martes, 21 de agosto de 2012

JF2. Capitulo 7: Besos

Capitulo anterior:
Eran cerca de las diez cuando una muchacha de ojos verdes penetrantes entró en el bar. Peter seguía a la camarera con la mirada, que esta vez estaba detrás de la barra y ya no atendía a los clientes sentados en las mesas. Eugenia tímidamente se dirigió a sentarse en una de las mesas vacías y pasó por detrás de Peter. El muchacho sintió un dulce olor a perfume que procedía de alguien que se situaba a su espalda y en su cabeza emergieron las imágenes del momento del choque con la chica del vestido rojo y el olor del perfume que había sentido en aquel instante. El muchacho creyendo que se estaba volviendo excesivamente loco, sonrió y bebió de su lata de cerveza.
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Eugenia se sentó en una mesa mirando hacia la puerta para ver a Agustín cuando llegase y avisarle de dónde estaba. Aún faltaba cinco minutos para las diez y mientras esperaba, había pedido una coca-cola y de vez en cuando tomaba un sorbo y miraba a la puerta. En una de esas veces miró hacia la barra y se quedó observando a la camarera que había dejado de atender a los clientes para hablar con un chico que estaba allí sentado. Eugenia clavó su mirada en la nuca del chico que estaba distrayendo a la chica y pensó:
“El ligón de turno”-sonrió moviendo la cabeza.
Al cabo de un rato, Agustín todavía no había llegado y Eugenia ya se había tomado su primera coca-cola. Peter estaba esperando a Luna que se estaba cambiando. Cuando salió, el muchacho dio su último sorbo a la cerveza y pasó su brazo por encima de los hombros de la chica. Ambos salieron del bar y se encontraron de frente con Agustín, que llegaba tarde.
-¡Peter!-exclamó Agustín al verlo.
-Hola, amigo. ¿Qué haces tú por aquí?
-He quedado con una vieja amiga, ¿tú?-miró a Luna.-Oh, ya. ¡Qué te lo pases bien!
-Igualmente-le guiñó el ojo.
Agustín entró y buscó a Eugenia. Al verla, se acercó a la mesa disculpándose.
-Perdóname. Me he perdido a la hora de venir-le sonrió avergonzado.-No tengo coche y he tenido que venir en autobús.
-¿En serio? ¿Y por qué no me lo has dicho y quedábamos más cerca de tu casa?
-Ah, mira tú. La chica presumiendo de tener coche.
-¿Qué? No. Si no tengo ni carnet de conducir-se rió.-Lo que tengo es a Patrick que me lleva a todos lados.
Agustín miró a la chica y sonrió.
-Somos tal para cual, Eugenia.

-Definitivamente, ésta es la mejor cena-le decía Luca a Candela mientras le enseñaba el panfleto de una pizzería.- ¿Llamo yo o llamas tú?
-Como quieras-le sonrió.
-Bueno, llamo yo-dijo cogiendo su móvil.
Luca empezó a marcar el número que venía impreso en el papel y se sentó en el sofá al lado de Candela. La muchacha lo miró y se quedó embobada contemplándolo. No podía creer que estuviese volviendo a enamorarse de él, que estuviese volviendo a sentir por él lo mismo que había llegado a sentir en la adolescencia. Lo veía y se daba cuenta por su forma de ser que era el chico ideal para ella, el chico que quería tener a su lado. En ese momento se arrepentía mucho de haber cortado con él. Aunque por aquel entonces era lo que quería ahora deseaba todo lo contrario. Su forma de ser con ella, la volvía loca pero su físico la dejaba sin palabras. Era alto, moreno, guapo. Tenía los ojos realmente bonitos que la hipnotizaba cada vez que la miraba. Todas esas ideas y más rondaron la cabeza de Candela haciéndola recapacitar y darse cuenta de que debía tomar cartas en el asunto.
-Luca-vocalizó tras ver que el chico había dejado de hablar por el móvil.
-Dime.
-Tengo algo que decirte que posiblemente complique nuestra convivencia.
-¿De qué se trata?-preguntó asustado.
-Luca, vengo semanas comiéndome la cabeza con una cosa realmente delicada. Verás…yo… ¡Me estoy volviendo a enamorar de ti!-soltó de una con los ojos cerrados, temiendo ver la reacción del chico.
Luca se sorprendió y antes de que Candela volviese a abrir los ojos, el muchacho la besó.

