Capitulo anterior:
-Señor,
perdone que le moleste-habló el recepcionista.-Aquí hay una muchacha que lo
está buscando. Dice que se llama Mariana Esposito. ¿La dejo pasar?
-¡No!-exclamó
Peter nervioso.
El timbre de
la habitación sonó, así que Eugenia viendo que Peter no podía ir, se vistió la
ropa y fue abrir. Era el camarero con el desayuno. La rubia al verlo, se alegro
porque tenía mucha hambre. Cuando el hombre dejó la bandeja sobre la mesa, se
marchó. Eugenia al ver toda la comida, no se pudo resistir a coger una tostada
y empezar a comer.
-Dígale que
en diez minutos bajo-dijo Peter cada vez más nervioso y después de eso, colgó.
-¿A quién le
tiene que decir que en diez minutos bajas?-preguntó Eugenia, entrando en la
habitación.
El muchacho
tragó saliva y se quedó unos segundos en silencio mientras pensaba que decir.
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-A
nadie-contestó Peter yendo hacia ella y dándole un pico.
Eugenia lo
miró fijamente en silencio, tratando de que él se lo contara.
-Está
bien-dijo el muchacho.-Nada, es que el dueño del hotel conoce a mi padre y se
ha enterado de que estoy alojado aquí y quiere que vaya a hablar con él.
-Ah, y ¿por
qué estas tan nervioso?
-¿Nervioso
yo? Para nada-le sonrió.- ¿Y quién había llamado al timbre?
-El camarero
que ha traído el desayuno-le contestó.
-Oh, vaya.
Genial. ¿Qué tal si vas desayunando mientras yo voy a hablar con el dueño del
hotel?-le sugirió mientras se vestía.
-Bueno, pero
no tardes.
-Te lo
prometo.
El muchacho
se acercó a ella y la besó dulcemente.
-Ahora
vuelvo-dijo saliendo por la puerta.
Eugenia se
sentó en el sofá que había, con la mesa donde estaba el desayuno delante y
empezó a desayunar porque tenía mucha hambre.
Peter
esperaba a que viniera el ascensor, cuando una pareja de ancianos se pusieron a
su lado a también esperar el ascensor. La pareja no dejaba de darse cariño,
parecían unos adolescentes. El muchacho metió sus manos dentro de los bolsillos
de su pantalón y sonrió. Él desde el momento en que había conocido a Eugenia
había pensado que ellos acabarían de aquella manera. Mayores por fuera pero por
dentro radiantes como jóvenes y sintiendo un amor por la otra persona
incalculable.
El ascensor
llegó y entraron los tres. Peter pulsó el botón de la planta baja. Los
abuelitos seguían dándose besos aunque ella sentía más vergüenza que el hombre,
ya que trataba de pararlo por la presencia de Peter en el ascensor; aunque lo
hacía de una forma sutil y poco convincente porque quería que su marido
continuase besándola.
El muchacho
suspiró porque no soportaba el rumbo que estaba tomando su vida respecto a Mariana,
que no lo dejaba en paz. Recordó que en su bolsillo había algo. Lo sacó. Era
una pequeña caja, la abrió y en su interior guardaba dos alianzas de plata.
Pensaba regalársela a Eugenia, en forma de sustitución del collar que aquel día
de furia se lo arrancó del cuello, en forma de sellar su amor, en forma de
prometerle que la querría siempre. Las puertas del ascensor se abrieron, habían
llegado a la planta baja. El muchacho cerró la cajita y la guardo de nuevo en
su bolsillo. Salió del ascensor y buscó a Mariana, al no verla por allí, se
acercó a la recepción.
-Hola, me acabáis
de llamar a mi habitación para decirme que había alguien preguntando por mí.
-Oh, si, una
muchacha. Me dijo que le dijera que lo está esperando en el restaurante del
hotel-le contestó el recepcionista.
-Gracias-dijo
Peter yéndose.
El muchacho
entró dentro del restaurante y vio a Mariana sentada en una mesa tomando un
refresco, cómodamente. Ella, al verlo ir hacia su mesa, dibujó una gran sonrisa
en su rostro, algo totalmente opuesto a lo que reflejó el rostro del muchacho
al verla a ella.
-Hola, ¿cómo
estás?-lo saludó Mariana al tenerlo frente a frente.
-¿Cómo crees
que estoy, contigo aquí?-la miró seriamente.- ¿Cómo has sabido que estaba en
este hotel?
-Te escuche
cuando pedías una reserva-le contestó.
Peter
resopló.
-¿Y qué
quieres?-le preguntó el muchacho.
-¿Por qué estás
tan frío conmigo?
-Mariana, ve
al grano porque no tengo tiempo.
-¡Oh, ya se!
Tienes a Eugenia esperándote arriba ¿verdad?
