Patrick estaba en su habitación hablando por
teléfono. Se sentía feliz de hablar con esa persona pero a la vez estaba
preocupado y dubitativo a causa del tema de conversación que mantenían. Para él
era un tema delicado.
-Está bien, te lo prometo. Te prometo que hoy
mismo se lo cuento-decía mordiéndose las uñas de los dedos de la mano.-No es
fácil, es complicado-hizo una pausa.-Si ya sé que estas harto de estar oculto y
que quieres conocerla pero…Bueno, ya está dicho, hoy se lo digo y quiero que
estés presente. Así que en cuanto empiece la fiesta, te llamó y te digo dónde es ¿vale?-hizo una
pausa.-Perfecto, adiós, besos.
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Eugenia estaba totalmente sonrojada y
nerviosa. Hacia tanto tiempo que no se encontraba en aquella situación con él,
que le daba vergüenza.
-Eh…me voy a vestir-tartamudeó la muchacha
echándose hacia atrás.
-Bueno, te espero aquí-contestó sentándose
otra vez en el sofá.
A los minutos, Eugenia se había terminado de
arreglar. Fue al salón y allí seguía él, sentado en el sofá pero esta vez no
estaba solo, estaba también Patrick que había terminado de hablar por teléfono.
-¿Nos vamos?-preguntó la muchacha apareciendo
en el salón.
-¡Vaya! ¡Qué guapa!-exclamó Patrick con una
sonrisa.
Peter se levantó del sofá, se arregló la
camisa y la miró con una sonrisa en el rostro.
-Gracias-contestó ella agarrando la mano de su
amigo.-Tú también estás muy guapo.
Patrick le dio una vuelta para contemplarla al
completo y sonrió.
-Perfecta.
Peter se había quedado embobado, no podía
creer lo guapa que era. La contempló de arriba a bajo. Llevaba el pelo suelto
con el flequillo agarrado por un par de horquillas hacia atrás. Iba con una
blusa negra por dentro y por encima un abrigo rojo. Llevaba una falda de flecos
color marrón claro y unas medias de lana negras por debajo y unos zapatos de
tacón combinando con la falda. A penas usaba maquillaje, no le hacía falta.
-¿Y? ¿Nos vamos o qué?-preguntó ella sacando a
Peter de su aturdimiento.
Los chicos iban caminando hacia la casa de
Peter mientras charlaban. A Patrick le empezó a sonar, nuevamente, el móvil; lo
atendió y para que su amiga no escuchase su conversación se fue retrasando y
alejando un poco de los otros dos que hablaban animadamente.
-Al final me has hecho caso y te has puesto
esta ropa-comentó Peter mirándola.
-Si, por supuesto. Es que eres todo un experto
en modas y…
-¿Insinúas algo?-la interrumpió.
-¡No! Habló en serio. Estás muy guapo-le
sonrió.
-Tú…también-la miró.
-Bien, Bedoya. Vas mejorando con los
piropos-se burló de él.
-Pero mira que eres tonta, eh…-la muchacha se
rió.-Bueno, te presento mi casa-comentó llegando frente a ella.
Eugenia miró hacia la casa y se quedó callada
pensando por un instante.
-¿Tu casa?-preguntó sin entender bien.
-Si, ¿qué pasa?
-Nada-contestó sonriendo y recordando la noche
que había estado allí con Agustín y él le había contado que se había mudado y
que esa era su nueva casa.
Sonrió ignorando sus pensamientos y miró hacia
los escalones de la entrada rodeado de macetas con jazmines, que tanto le había
gustado la primera vez que había estado allí.
-Bueno, Euge, me voy a recoger a Agus. Candela
y Luca ya están dentro con los demás. Diles que en 20 minutos estoy aquí con el
cumpleañero-le sonrió y le dio un beso en la mejilla.
-Adiós-se despidió.
Peter entró en su coche, lo arrancó y se
marchó. Al llegar allí, Agustín ya estaba esperándole. Se subió al coche, se
saludaron y se dispusieron a disfrutar de la noche. Para Agustín iban a ir a
algún bar pero Peter tenía pensado llevarlo con alguna escusa a su casa, donde
todos los estarían esperando.
-Oye, ¿te importa si vamos un momento a casa?
Me he olvidado el móvil en casa.
-¿Y en serio vas a necesitar hoy el móvil?
-Claro, imagínate que me gusta una chica y no
tengo dónde apuntar su número-bromeó.
Los chicos llegaron frente a la casa de Peter
y se bajaron del coche. Peter buscó las llaves y abrió la puerta. Se acercó al
interruptor y al encender las luces, todos gritaron el mítico ‘¡sorpresa!’.
Agustín se asustó al ver a todos sus amigos e incluso algunos que vivían en
Barcelona y se habían animado a hacer un viaje hasta allí. Se fueron acercando
a él para felicitarle y darle los regalos. Entre todos, se acercó Eugenia que
con una gran sonrisa lo felicito y le abrazó.
-Lo siento-dijo Agustín nada más separarse del
abrazo.
-¿Por qué?
-Por la mentira…no es mi…
-¡Oh!-exclamó ella al caer en la cuenta de que
hablaba sobre la pequeña mentira sobre la casa.-No pasa nada-le dijo con una
gran sonrisa en su rostro.-Felicidades, otra vez.
