miércoles, 22 de agosto de 2012

JF2. Capitulo 8: Un problema

Capitulo anterior:
Eugenia a su casa, estaba borracha y a penas se sostenía de pie. La muchacha apoyada en él, le indicó el camino hacia su casa que estaba a dos minutos de aquel bar-restaurante. Al llegar y subir el ascensor hasta la tercera planta, Eugenia se acercó a su puerta y después de varias intentarías consiguió introducir la llave en la cerradura. Cuando abrió, miró a Agustín y le preguntó:
-¿Quieres pasar a saludar a Patrick?-se empezó a reír.
-No, a estas horas estará durmiendo, será mejor que me vaya.
-Venga, pasa. Si lo más seguro es que este despierto-le sonrió.
-Mejor nos vemos mañana cuando estés más sobria-se acercó a ella para darle dos besos en la mejilla.-Tú vete a dormir, anda.
Agustín estaba por irse cuando Eugenia lo agarró por la camisa, lo atrajo hacia ella y lo besó.
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Eran las cuatro de la mañana, cuando Peter se despertó. Estaba en la cama de Luna con ella dormida a su lado completamente desnuda. El muchacho se pasó las manos por el pelo, había algo que le estaba atormentando la cabeza y necesitaba hablarlo con alguien. Se levantó de la cama, se puso su bóxer y buscó su móvil en el bolsillo de su pantalón. Al encontrarlo, se metió en el baño de la habitación de Luna, cerró la puerta y se sentó sobre la tapa del bate. Estuvo unos minutos mirando su móvil y finalmente buscó en su agenda el número de teléfono de la persona con la que quería hablar.

Candela estaba durmiendo en su habitación, cuando su móvil empezó a sonar. Se despertó de un susto y buscó el aparato que estaba sonando sobre su mesita de noche. Al cogerlo, miró la pantalla y ponía: “Llamada entrante: Peter”. Miró la hora, era de madrugada, no entendía por qué su amigo la estaba llamando. Atendió y preguntó con voz de dormida:
-¿Qué quieres, Peter?
-Te llamó porque necesito hablar con alguien y no he querido llamar a Luca porque mañana trabaja muy temprano.
-¡Oh, gracias!-exclamó.-Gracias por recordarme que todavía no tengo trabajo.
-Bueno, Can, ¿podemos hablar?
-Si, podemos hablar pero mañana. Mañana cuando regreses a casa-dijo con los ojos medio cerrados.
-Es importante.
Candela permaneció un rato en silencio, pensando si escucharle o no y finalmente dijo:
-Está bien, ¿qué te ocurre?
-Verás, cuando salí de casa fui a buscar a alguna chica con la que pasar la noche y la encontré. Nos vinimos a su piso y cuando estábamos en los preliminares…
-¡Peter!-lo interrumpió.-Por favor, no me cuentes eso. No me interesa saber lo bien que te ha ido con esa pobre chica.
-¿Qué? No, no. Todo lo contrario, me ha ido mal.
-¿Cómo? ¿A Peter Bedoya le ha ido mal?-Candela empezó a reírse.- ¿Qué pasa? ¿Has tenido un gatillazo?
-¿Qué? No, no, no-negó varias veces.-No tuve un gatillazo.
-¿Entonces?-preguntó Candela aguantando la risa.
-Continúo con lo que te estaba diciendo-tomó aire.-Estábamos en los preliminares y todo iba bien hasta que…-suspiró.-Empecé a imaginarme que la chica con la que estaba era Eugenia.
-¡¿Cómo?!-exclamó Candela sorprendida.- ¿En serio? No me lo puedo creer ¿y qué pasó? ¿Qué hiciste?
-Pues lo que hice fue frenar lo que estábamos haciendo. No podía acostarme con esa chica pensando en Eugenia.
-¡Vaya!-exclamó la muchacha al otro lado del teléfono.-Creo que ha merecido la pena atenderte a las cuatro de la mañana.
-Bueno, Can, ahora que te lo he contado… ¿Tú por qué crees que me ha pasado esto?
-No lo sé bien, Peter. Pero creo que la chica del vestido rojo te ha ayudado en algo.
-¿En qué?
-En darte cuenta de que a pesar de que hayan pasado ya más cinco años tú todavía sigues enamorado de Eugenia.
-¿Qué yo qué?-preguntó Peter sin comprenderla.-Pero, ¿qué dices, Candela? Yo a Eugenia la tengo más que olvidada.
-Eso es lo que tú creías pero no es así y la chica del vestido rojo te ha hecho darte cuenta de que sigues queriendo a Eugenia como el primer día en lo más profundo de tu corazón.
-Pero, ¿de qué hablas, Candela? Ni en sueños. Mira hazme un favor, ve a la habitación de Luca y pásale el móvil.
-¿Qué? ¡No! No pienso ir al cuarto de Luca a despertarlo porque un imbécil inseguro no crea que yo tenga razón en lo que digo.
-Candela es imposible que eso sea cierto-hizo una pausa.-Si yo en algún momento durante estos cinco años he deseado volver a ver a Eugenia, ha sido solo con la intención de echarle en cara toda su cobardía pero nada más. Y ahora, hazme el favor y pásale el móvil a Luca.
-Por supuesto, Peter-habló Candela con ironía.-No tenía yo pensado otra cosa que levantarme de la cama, ir a la habitación de Luca, despertarlo y decirle: “oye, toma el móvil es el imbécil de Peter que no acepta que yo tengo razón en lo que digo y prefiere que se lo digas tú”.
-Gracias, ahora ve.
-¡No! Pero, a ver, Peter. Piénsalo un momento. ¿Por qué crees que no te has acostado con esa chica?
-¿Qué? ¿Quién ha dicho que yo no me haya acostado con ella?
-Tú-hizo una pausa.-Me habías dicho que en cuanto imaginaste a Eugenia, frenaste lo que estabas haciendo.
-Si, lo frené pero cuando deje de imaginarme a Eugenia, continué.
-Dios mío-se lamentaba Candela.-No cambias eh.
-Gracias por el halago, pero en serio, dale el móvil a Luca.
-¡No! Me niego a levantarme.
-¿Quién es?-preguntó Luca con voz de dormido.
-Adiós, Peter, nos vemos-se apresuró a decir Candela.
-Espera-exclamó el muchacho del otro lado del teléfono.- ¿Ese que acabo de escuchar es Luca?-se rió.-Muy bien, Candela. Has aprovechado como yo te había dicho. ¿Y qué? ¿Habéis vuelto?
-Si-contestó Candela.
-Vaya, felicidades y claro, habéis tenido una noche de pura reconciliación ¿no? Así se hace, volver juntos a lo grande-comentó el muchacho.
-Adiós, Peter-dijo Candela muy seria.
Tras eso, colgó. La muchacha abrazó a Luca que estaba a su lado tumbado sobre la cama y cerró los ojos para continuar durmiendo.
-¿Quién era?-volvió a preguntar el chico.
-Peter.
-¿Y qué quería?
-No, nada importante-lo miró y le dio un pico.

