Eran cerca de las diez cuando una
muchacha de ojos verdes penetrantes entró en el bar. Peter seguía a la camarera
con la mirada, que esta vez estaba detrás de la barra y ya no atendía a los
clientes sentados en las mesas. Eugenia tímidamente se dirigió a sentarse en
una de las mesas vacías y pasó por detrás de Peter. El muchacho sintió un dulce
olor a perfume que procedía de alguien que se situaba a su espalda y en su cabeza
emergieron las imágenes del momento del choque con la chica del vestido rojo y
el olor del perfume que había sentido en aquel instante. El muchacho creyendo que se estaba volviendo excesivamente loco, sonrió y bebió de su lata de cerveza.
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Eugenia se sentó en una mesa mirando
hacia la puerta para ver a Agustín cuando llegase y avisarle de dónde estaba.
Aún faltaba cinco minutos para las diez y mientras esperaba, había pedido una
coca-cola y de vez en cuando tomaba un sorbo y miraba a la puerta. En una de
esas veces miró hacia la barra y se quedó observando a la camarera que había
dejado de atender a los clientes para hablar con un chico que estaba allí
sentado. Eugenia clavó su mirada en la nuca del chico que estaba distrayendo a
la chica y pensó:
“El ligón de turno”-sonrió moviendo la
cabeza.
Al cabo de un rato, Agustín todavía no
había llegado y Eugenia ya se había tomado su primera coca-cola. Peter estaba
esperando a Luna que se estaba cambiando. Cuando salió, el muchacho dio su
último sorbo a la cerveza y pasó su brazo por encima de los hombros de la
chica. Ambos salieron del bar y se encontraron de frente con Agustín, que
llegaba tarde.
-¡Peter!-exclamó Agustín al verlo.
-Hola, amigo. ¿Qué haces tú por aquí?
-He quedado con una vieja amiga,
¿tú?-miró a Luna.-Oh, ya. ¡Qué te lo pases bien!
-Igualmente-le guiñó el ojo.
Agustín entró y buscó a Eugenia. Al
verla, se acercó a la mesa disculpándose.
-Perdóname. Me he perdido a la hora de
venir-le sonrió avergonzado.-No tengo coche y he tenido que venir en autobús.
-¿En serio? ¿Y por qué no me lo has
dicho y quedábamos más cerca de tu casa?
-Ah, mira tú. La chica presumiendo de
tener coche.
-¿Qué? No. Si no tengo ni carnet de conducir-se
rió.-Lo que tengo es a Patrick que me lleva a todos lados.
Agustín miró a la chica y sonrió.
-Somos tal para cual, Eugenia.
-Definitivamente, ésta es la mejor
cena-le decía Luca a Candela mientras le enseñaba el panfleto de una pizzería.-
¿Llamo yo o llamas tú?
-Como quieras-le sonrió.
-Bueno, llamo yo-dijo cogiendo su móvil.
Luca empezó a marcar el número que venía
impreso en el papel y se sentó en el sofá al lado de Candela. La muchacha lo
miró y se quedó embobada contemplándolo. No podía creer que estuviese volviendo
a enamorarse de él, que estuviese volviendo a sentir por él lo mismo que había
llegado a sentir en la adolescencia. Lo veía y se daba cuenta por su forma de
ser que era el chico ideal para ella, el chico que quería tener a su lado. En
ese momento se arrepentía mucho de haber cortado con él. Aunque por aquel
entonces era lo que quería ahora deseaba todo lo contrario. Su forma de ser con
ella, la volvía loca pero su físico la dejaba sin palabras. Era alto, moreno,
guapo. Tenía los ojos realmente bonitos que la hipnotizaba cada vez que la
miraba. Todas esas ideas y más rondaron la cabeza de Candela haciéndola
recapacitar y darse cuenta de que debía tomar cartas en el asunto.
-Luca-vocalizó tras ver que el chico
había dejado de hablar por el móvil.
-Dime.
-Tengo algo que decirte que posiblemente
complique nuestra convivencia.
-¿De qué se trata?-preguntó asustado.
-Luca, vengo semanas comiéndome la
cabeza con una cosa realmente delicada. Verás…yo… ¡Me estoy volviendo a
enamorar de ti!-soltó de una con los ojos cerrados, temiendo ver la reacción
del chico.
Luca se sorprendió y antes de que
Candela volviese a abrir los ojos, el muchacho la besó.
Peter y Luna acababan de llegar al coche
del muchacho que estaba estacionado un poco lejos del bar. La chica se apoyó en
el coche y lo miró.
-Bueno, ¿y qué quiere hacer la
señorita?-preguntó Peter.
-No sé, ¿tú que propones?
-¿Tienes hambre? Podríamos ir a cenar a
algún sitio tranquilo para conocernos y eso, ¿te va?
-¿Qué? Vamos, Bedoya, vayamos al grano-hizo
una pausa.-Tanto tú como yo sabemos como va a acabar esta noche, así que ¿por
qué no nos saltamos la cenita y vamos directamente al postre?-preguntó
acercándose él.
-Pero mira que sincera es la
muchacha-comentó Peter mirándola.