-Al grano-le
insistió ignorando lo que acababa de decir.
-¿Por qué no
te sientas?-le sugirió.-Por favor.
Peter
respiró hondo y la ignoró otra vez.
-¿Me vas a
decir de una vez qué quieres?-la miró fijamente.
-Peter,
verás, yo desde que te vi me gustaste y…
-Mariana, ahórrame
eso. Ya me lo has dicho miles de veces y ya te he dejado claro que yo no te
correspondo.
-Lo sé, pero
Peter, tienes que admitirme que disfrutaste como nunca aquel día…
Eugenia,
seguía en la habitación, estaba todavía desayunando. La muchacha cogió uno de
los vasos de zumo y bebió un poco. Al saborearlo puso mala cara.
-Puf, o se
han olvidado de echarle azúcar o le han echado poca. ¡Qué amargo!-se dijo así
misma.-Será mejor que vaya a pedir un poco de azúcar porque yo esto así no me
lo bebo-se levantó del sofá.-O no, puedo llamar para que me lo traigan-se quedó
callada.-No, no voy a ser tan delicada como para hacer que venga un camarero
para que me traiga un sobrecito de azúcar. Mejor voy yo.
La muchacha
cogió la llave de la habitación y salió cerrando la puerta tras de sí.
-Mariana, de
lo que pasó aquel día no me acuerdo de nada. Estaba totalmente borracho así que
no se puede asegurar que pasó algo entre los dos-decía Peter.
-Yo si te lo
puedo asegurar. Yo no estaba borracha. Bueno, lo estaba pero un poco y me
acuerdo.
-Y la verdad
que todavía no entiendo cómo me dejaste hacer eso si yo tenía novia.
-Peter,
llevo desde que te conozco enamorada de ti, ¿qué pretendías? ¿Qué te detuviese
cuando estabas besándome, acariciándome y haciendo realidad mi sueño? Ni por
todo el oro del mundo lo hubiese hecho.
Peter se
quedó un instante en silencio.
-Ahora que
ya hemos hablado de lo que ya sabíamos. Dime, ¿qué has venido hacer aquí?
-Peter,
yo…-se cayó y al rato continúo.-Cuando estábamos a punto de hacerlo, estabas
tan borracho que al abrir el condón, lo rompiste sin querer y no nos dimos
cuenta de que estaba roto hasta después de…
-¡¿Cómo?!-exclamó
Peter poniéndose nervioso otra vez.
Eugenia
acababa de llegar a la planta baja, al no saber dónde tenía que ir para pedir
azúcar, se acercó a la recepción y le preguntó al hombre que estaba allí:
-Hola,
perdone. Quería saber dónde puedo conseguir un sobrecito de azúcar.
-Señorita,
¿por qué no nos ha avisado por teléfono en vez de venir usted aquí abajo?
-Bueno, no
quería molestar-contestó.
-Pues usted
no se preocupe que nosotros ahora mismo se lo subimos.
-No, no hace
falta en serio. Ya que estoy yo aquí abajo, lo cojo yo misma.
-Bueno, pues
espere que voy al restaurante a pedirlo.
-Lo
acompaño-dijo Eugenia yendo detrás de él.
-Peter hace
ya unas cuantas semanas que pasó esto y bueno, llevó diez días de retraso-el
color de la cara del muchacho estaba cambiando.-Aún no me he hecho el test de
embarazo, así que todavía no es seguro-hizo una pausa.-Pero, Peter necesito que
Eugenia lo sepa.
-Te he dicho
que yo me encargaba de eso. Estoy tratando de buscar las palabras indicadas
para decirle que…-se cayó.-Pero Dios mío, ¿estás completamente segura de que
tienes un retraso?
-Si, Peter.
Sé que ahora estás mejor que nunca con Eugenia pero yo en un par de días me
voy, ya te lo comente que me mudaba y quiero estar cuando le cuentes a Eugenia
que tú y yo hicimos el amor y tuvimos una noche de pasión, una noche que nunca
olvidaré…
-¿Qué qué?-preguntó
una voz femenina a espaldas del muchacho.
Peter cerró
los ojos y rogó que no fuera Eugenia quién había dicho aquello pero era
evidente que si. Su voz era inconfundible.
nooo puede ser... mariana no puede estar embarazada seguro es mentira
ResponderEliminaruna pregunta vas a hacer otra nove??? porque escribis muy bien me encanta y me gustaria que hagas otra eugeter!!
ResponderEliminarrespondeme porfavor eres la mejor
jajajajaja xD siii estoy con otra cosa entre-mano...pero aun no es seguro q lo suba xD
Eliminar& graaacias x todo :DDD
no puedo creer que termine mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove
ResponderEliminardebe ser mentira!!!!! mariana es una @#%& ...siguela pronto
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