la sorpresa. Peter acababa de llamar a
los contactos de la D, y ahora empezaba con los de la E. Miró a todos los que
tenía y se detuvo en el nombre de ‘Eugenia’. Se quedó mirando la pantalla del aparato,
donde ponía el nombre y el número; y vocalizó en voz baja:
-Eugenia…
-¿Eugenia?-preguntó Luca al escucharlo.-
¿Qué pasa con ella?
-¿Qué? No, no es nuestra Eugenia es la
novia de Agustín.
-¿Novia?
-Bueno, según él, amiga pero al final
terminarán haciendo algo-Peter se rió.-Bueno, voy a llamarla.
Peter apuntó el número en su móvil,
pulsó la tecla verde y se llevó el celular a la oreja. Esperó a que atendiera
y…
Continuará...
Nooooooo!; me has dejado peor que antes jijiji eso de que tu entras y yo dalgo me tiene de nervios y risa XD ,me parece un tierno Peter porque se nota que todavia ama a Euge y va ser todo un cado saber que SU Euge es la misma de Agus :) ....ESPERO LA SIGUIENTE Y MIL GRACIAD por publicar un capu mas ;)
ResponderEliminarGENIA!! dos capitulos.. sigue me encanta tu nove, quiero REENCUENTRO YA porfavor
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