-Muy sincera-le sonrió y le rodeó el
cuello con sus brazos.-Vamos, ¿qué te ocurre hoy? Según tengo entendido eres
una bomba sexual, pero ¿puede ser que hoy te vea apagado?
-¿Cómo? ¿Según tienes
entendido?-preguntó sin comprenderla.
-Si, ¿qué pasa? ¿Ahora me vas a decir
que no sabes que eres el chico más cotizado y más nombrado entre la población
femenina soltera y otra, no tan soltera, de esta ciudad?
-Había oído algo al respecto pero no
creí que fuera para tanto.
-Y si, Bedoya, es lo que pasa si te
acuestas con chicas que son chismosas y cuentan todo de su vida.
-Pero también he estado con chicas más
calladitas.
-Y esas son las peores ¿o no?-preguntó
Luna mirándole fijamente.
-Puede.-Peter se rió y continuó.-Pero en
fin, no hablemos de ellas, sino de nosotros. ¿En tu casa o en la mía?
-Mmm… ¡qué halago por tu parte! Al fin
alguien va a conocer tu casa.
-Oh, lastima que yo prefiera continuar
con el misterio de cómo y dónde está mi casa-la miró sonriendo.-Así que mejor
vayamos a la tuya.
-Bueno…tienes suerte de que viva sola-le
sonrió.
Luna acercó sus labios a los de él para
besarlo pero el muchacho la esquivó y con una sonrisa, le dijo:
-Eh, tiempo al tiempo-le guiñó el ojo y
le abrió la puerta del coche.
-Eugenia, ¡cuánto tiempo sin verte!
¡Cómo has cambiado!-decía Agustín mientras la miraba fijamente.
-¡No! Pero si sigo igual-hizo una
pausa.-Si acaso me he echado un tinte más oscuro pero ya está.-le sonrió.
-Posiblemente tengas razón porque sigues
igual de guapa-la muchacha se ruborizó.-Y bueno cuéntame, ¿qué tal tu vida? ¿Qué
tal todo?
-Pues bien, no me puedo quejar-hizo una
pausa.-Después de dejar Barcelona y volver aquí, junto con Patrick compramos un
piso y desde entonces vivimos los dos juntos. Trabajo como guía turística en
una agencia muy importante de Sevilla y la verdad que me encanta mi trabajo.
Dentro de lo que cabe es fantástico porque, en serio, tienes que ver la cara de
los turistas que pisan por primera vez esta ciudad y ven todos los monumentos y
lugares bonitos que hay-le sonrió.-Y bueno, tengo que decir que gracias a mi
trabajo me conozco todos los rincones de la ciudad así que si algún día te
apetece conocer lugares nuevos, llámame que yo te los enseñó.
-Si, por supuesto. Un día de estos te lo
pediré.
-Y bueno, ahora cuéntame tú-lo miró.
-Creo que esta tarde más o menos te lo
he dicho, termine la carrera de ingeniero y me salió trabajo por aquí y no pude
rechazar la oferta. Llevo tres meses trabajando y viviendo en Sevilla y la
verdad, que todo me va bien. Vivo solo en un apartamento y no sé que más
decirte. Bueno, que me alegra volver a verte.
-Y a mi, te echaba de menos-le sonrió.
La noche transcurrió con normalidad,
eran dos antiguos amigos que recordaban sus hazañas del pasado mientras se
divertían. Eugenia desde que Agustín había llegado, había dejado de tomar
coca-cola para tomar algo más fuerte, algo con alcohol. Sin darse cuenta bebía
muy deprisa y eso se le estaba subiendo a la cabeza. Terminada la cena, Agustín
decidió llevar a Eugenia a su casa, estaba borracha y a penas se sostenía de
pie. La muchacha apoyada en él, le indicó el camino hacia su casa que estaba a
dos minutos de aquel bar-restaurante. Al llegar y subir el ascensor hasta la tercera
planta, Eugenia se acercó a su puerta y después de varias intentarías consiguió
introducir la llave en la cerradura. Cuando abrió, miró a Agustín y le
preguntó:
-¿Quieres pasar a saludar a Patrick?-se
empezó a reír.
-No, a estas horas estará durmiendo,
será mejor que me vaya.
-Venga, pasa. Si lo más seguro es que
este despierto-le sonrió.
-Mejor nos vemos mañana cuando estés más
sobria-se acercó a ella para darle dos besos en la mejilla.-Tú vete a dormir,
anda.
Agustín estaba por irse cuando Eugenia
lo agarró por la camisa, lo atrajo hacia ella y lo besó.
Continuará...
[Solo comento que falta poquito para el reencuentro. Voy escribiendo el capítulo 24 y ya se han encontrado hace unos cuantos caps xDDD Besitos & espero que os este gustando^^]
siii, me encanta, solo quiero que peter y euge se reencuentren :B
ResponderEliminarahhh me encanto
ResponderEliminarsuige mas noveee!!!!
ResponderEliminarJajaja Peter es un don juan jajaja me parece que a Euge no le va a gustat mucho y lo que me causa gracia es que Nacho y Peter se conocen jajaja el club de "Los Ex de Euge" XD ...luna me cae bien y nacho tambien y sinceramente me gustaria que regresen :) ...Siguela Pronto y estoy anciosa por el Encuentro
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