Eran cerca de las nueve de la mañana, cuando Patrick ya estaba despierto. En un rato tendría que ir a trabajar. Fue a la habitación de Eugenia y no la vio allí, así que creyó que no había pasado la noche en casa. Pensaba irse a duchar, cuando el teléfono fijo de su casa empezó a sonar. Fue al salón y atendió.
-¿Si?
Patrick no escuchó lo que decía la persona que había llamado, se había sorprendido al ver a Eugenia tirada sobre el sofá.
-Papá, papá-dijo finalmente Patrick refiriéndose a la persona del otro lado del teléfono.- ¿Podrías llamarme dentro de un rato? Ahora estoy ocupado. Gracias. Adiós.
Colgó.
El muchacho se arrodilló frente al sofá y se quedó allí mirando a Eugenia que dormía profundamente. La muchacha se despertó porque se sentía incómoda, sentía una mirada clavada en su rostro. Abrió los ojos y se asustó al ver a Patrick tan cerca.
-¿Qué haces?-preguntó llevándose la mano a la cabeza.
-No, la pregunta es… ¿qué haces tú aquí? Tú tendrías que estar en la casa de Agustín, no empotrada en el sofá. ¿Qué pasó anoche?
-No sé, no lo recuerdo bien. No tengo ganas de hablar de eso-contestó levantándose del sofá.
-¿A dónde vas?-preguntó Patrick.
-No sé, a algún sitio donde sirvan un buen café. Lo necesito.
La muchacha se levantó y fue un momento al baño. Se miró al espejo y vio que estaba horrible. Se lavó la cara, se quitó el maquillaje y fue a su cuarto a cambiarse. Cogió un sombrero a juego con la ropa que llevaba y unas gafas de sol negras. Lo último que dijo antes de salir, fue:
-Patrick, ahora vuelvo.

Peter y Luna estaban en el coche del muchacho rumbo hacia el bar. Ella entraba a trabajar a las nueve. Cuando llegaron, Peter estacionó el coche. Luna se acercó a él, lo besó y al separar sus labios, le dijo:
-Bueno, aquí termina nuestra relación ¿no?
-Eso parece-le sonrió.-Pero si te apetece puedo acompañarte hasta el bar.
-Si tú quieres-lo miró.
-Vamos.
Peter desde que había cambiado a esa faceta de mujeriego nunca había llegado a estar cuando la chica se despertaba sola en la cama pero con Luna había sido diferente. Él después de hablar con Candela por teléfono, volvió a la cama y se quedó allí pensando en el asunto que lo estaba volviendo loco hasta que se quedó dormido y a las pocas horas, Luna lo estaba despertando entre besos como lo hacía Eugenia cuando estaba con él.

Eugenia había girado la esquina, ya estaba en la calle del bar que siempre frecuentaba por las mañanas. Adoraba sus tostadas, su zumo de naranja pero en aquel día lo que necesitaba era café. En menos de dos horas entraba a trabajar y necesitaba despejar la mente. Tenía sueño, le dolía la cabeza y sentía ganas de vomitar. Todo a la vez.

Peter caminaba con el brazo sobre los hombros de Luna, estaba en la calle del bar, le faltaba un par de metros para llegar.
Ambos, Eugenia y Peter, iban al mismo lugar pero desde direcciones opuestas. Estaban a penas un metro de distancia y prácticamente se podría decir que estaban frente a frente.

Continuará....

3 comentarios:

  1. Son las 5:40am en Peru y como no podia dormir entre a ver si publicaste y me encuentro con este nuevo capi :D...me parecio genial como Cande le dijo su verdad a Peter por mas que el lo quiera negar y lo de Vicande me encanto ,esa pareja es una de mis favoritad ;)...muero de nervios por el encuentro y como van reaccionar XD...sinceramente me hubiera gustafo que pase algo entre nacho y euge pero igual me encanto todo.
    PT:me tienes enganchadisima con tu historia y por eso no podrias subir un capi nuevo ahora?? Es que me da nervios esperar hasta maniana pooorrrfaaa;-)

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