Peter
se quedó mudo, no sabía que decirle sobre todo lo que ella acababa de decir.
Trató de comentar algo sobre el asunto, pero de forma espontánea le cambio de
tema.
-Mariana,
será mejor que bajemos ¿no crees?
-No,
espera-le dijo agarrándole del brazo.-Peter, perdóname. Se que ha sido una
locura por mi parte decirte esto en este momento en que te encuentras inestable
emocionalmente porque hace poco que cortaste con Eugenia, pero necesitaba
hacerlo y si hace falta te esperaré. Esperaré a que te olvides por completo de
tu ex; te juro que lo haré si tú me lo pides.
-Mariana,
el problema es que no se si…
-No,
no digas nada-lo interrumpió.- Piénsalo antes, por favor. Y bueno, para
ayudarte a pensarlo, yo…
Mariana
se acercó a él y lo besó. Peter se quedó quieto, exactamente igual a la primera
vez que ella lo besó y dejo que pasara sin más.
Findefalshback.
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Peter
cansado de pensar en lo que había ocurrido aquella tarde, salió al balcón a
tomar un poco de aire. Cuando se apoyó en la barandilla, escucho a alguien
carraspear para llamarle la atención. El muchacho sospechando de quien se
trataba, sonrió disimuladamente, se alegraba de que ella estuviera allí. Miró
hacia el otro lado del balcón y preguntó grotescamente, ocultando lo que le
hacía sentir verla:
-¿Alguna vez
podré salir al balcón y no verte aquí?
-Parece ser
que no-contestó ella mirándolo.
-¿Qué haces
ahí arriba?-preguntó al verla, otra vez, sentada sobre la barandilla.
-Te lo dije
ayer, despejar la mente. Me gusta hacerlo y creo que tú deberías probar. Últimamente tienes una cara
de amargado que deprime a cualquiera.
-Bájate de
ahí-le sugirió ignorando lo que acababa de decir.
-No me da la
gana.
-Bueno, está
bien. Mátate si quieres.
-Te
encantaría que me matara ¿verdad?
-No, para
nada.-le contestó el muchacho.-Yo llego a odiar a las personas hasta un cierto
límite, pero eso de desearle la muerte como que no.
-Así que me
odias…-dijo la rubia mirándolo.
-Yo no he
dicho eso.
-Pero
tampoco lo contrario.
-No tengo por
qué.
Eugenia miró
al cielo y contempló la luna, al igual que él. En aquel momento se había
producido un silencio. Ninguno de los dos hablaba, solo miraban aquel hermoso
satélite que relucía gracias a la luz del sol. Peter suspiró haciendo que
Eugenia lo mirase y le preguntase:
-¿Qué te
pasa?
-Nada.
-Yo no diría
lo mismo, pero si no quieres contármelo, no pasa nada.-la rubia volvió a mirar
al cielo.
Peter la
miró y se quedó así un rato hasta que dijo:
-Mira que
somos raros.-ella lo miró haciendo que él mirase hacia otro lado.-Si fuésemos
personas normales, ahora mismo yo estaría enfadadísimo contigo y…
-Y yo
estaría detrás de ti como un perrito faldero o me haría la dura y te echaría
toda la culpa a ti.
-Pero en vez
de eso, míranos. Estamos aquí compartiendo prácticamente el mismo aire, sin
gritarnos y…bueno sin gritarnos.
-Quizás sea
por algo. Quizás no estás enfadado porque sabes que yo sería incapaz de jugar a
dos puntas y quizás yo no te echo la culpa porque se que fui yo quien metió la
pata no contándote mi propósito.
-¿Qué
propósito?-preguntó el muchacho mirándola.
Eugenia
pensaba contarle de una vez la verdad pero al instante cambió de idea.
-Nada que te
importe-le contestó de manera borde.
-Pero, ¿por
qué eres así?-preguntó sin entenderla.
-Porque soy
así, y si no te gusta, lo siento. Y ahora, me voy porque no soporto seguir
viendo tu cara de amargado.
-Yo también
te quiero-habló irónicamente.
-Yo no.-le
dijo con una gran sonrisa dibujada en la cara.
