domingo, 19 de agosto de 2012

JF2. Capitulo 5: Él ya no estaba

 Capitulo anterior:
Peter le estrechó la mano y preguntó:
-¿Y la dueña del móvil?
-No ha podido venir-contestó Patrick.-Y bueno, me encantaría quedarme a tomar un café contigo-dijo dejando ver su lado femenino atraído por el muchacho de los ojos marrones que estaba sentado en frente de él.-Pero me tengo que ir porque tengo que estar en mi trabajo en…-miró su reloj de pulsera.-…media hora. Así que gracias por encontrar el móvil-comentó tratando de coger el aparato que Peter sujetaba en su mano.
-De nada-le devolvió el móvil.-Lo único que esperaba era un gracias de la dueña pero si no puede ser…
La conocida muchacha del vestido rojo, es decir, Eugenia había llegado al bar dónde solía desayunar con frecuencia. Estaba por abrir la puerta para entrar, cuando alguien a su espalda dijo:
-¿Eugenia?
Ella se quedó quieta sujetando el pomo de la puerta pensando de quién sería esa voz que le resultaba tan familiar.
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-¿Eugenia? ¿Eres tú?-volvía a preguntar la persona que permanecía de pie detrás de la chica.
Ella se giró y exclamó emocionada:
-¡Agustín!-lo abrazó con fuerza.
El muchacho le siguió el abrazo.
-Pero que coincidencia, eh-comentó él separándose de ella.
-Si, mucha. Pero cuéntame, ¿qué haces por aquí?
-Bueno, es una larga historia.
-Tengo todo el tiempo del mundo.
-Lastima que yo entro a trabajar dentro de una hora-comentó el muchacho.
-¿En serio?-preguntó desanimada.-Pero, tendrás aunque sea quince minutos para mi, ¿no? 
-Por supuesto-le sonrió.- ¿Nos sentamos en alguna de las mesas de la terraza? Es que estoy fumándome un cigarrillo y no puedo entrar.
-¿Cómo? ¿Tú fumando?-preguntó sorprendida.- ¿Desde cuándo?
-Desde que te deje de ver-contestó sentándose en una mesa.
-¡Qué mentiroso!-exclamó la muchacha.-Pero, bueno, cuenta. ¿Qué te trae por Sevilla?
-Trabajo-contestó.-Llevo como tres meses viviendo aquí.
-¿En serio?
-Si, cuando terminé la carrera de ingeniero me salió un trabajo aquí y sin duda acepte.
-Vaya, quién lo iba a decir-comentó.-Nos conocimos en la Universidad y el día en que terminé la carrera de Turismo y me  vine a vivir aquí con Patrick, creí que nunca volvería a verte.
Flashback
Eugenia acababa de abandonar el lugar donde había vivido toda su vida y se había mudado a Barcelona, al sitio a dónde habían trasladado a su madre. La muchacha al no tomar cartas en el asunto perdió la oportunidad de hacer la selectividad, así que durante ese año en que no estaba ni en el instituto, ni en la universidad; estudio por su cuenta. Durante esos 365 días, decidió cambiar radicalmente y para empezar decidió teñirse el pelo de color chocolate. Con el tiempo, conoció a Patrick que era hijo de una compañera de trabajo de su madre, y se hicieron muy amigos. Cuando llegó el tiempo de la selectividad, Eugenia consiguió meterse en la carrera de turismo que era lo que ella quería hacer desde hacia mucho tiempo.
En la universidad, ella no conocía a nadie, excepto a Patrick pero él estaba haciendo una carrera de medicina y no tenían asignaturas en común, así que a penas se veían ya que Eugenia prefería estar sola que juntarse con el grupito de amigos del muchacho. En el primer mes de universidad, se sintió un poco sola porque le costaba mucho hacer amigos, algo que a la mayoría de los estudiantes de aquel sitio parecía ser que no. Un día estaba caminando por uno de los tantos pasillos que tenía aquella universidad y sin darse cuenta se le cayó el estuche. Un muchacho se dio cuenta y lo cogió mientras le llamaba la atención a la muchacha, diciendo:
-Oye, chica. Se te ha caído esto-se acercó a ella y se lo entregó.
-¡Ay, gracias!-le agradeció cogiéndolo.- Estaba tan distraída que ni me he dado cuenta.
 El muchacho le sonrió.
-Tú eres Eugenia, ¿verdad?-le preguntó.
-Si, ¿cómo lo sabes?
-Me han hablado de ti.
-¿Quién?-preguntó sorprendida.
-Patrick, es amigo mío y bueno, si me permites la observación me parece que está enamoradísimo de ti, solo sabe hablar de Eugenia y más Eugenia.
-¿En serio? Seguro que te tiene a ti y a todo vuestro grupo cansados de mí-sonrió.-Pero no creo que le guste porque él es…-se quedó callada, quizás el amigo de Patrick con el que estaba hablando no supiese sobre los gustos sexuales del chico.
-No, cansados, no. Solo nos sabemos gran parte de tu vida y lo que te ha pasado, pero es interesante, en serio-le sonrió.
-Cuando lo vea, lo mato.
El chico se rió.
-Pero no lo hace con maldad, Patrick es así-dijo el muchacho.
-Lo sé, pero igualmente lo mato. En fin, me tengo que ir porque en un rato empieza mi próxima clase. Adiós.
-Bien-se iba a dar la vuelta cuando se detuvo.-Oye, ¿por qué no te vienes con Patrick y con nosotros esta tarde? Vamos a salir y quizás te interese venir. Muchas chicas de nuestro grupo están prácticamente en todas tus clases, así puedes conocerlas. ¿Te vienes?
Eugenia se quedó callada pensando que contestar. A ella no le gustaban mucho las chicas con las que Patrick solía juntarse.
-Está bien-contestó no rechazando la oferta del chico.-Por cierto, ¡qué tonta! No te he preguntado… ¿cómo te llamas?
-Agustín, encantado-le dedicó una sonrisa.
Fin de flashback
-¿Recuerdas que después de que nos conociéramos no nos separamos más?-comentó Eugenia.-Nos hicimos tan buenos amigos.
-Muy buenos amigos hasta el punto de…
-De empezar a salir porque nos sentíamos atraídos el uno por el otro.
-Exacto, pero después de dos años de noviazgo, terminamos cortando porque nos estábamos volviendo realmente empalagosos y estábamos poniendo en riesgo nuestra amistad con Patrick-dijo Agustín apagando el cigarrillo.
-Sí, pero al final acabamos como amigos, no acabamos tan mal.
-No tan mal, no. Pero ya no era nada como antes. Tú terminaste tu carrera de turismo y a las pocas semanas decidiste volver a tu lugar de origen, es decir, aquí. Y bueno, yo me quedé allí en Barcelona terminando mi último año de carrera. Deseando acabar para ir en tu búsqueda. Hasta que finalmente, aquí nos tienes casi año y medio después de la última vez que nos vimos, sentados en una terraza de un bar charlando como si nada-le sonrió.
-Y oye, ¿vienes a menudo por aquí?-preguntó Eugenia.-Es que yo vengo día si y día también y nunca te había visto.
-No, no. He venido hoy a acompañar a un amigo que tenía que encontrarse con alguien.
-¡Oh, vaya! Pues agradécele a tu amigo por haberte traído-le sonrió.-En serio, ¡qué de tiempo! ¡Qué de cosas tengo para contarte y supongo que tú a mi también y qué poco tiempo tenemos!
-Bueno, si esta noche no tienes nada que hacer podríamos quedar.
-No, hoy no tengo nada que hacer, así que perfecto.
-Bien, pues podríamos quedar aquí para cenar ¿te apetece?
Eugenia asintió con una sonrisa.