Agustín le agarró la cara y la besó.
La fiesta comenzó, y todos empezaron a
divertirse mientras escuchaban música, bailaban, bebían alcohol o charlaban.
Agustín le había presentado a Eugenia a todos sus amigos de la fiesta como su
novia a pesar de que ellos todavía no se habían catalogado como tal. La
muchacha, tras conocer a todos los que estaban en aquella casa y estar
charlando con todos un poco, decidió ir hablar con la gente que conocía, es
decir, Candela y Luca. Los dos tortolos estaban dándose besos cuando Eugenia
apareció y carraspeó interrumpiéndolos. Candela se separó de Luca y la miró,
preguntando:
-¿Qué pasa, Euge?
-Perdón que os…-hizo una pausa.-Bueno, es que…
me aburro. He intentado hablar con los amigos de Agustín pero son muy…
monótonos y… bueno ¿qué hacíais?-Candela y Luca la miraron sin comprender la
pregunta, ya que ella había visto lo que estaban haciendo.-Oh, ya, claro-dijo
cayendo en la cuenta.- ¿Qué es eso?-preguntó apuntando al vaso que su amiga
sostenía en la mano.
-Malibú con piña, ¿quieres?
-¡Ay! ¿En serio? Gracias-comentó cogiendo el
vaso y bebiendo.
-Oye, ¿no eres muy pequeña para beber
eso?-preguntó Peter llegando por detrás de la muchacha.
-Tengo 23 años y pequeña la que tienes ahí
abajo-contestó Eugenia mirándole con una sonrisa.
-¿Cómo?-dijo él acercándose a ella.
-Lo que has escuchado.
-Si quieres vamos a un sitio más privado y te
la enseño-le habló al oído.
Eugenia lo apartó de ella y le dijo antes de
irse:
-Lo siento, no he traído el microscopio-hizo
una pausa.-Ahora si me perdonas voy a buscar a Agustín-le dio un par de
palmaditas en el pecho.
Peter se quedó callado y miró a sus amigos.
-Me parece que te han dejado callado-comentó
Luca mientras se reía.
Patrick estaba en el porche de la casa hablando
con la persona que se había pasado toda la noche llamándolo al móvil. Lo estaba
abrazando. Era un chico alto, moreno y musculoso, de los típicos tíos que adoran
el gimnasio pero sin sobrepasar el límite de obseso.
-Te prometo que esta noche se lo digo. Pero
tienes que ayudarme-comentó Patrick separándose y mirándolo con una sonrisa.
-Eso espero-dijo el hombre agarrando a Patrick
y dándole un beso en los labios.
-¿Y esto?-preguntó alguien saliendo de la
casa.
El muchacho se separó y miró hacia la persona
que había hablado.
Eugenia tenía ganas de ir al baño, así que
subió a la segunda planta. Estaba por entrar, cuando prefirió llamar antes por
si había alguien dentro, al no obtener respuesta se decidió a abrir la puerta.
Al hacerlo, alguien por detrás la empujó dentro del baño y cerró la puerta tras
entrar.
-Peter, ¿qué haces?-preguntó ella viendo como
el muchacho echaba el pestillo de la puerta dejándolos encerrados.
-Terminar lo que estábamos a punto de hacer
esta tarde-contestó acercándose a ella.
-¿Cómo? ¿A qué te refieres?-cuestionó
echándose hacia atrás.
-A esto-comentó intentando atraerla hacia él
pero ella consiguió esquivarlo.
-Peter no te acerques o…grito.
-Grita, creo que con lo alto que está la
música, nadie te va a escuchar.
La muchacha se echaba hacia atrás a medida que
él avanzaba hacia ella hasta que no pudo retroceder más porque se chocó con la
puerta de la placa ducha. Miró hacia atrás y vio el cabezal de la ducha. Lo
agarró y apuntó al muchacho con eso.
-Te acercas y te mojo.
Peter se rió.
-¿En serio me vas a amenazar con eso?-preguntó
entre risa.
-Si, te lo advierto-comentó poniendo la mano
en el grifo con la intención de abrirlo.
-Vamos, Euge. Deja eso-dijo acercándose un
poco más.
-Un paso más y te mojo-gritó.
Peter tentado ante tal amenaza pensaba
acercarse más a ella pero la muchacha se adelantó a él y abrió el grifo
empapándolo entero. Él se acercó y tras apartarla del grifo, consiguió
cerrarlo. Eugenia estaba dentro de la placa ducha con el cabezal en la mano con
miedo porque estaba acorralada. Peter viendo en la situación en la que estaban,
se acercó a ella y llevó una de sus manos al rostro de la muchacha.
-Lo siento-vocalizó Eugenia mirándolo a los
ojos con timidez.
-¿Lo sientes?-ella asintió.-Me alegro-comentó
él inclinando la cabeza y cerrando los ojos.
La muchacha también cerró los ojos y
lentamente fue acercando sus labios a los de él, al igual que el chico se
acercaba a ella.
BUENISIMO!! quiero beso eugeter ya siii...
ResponderEliminarmas caps GENIA
Nooooooo,no quiero que se besen hasta que Peter acepte que sigue amando a Euge :( ,parece raro siendo eugeter y queriendo que regresen ,pero no me parece el momento ... me encanta la trama,espero las siguientes ,)
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