Peter y Luna acababan de llegar al coche del muchacho que estaba estacionado un poco lejos del bar. La chica se apoyó en el coche y lo miró.
-Bueno, ¿y qué quiere hacer la señorita?-preguntó Peter.
-No sé, ¿tú que propones?
-¿Tienes hambre? Podríamos ir a cenar a algún sitio tranquilo para conocernos y eso, ¿te va?
-¿Qué? Vamos, Bedoya, vayamos al grano-hizo una pausa.-Tanto tú como yo sabemos como va a acabar esta noche, así que ¿por qué no nos saltamos la cenita y vamos directamente al postre?-preguntó acercándose él.
-Pero mira que sincera es la muchacha-comentó Peter mirándola.
-Muy sincera-le sonrió y le rodeó el cuello con sus brazos.-Vamos, ¿qué te ocurre hoy? Según tengo entendido eres una bomba sexual, pero ¿puede ser que hoy te vea apagado?
-¿Cómo? ¿Según tienes entendido?-preguntó sin comprenderla.
-Si, ¿qué pasa? ¿Ahora me vas a decir que no sabes que eres el chico más cotizado y más nombrado entre la población femenina soltera y otra, no tan soltera, de esta ciudad?
-Había oído algo al respecto pero no creí que fuera para tanto.
-Y si, Bedoya, es lo que pasa si te acuestas con chicas que son chismosas y cuentan todo de su vida.
-Pero también he estado con chicas más calladitas.
-Y esas son las peores ¿o no?-preguntó Luna mirándole fijamente.
-Puede.-Peter se rió y continuó.-Pero en fin, no hablemos de ellas, sino de nosotros. ¿En tu casa o en la mía?
-Mmm… ¡qué halago por tu parte! Al fin alguien va a conocer tu casa.
-Oh, lastima que yo prefiera continuar con el misterio de cómo y dónde está mi casa-la miró sonriendo.-Así que mejor vayamos a la tuya.  
-Bueno…tienes suerte de que viva sola-le sonrió.
Luna acercó sus labios a los de él para besarlo pero el muchacho la esquivó y con una sonrisa, le dijo:
-Eh, tiempo al tiempo-le guiñó el ojo y le abrió la puerta del coche.

-Eugenia, ¡cuánto tiempo sin verte! ¡Cómo has cambiado!-decía Agustín mientras la miraba fijamente.
-¡No! Pero si sigo igual-hizo una pausa.-Si acaso me he echado un tinte más oscuro pero ya está.-le sonrió.
-Posiblemente tengas razón porque sigues igual de guapa-la muchacha se ruborizó.-Y bueno cuéntame, ¿qué tal tu vida? ¿Qué tal todo?
-Pues bien, no me puedo quejar-hizo una pausa.-Después de dejar Barcelona y volver aquí, junto con Patrick compramos un piso y desde entonces vivimos los dos juntos. Trabajo como guía turística en una agencia muy importante de Sevilla y la verdad que me encanta mi trabajo. Dentro de lo que cabe es fantástico porque, en serio, tienes que ver la cara de los turistas que pisan por primera vez esta ciudad y ven todos los monumentos y lugares bonitos que hay-le sonrió.-Y bueno, tengo que decir que gracias a mi trabajo me conozco todos los rincones de la ciudad así que si algún día te apetece conocer lugares nuevos, llámame que yo te los enseñó.
-Si, por supuesto. Un día de estos te lo pediré.
-Y bueno, ahora cuéntame tú-lo miró.
-Creo que esta tarde más o menos te lo he dicho, termine la carrera de ingeniero y me salió trabajo por aquí y no pude rechazar la oferta. Llevo tres meses trabajando y viviendo en Sevilla y la verdad, que todo me va bien. Vivo solo en un apartamento y no sé que más decirte. Bueno, que me alegra volver a verte.
-Y a mi, te echaba de menos-le sonrió.
La noche transcurrió con normalidad, eran dos antiguos amigos que recordaban sus hazañas del pasado mientras se divertían. Eugenia desde que Agustín había llegado, había dejado de tomar coca-cola para tomar algo más fuerte, algo con alcohol. Sin darse cuenta bebía muy deprisa y eso se le estaba subiendo a la cabeza. Terminada la cena, Agustín decidió llevar a Eugenia a su casa, estaba borracha y a penas se sostenía de pie. La muchacha apoyada en él, le indicó el camino hacia su casa que estaba a dos minutos de aquel bar-restaurante. Al llegar y subir el ascensor hasta la tercera planta, Eugenia se acercó a su puerta y después de varias intentarías consiguió introducir la llave en la cerradura. Cuando abrió, miró a Agustín y le preguntó:
-¿Quieres pasar a saludar a Patrick?-se empezó a reír.
-No, a estas horas estará durmiendo, será mejor que me vaya.
-Venga, pasa. Si lo más seguro es que este despierto-le sonrió.
-Mejor nos vemos mañana cuando estés más sobria-se acercó a ella para darle dos besos en la mejilla.-Tú vete a dormir, anda.
Agustín estaba por irse cuando Eugenia lo agarró por la camisa, lo atrajo hacia ella y lo besó.

Continuará...


[Solo comento que falta poquito para el reencuentro. Voy escribiendo el capítulo 24 y ya se han encontrado hace unos cuantos caps xDDD Besitos & espero que os este gustando^^]

4 comentarios:

  1. siii, me encanta, solo quiero que peter y euge se reencuentren :B

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  2. Jajaja Peter es un don juan jajaja me parece que a Euge no le va a gustat mucho y lo que me causa gracia es que Nacho y Peter se conocen jajaja el club de "Los Ex de Euge" XD ...luna me cae bien y nacho tambien y sinceramente me gustaria que regresen :) ...Siguela Pronto y estoy anciosa por el Encuentro

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