Mientras tanto en el interior del bar, Peter seguía insistiendo que debía ver a la dueña del móvil fuera como fuese.
-Lo siento mucho-se disculpaba Patrick.-Pero ella no ha podido venir-mintió sin saber cómo negarse a lo que el chico le estaba proponiendo.-Así que vas a tener que conformarte con mi agradecimiento-dijo Patrick dispuesto a irse.
-Espera, una última cosa-Peter lo frenó.- ¿Cómo era el nombre de tu novia?
-María, ¿por qué?
-Es que la vi el otro día y había jurado que era una antigua amiga mía pero…en fin, da igual. Adiós-comentó Peter con una sonrisa.
Patrick se quedó un rato mirándolo un poco extrañado y luego decidió irse, diciendo:
-Gracias y disculpa las molestias.
El rubio amigo de Eugenia salió del bar y se marchó. Peter queriendo insistir una última vez y la definitiva, salió corriendo del bar e intentó ir detrás del chico pero al salir, no lo vio; él ya no estaba.
Agustín que estaba sentado en una mesa de la terraza vio a su amigo salir del bar, extrañado lo miró. Eugenia que estaba de espaldas a la puerta, se giró y vio a Peter de espaldas a ella mirando por dónde se había ido Patrick. Se quedó quieta observando al muchacho, que de espaldas le resultaba totalmente familiar. Se llevó la mano al pecho, se sentía rara. Iba a acercarse a él para verle la cara, cuando Agustín le llamó la atención:
-Eugenia
-Dime-contestó ella dejando de mirar al misterioso desconocido que no lo era del todo.
-Toma, este es mi número-le entregó una servilleta.- Llámame y concretamos la hora.
-Si, perfecto. Espera que te doy mi número-comentó buscando un bolígrafo dentro de su bolso.
Cuando le fue a dar una servilleta con el suyo, él ya no estaba. La muchacha totalmente aturdida por lo que acababa de pasar, sonrió sin más.

Continuará....

3 comentarios:

  1. casi se reencuentran!!! no puede ser quierO eugeter YA

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  2. mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove

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