Eugenia bajó
de la barandilla con cuidado y se metió en su casa, cerrando con fuerza su
puerta de cristal.
Al cabo de
un rato, Darío fue a visitar a Eugenia, ya que quería saber si había averiguado
algo más sobre la jugosa información que había encontrado aquella tarde. Entró
en la habitación, diciendo:
-Euge,
perdón pero no he podido venir antes porque…-se cayó al verla sentada en un
rincón de su cuarto, acurrucada en si misma.- ¿Qué haces ahí?
La rubia sin
decir nada, levantó la cabeza y dejo ver su lloroso rostro.
-¿Por qué
lloras?-le preguntó el muchacho sentándose a su lado.
-Por lo de
siempre, Darío-le dijo con la voz entrecortada.
-Pero si
parecía que estabas superando la ruptura-comentó él abrazándola con fuerza.
-Parecía, tú
lo has dicho-hizo una pausa para tomar aire.-Como tú me habías dicho que Peter
delante de mí se hacía el duro, pues bueno, yo decidí hacerme la dura delante
de él y mi forma de ser dura es tratar mal a las personas. Pero por mucho que
lo intento no puedo aguantar la situación. Quiero estar con él pero…
-Pero, nada.
Tú estarías con él si le hubieses explicado todo el propósito que querías
conseguir con lo que hiciste con Nicolás pero no. Eres complicada y te lo
callas.
-No soy
complicada, el problema es que quiero que él venga y me lo pregunte pero si no
viene es por algo, es porque no le interesa, no le importa.
-O por que
es tan orgulloso como tú que no está dispuesto a ir detrás de ti pidiendo
explicaciones, igual que tú no estás dispuesta a ir detrás de él dándole
explicaciones-dijo Darío separándose un momento de ella para mirarle a la
cara.- ¿Tengo o no tengo razón?
-Posiblemente.
-Entonces,
¿estas dispuesta a dar tu brazo a torcer e ir a hablar con él?
Eugenia se
quedó callada pensando que contestar.
Los días
pasaron y hacia ya un mes en que Eugenia y Peter estaban separados. La muchacha
se había negado a ir detrás, al igual que él por su parte también lo había
hecho. Ninguno daba su brazo a torcer, eran igual de orgullosos, aunque la
rubia se estaba dando cuenta de que posiblemente la que tendría que dar el
primer paso era ella; ya que había sido la que no había ido con la verdad por
delante desde un primer momento. Pero claro, se había dado cuenta un poco
tarde, unos 30 días tarde.
Desde la
última vez que hablaron Peter y Eugenia en el balcón, no volvieron a dirigirse
la palabra y si lo hacían era para insultarse el uno al otro, y así poco podían
arreglar. La muchacha solo sabía sufrir en silencio pero siempre tratando de
que nadie la viera. Él también la pasaba mal pero al menos tenía en alguien en
quien apoyarse; en Mariana. Darío, con el tiempo había pasado a ser el
confidente de Eugenia, pero ella trataba de contarle lo más mínimo sobre como
se encontraba emocionalmente, así que intentaba reír, divertirse... Mientras
que Peter hacía exactamente lo mismo pero con Mariana que intentaba
aprovecharse en todo momento para que él diese el paso para empezar una
relación con ella, algo a lo que el muchacho intentaba negarse fuera como
fuera. Él quería mucho a Mariana pero tan solo como una amiga, creía que era
una chica fantástica pero no la veía con los mismos ojos que ella lo veía a él.
Faltaba poco para que empezase diciembre y un poco más para que le diesen las
vacaciones de Navidad.
Eugenia
estaba en su cuarto terminando de hacer los deberes para el día siguiente, cuando
Darío entró por el balcón de la habitación, gritando con alegría:
-¡Lo
encontré! ¡Lo encontré!
-¿El
qué?-preguntó Eugenia dejando sus cuadernos a un lado para coger la hoja que el
muchacho traía en la mano.
-Encontré
por qué Mariana quería huir de la fama-se sentó en la cama.
Continuará...
MARIANA NO TE METAS!!!!
ResponderEliminarEUGETER PARA SIEMPRE
ResponderEliminarRECONCILIACION!!! POR FAVOR
ResponderEliminarMAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE
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